Siempre sugiero, a todo aquel que quiera una transformación de vida hacia la paz y el sosiego, lo cual no es más que la búsqueda incesante del ser humano de la felicidad, que a su vez, no es más que la tranquilidad de conciencia y el gozo en nuestras existencias; que practique mucho la contemplación y la meditación; y que lo hagan utilizando la visualización. Por eso quiero compartir algunos resultados de mis contemplaciones. Son pequeños o grandes aprendizajes que todos podemos generar y lograr.

Re-programarnos con paz

La idea es que para transformarnos se necesita de un tiempo a solas con nosotros mismos y de fomentar momentos de silencio para poder escucharnos en nuestro interior.

Pongamos en práctica lo que llamamos contemplación.

Y aprovechando el ejercicio de contemplación, hacer un acto de relajación y de transformación interior.

Yo sugiero -y debe ser porque lo práctico- hacer ésto que yo hago: Desde temprano en la mañana, al levantarme voy hacia el patio trasero de mi casa, y puedes ir al jardín; y allí simplemente sentarte y sentir el aire, el viento si lo hay, el sol que te da, si lo hay; escuchar los sonidos de la naturaleza o del entorno, porque no hay ningún problema en escuchar parte de los sonidos que suceden en la ciudad.

El asunto es concentrarte en todos los estímulos externos que tienes en ese momento en el que estás cerca de la naturaleza y percibir.

Generalmente para nosotros es más significativo lo que vemos, lo que observamos con los ojos; de allí que les coloco estas fotografías.

Sin embargo, el olor, los sonidos, las sensaciones que llegan a la piel como las del aire o la del calor del sol; son importantes para centrar nuestra atención en el aquí y en el ahora.

Con nuestra atención centrada en el aquí y en el ahora, podemos repensarnos y obtener lecciones maravillosas, como éstas:

1.- La serenidad

Estos ejercicios nos dan la posibilidad de tranquilizarnos, de bajar nuestro ritmo; de que el pensamiento vaya bajando su ritmo y su movilización, de tal forma que no tengamos tantos pensamientos recorriendo nuestra mente.

E igualmente desestresarnos o destensar nuestros músculos.

La serenidad es sumamente importante para resolver los problemas, tanto para recibirlos o conocerlos, como para estudiarlos y darles una respuesta.

¿Te has dado cuenta lo importante que es estar sereno a la hora de responder ante una circunstancia externa para no ofender ni dar alguna respuesta que traiga consecuencias negativas?

Lograr la serenidad se puede a través de ejercicios constantes y hacer hábitos de contemplación, relajación y meditación.

2.- El agradecimiento

Cuando estamos centrados en el aquí y en el ahora, sintiendo nuestro entorno; podemos evaluar las cosas que tenemos, con lo que vivimos, lo que hemos logrado hasta los momentos y agradecer.

Sí bien la espiritualidad no es más que la comunión de mis sentidos hacia la búsqueda de lo que es mi relación con el entorno, ésta espiritualidad creada a partir de tomar en cuenta lo que es el universo y la creación, lo que hay más allá de donde estoy; puede ayudarnos a entender que lo que tenemos es ganancia.

Pasamos por esta vida con un cuerpo que tenemos que dejar aquí, en el caso de que tengamos la certeza de que somos energía y que regresaremos a donde vinimos sin llevarnos nada.

Todo material en la vida ha sido vehículo de aprendizaje, dicta la lógica; y todo lo que tenemos que funcione, es bueno agradecerlo al universo mismo.

3.- La autoevaluación amable

Si en algo nos ayuda aislarnos y sentirnos interiormente y saber qué es lo que hemos logrado y qué tenemos hasta los momentos; es en la posibilidad de evaluarnos, es decir, saber a dónde hemos llegado y hacia dónde queremos ir; cómo nos sentimos, qué somos en este instante.

Pero la reflexión está en que tenemos que entender que somos seres imperfectos en evolución constante, que no podemos llenarnos de culpas, sino al contrario, fortalecernos y darnos ánimo, diciéndonos que estamos aprendiendo, que hemos luchado, que podemos seguir adelante.

La autoevaluación tiene que ser amable, porque uno debe ser amable con uno mismo antes que con cualquier otra persona o circunstancia.

4.- El descanso

Por último y es muy importante a mi parecer, está la posibilidad de descansar.

Cuando uno realiza ejercicios de relajación y meditación, de contemplación de la existencia, de lo que hay del mundo a nuestro alrededor, lo más importante es que logramos descansar.

Nos preguntaremos ¿Cómo es posible que vayamos a descansar si estos ejercicios los hacemos inmediatamente después de despertarnos?

Muchas veces el sueño nos provee de descanso orgánico, pero las imágenes y aventuras oníricas que vivimos, que nos conectan con las situaciones pendientes y preocupaciones que tenemos; nos llevan a cansarnos mucho a nivel mental.

El descanso del pensamiento.

Es lo que yo llamo el descanso que se logra con estos ejercicios.

El respeto a uno mismo

El crecimiento del ser humano siempre se debe asociar con la capacidad que uno pueda desarrollar de ser correcto consigo mismo, de tratarse adecuadamente, de amarse, de valorarse y de quererse.

El destino -si es que lo podemos llamar así- en nuestra existencia, es el de atravesar numerosas situaciones que tienen problemáticas que resolver; es en esa solución de problemas, es en el enfrentarnos a situaciones difíciles que no sabemos cómo transitar, que a veces son dolorosas; cuando vamos aprendiendo a evolucionar y a crecer.

Respetarse, tratarse con amabilidad, quererse, evolucionar; es una parte necesaria para poder tener una vida plena y de gozo.

Por eso, la meditación, la contemplación y la visualización de la naturaleza, en nosotros mismos nos produce eso.

Porque si algo nos enseña a respetarse, a evolucionar con paz y con respeto a lo que existe y nos rodea, es la madre naturaleza.

Emilio Ríos – Venezuela

@Erigo580

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• Las Barras Separadoras son tomadas de: Fuente: Pixabay-Painter06   

• Imagen final de agradecimiento, editada de: Fuente: Pixabay-Painter06