Puede que estas frases te suenen a cliché: El atraer la prosperidad a tu vida, atraer las oportunidades con el buen estado de ánimo e igualmente, la transformación del pensamiento. Todo esto se mira como una tarea casi imposible. Y digo casi, porque muchos sí saben que existe la posibilidad de transformar la manera de pensar. Eres lo que piensas, así que comienza a practicar este esquema, para cambiar pensamientos difíciles por pensamientos posibles y positivos.

Miles de pensamientos problemáticos

¿Sabías que en tu mente existen al día más de 60.0000 pensamientos negativos que pasan por tu cabeza, y que psicólogos e investigadores de la conducta y del mismo pensamiento, han dicho que son repetitivos?

Porque esto tiene que ver con las conexiones neuronales que existen en tu Sistema Nervioso Central.

Y si esto tiene de base el aspecto orgánico y bioquímico de tu pensamiento, existe entonces la posibilidad de que lo transformes y que logres cambiar esos pensamientos según tus necesidades.

¿Parece imposible?

No; no es imposible.

Simplemente tienes que trabajar con esfuerzo y constancia, sobre tu manera de pensar.

Y eso es algo que está recomendando, no solo por los que trabajan o trabajamos con conducta sino también por filósofos, investigadores, pensadores modernos y sobre todo por emprendedores.

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Porque quieres crear un producto, una marca personal que sea conocida y que sea apoyada.

Pues, para eso tienes que atraer a tu pensamiento las mejores condiciones, para que puedas crear; y las mejores condiciones tienen que ser positivas, de empuje, de fortaleza, de resiliencia, de tranquilidad, de relajación y, sobre todo, siempre de posibilidades.

Porque vas a estar creando día a día.

Te propongo este esquema; no solamente me ha dado resultado a mí sino a otros pacientes y personas que, durante el proceso de sanación, han necesitado transformar su pensamiento.

Son pocos pasos.

Y la constancia, el trabajo, la repetición de los mismos, el hacerlo una rutina en tu vida, es lo que garantiza que logres el proceso en forma positiva.

1- Toma conciencia del tipo de pensamiento

Lo primero que debes hacer es poder determinar cuando un pensamiento es negativo, oscuro, de imposibilidad; del de otro que no lo es.

Por lo tanto tienes que ser vigilante de lo que pasa por tu cabeza, de lo que piensas.

Reconocer es un paso fundamental para trabajar cualquier pensamiento, idea, dogma o aprendizaje que tengas.

Solo así es transformable.

2- Dejar de prestar atención

Si puedes movilizar tu atención de forma eficiente, si eres de esas personas que tienen una atención moldeable o trabajable; este es el primer paso que debe realizar.

Deja de prestar atención a ese pensamiento, óbvialo, déjalo de lado; no te centres en la imagen o la idea oscura que estás recibiendo o teniendo en ese momento.

La idea es que al no prestar atención, el pensamiento se debilite y deje paso a otros menos dañinos.

3- El ser portero mental

Por otro lado, sí eres de los que te cuesta prestar atención -y existen muchos rangos, desde las condiciones clínicamente comprobadas de TDAH hasta rangos intermedios, donde nos es difícil poder concentrarnos y atender- tienes esta opción:

Tienes que transformarte en portero de tus pensamientos.

Si una vez que logras tomar conciencia de que un pensamiento no es positivo y tratas de dejar de prestarle atención sin resultados, entonces debes convertirte en portero de tus pensamientos.

Y cuando venga el pensamiento centrarte en él y, muy amablemente y entendiendo que todos los seres humanos tenemos esta problemática, dedicarte a trabajar con él.

Debes ser amable, siempre, contigo mismo, sino terminarás rechazando la intervención.

4- Modifícalo, no lo elimines

Una vez que, como portero identificas el pensamiento con carga de imposibilidad, muy amablemente tienes que centrarte en él.

Entender que los seres humanos utilizamos ese mecanismo de defensa de oscuridad para prevenirnos de situaciones negativas que puedan ocurrir y cuidarnos; para obligarnos a no cambiar el confort o la zona segura.

Esto te ayudará a no culparte y predispondrá el camino para la transformación.

5- Luego, comienza a transformarlo

Debes hacerte de una serie de requisitos en ti para definir un pensamiento positivo.

Es importante, pues en este caso, pensamiento que no cumpla con estos requisitos, simplemente en forma muy amable tú vas a negarlo antes que todo.

Decirle que no es así; y luego lo reemplazas por los correctos –y que al final son los ciertos o verdaderos, pues somos nosotros los que nos ponemos las imposibilidades- tales como:

Que la vida es de otra forma, que existen opciones de salir siempre, y que yo puedo cambiar esa circunstancia hacia la posibilidad.

U otros argumentos correctos y posibles como estos.

Y así desechas ese pensamiento negativo y lo reemplazas.

Claro, al principio costará creértelo, pero con tesón se logra.

6- Debes darle oportunidad para que cambie

Cada vez que este pensamiento (recuerda que son repetitivos) llegue a tu mente; hazle el mismo tratamiento, niégalo y reemplázalo.

Cada vez tus argumentos serán mejores y más posible, ya lo verás.

Y siempre, siempre, razona contigo mismo, explícate que hay opciones, que la negatividad no es el único camino.

7- Elimina situaciones que disparen la negatividad

Por último, como un paso más para que comencemos a transformar nuestra manera de pensar de negativa en positiva; debemos aprender a localizar y a conocer, cuáles son las situaciones que en el día a día me disparan los pensamientos negativos.

Por ejemplo, tenemos que dejar de pensar que si hay algo que dificulta la consecución de un objetivo esto es mala suerte, esto es imposibilidad de mi parte, esto es ignorancia para resolver mi problema o es que yo no puedo.

Lo cierto es que eso le pasa a cualquiera en todas las fases que vivimos en el día; y en nuestra vida encontramos dificultades que simplemente son situaciones que debemos resolver para seguir caminando o para mejorar nuestro camino.

Lo importante es que evites esas circunstancias.

Así, si tienes una relación difícil o tormentosa, debes comenzar a trabajarla y a definirla y ver si en realidad es una relación sana que debes permitir y dejar en tu vida.

Si no, debes comenzar a desecharla.

Y así con todo lo que te moleste o no te sea beneficioso, transformarlo o desecharlo.

Otra cosa es que debes moverte.

Los momentos de ocio disparan pensamientos negativos, así que trabaja tu cuerpo, busca soluciones y oportunidades para estar activo, con labores que te den beneficios.

Comenzar es hoy

Recuerda, no puedes dejar para mañana el seguir permitiendo que pensamientos negativos te quiten la energía del día ni la energía para conseguir una meta.

Los objetivos de la vida se elaboran en base a persistencia, a perfeccionamiento del camino y a la búsqueda continua de herramientas; por lo tanto, un pensamiento oscuro o negativo te debilita.

Comienza a trabajar desde hoy y espero poderte ser de alguna ayuda en este proceso.

Emilio Ríos – Venezuela

@Erigo580

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