Has notado la fuerza que le brinda la lluvia a la naturaleza, noto la diferencia cada vez que llueve, los árboles y las plantas se enriquecen con esas gotas de agua como si fueran mágicas las vuelve a la vida proporcionándoles ese color vibrante.
Desde pequeña he disfrutado de la naturaleza, la siento tan mía y me encanta cuidar de ella, no en vano mi signo del zodiaco es capricornio amante de la tierra.
Ese aroma que despide la tierra cuando comienza a llover es inigualable, muchos le huyen a la lluvia y más si tienen síntomas de gripe o algún resfriado, otros la desean tanto que hasta realizan ritos pidiéndole a la madre naturaleza que le envíen el vital líquido.
Me inspiré a escribir estas líneas ayer cuando caminaba bajo la lluvia; salí de mi trabajo al medio día, las nubes ya indicaban que iba a llover con su color gris que nos hace dar prisa, mi casa queda a solo 5 cuadras de mi trabajo pensé que si me daba prisa me daría tiempo de llegar antes de que comenzara a llover, pero me equivoque, la lluvia camino más rápido que yo y me alcanzo, era un torrencial de agua con una feroz brisa que me empujaba, lo bueno es que iba en mi misma dirección y no al contrario, en cuestión de segundos quede empapada totalmente, realmente disfruto la lluvia, esa agua helada que refresca tu cuerpo y relaja tu mente, lo que me da un poco de miedo son los truenos y los relámpagos eso si es aterrador.
Dicen que el sonido de la lluvia es relajante, e incluso aquí en Venezuela hay una artesanía que lleva por nombre palo de lluvia es un cilindro de madera hueco, el cual es atravesado por muchas varillas de madera finitas, rellenos de semillas luego se sellan los orificios y al moverlo este crea una melodía similar a las gotas de lluvia.
Sin duda la naturaleza es sabia y todo mantiene un equilibrio perfecto cada estación de la naturaleza desempeña un papel primordial, pero las personas son incomprensibles cuando hace mucho sol desean que llueva un poco, pero cuando llueve extrañan el sol.
La lluvia refresca la tierra, hace florecer las plantas nutre el suelo, permite que exista ese balance entre las altas y bajas temperaturas, enriquecen nuestros océanos y ríos; diría que es perfecta, solo que no se controla y a veces su fuerza es implacable, el pasado mes de septiembre los ríos Orinoco y Caroní sufrieron un aumento considerable en su caudal provocado por los torrenciales aguaceros y esto trajo como consecuencias una alerta roja y evacuación de familias que vivían en zona de riesgo.
Pero no podemos tachar a la naturaleza de culpable, recordemos que ella ha estado aquí desde siempre y hemos sido nosotros los seres humanos los que nos hemos impuesto ante ella y en algún momento dado ella reclamará su espacio.
Autor: @nohely
Gracias por leer hasta el final
Imagen de canva.com
También me ha pasado que me agarra la lluvia y de momento me preocupa mojarme, pero conforme mi cuerpo queda empapado me siento muy bien, algo tiene esa agua. Lamentablemente la avaricia de muchos gobernantes no permite que se preocupen por las personas, las dejan acentuarse donde sea, incluso hay quienes lucran vendiendo terrenos habitacionales cerca de los ríos, habiendo tanto espacio en lugares altos, las inundaciones no nos afectarían igual si todo estuviera bien planeado, pero a muy pocos les preocupa, es más fácil echarle la culpa a las fuerzas de la naturaleza, o a Dios que mandó tanta agua, pero eso sí nadie se queja cuando se puede aprovechar la fuerza del agua para una planta hidroeléctrica, mundo tan contradictorio, sería diferente si desde pequeños nos enseñaran a conocer la naturaleza, a respetarla y vivir como parte de ella.