La gratitud de la mujer española hacia la leona.

     Es una historia que sucedió años atrás en Argentina en la ciudad de Buenos Aires en una fortaleza. Algunos les toco vivir la experiencia y otros escucharon el acontecimiento ocurrido y les  sorprendió.

      Las personas que vivieron allí en el castillo, junto con sus familias la pasaron muy mal, porque no había para comer. En esa época había un hambre feroz, se alimentaban de plantas y animales que conseguían en el bosque.

Muchas personas, tuvieron la intención de matar a alguien y comer su carne. Para ese momento gobernaba un capitán, tenía un temperamento fuerte y cruel de sentimientos malos.

Los habitantes del lugar estaban furiosos por su gestión deficiente, no proporcionaba lo que necesitaba la población como: alimento, vestido y buenas condiciones de vida. La sensación de inestabilidad  allí presente, y a esto se le añadía una cantidad enorme de fieras salvajes que venían de tierras cercanas a la fortaleza para vivir.

El peligro era eminente, el salir del castillo, se corría el riesgo de morir por los pumas. El capitán de la ciudad había establecido que el que saliera de los linderos de la fortaleza moriría.

Días después el hambre se incremento una barbaridad, murió mucha gente. En vista de tal suceso, tomo la iniciativa  la mujer española de escapar de la fortaleza, no le importo la pena de muerte impuesta por el jefe que mandaba en la ciudad, ni los leones que estaban afuera del castillo.

Pudo más su deseo de sobrevivencia de esta mujer, se lleno de valor y cruzo la cerca que servía de protección y se fue a la selva a territorio de indios para poder vivir. Anduvo sin rumbo un buen tiempo, hasta que un día se nublo el cielo, se acercaba  una tempestad, por lo que tuvo que protegerse de la lluvia, y entro en una cueva.

En instantes, ella se dio cuenta que no estaba sola en la caverna, había una leona grande, de patas gigantes, su apariencia la sorprendió tanto que cayó desmayada en el sitio. Tardo en volver en sí la mujer y cuando lo hizo, ella vio a la leona y a su lado estaba sus dos cachorros que cuidaba con dedicación.

El miedo había desaparecido en la señora española, ella le llego a la leona  y a sus dos criaturas y los acaricio, su mirada era de amor. Convivieron en armonía y amistad los tres animales con la española, estuvo varios días  al cuidado de los cachorros  en la cueva, mientras la leona salía al bosque a cazar y traer alimento para todos.

Y aconteció que un día la  mujer decidió salir al bosque, estando en el rio fue secuestrada por unos indios Querandíes  y se la llevaron cautiva a su tribu.  La leona notaba la ausencia de la mujer que no llegaba a la cueva.

Pasaron días de la desaparición de la española, luego en el bosque se encontraban  los soldados del capitán en la búsqueda de alimento. Llegaron a una tribu que estaba próxima a la fortaleza, y hallaron prisionera a la mujer española, la desataron y la llevaron consigo a la ciudad  de Buenos Aires.

Los soldados españoles llevaron al castillo  a la mujer, al verla el jefe ordeno que tenía que morir por su desobediencia, será arrojada a las ferias salvajes para que sea descuartizada y devorada por ellas. Los hombres del capitán la sacaron de la fortaleza y la amarraron fuertemente en un árbol que quedaba después de los linderos del castillo.

Ya era de noche, y en el lugar asistieron muchos  animales salvajes, entre ellos estaba la leona que vivió con la mujer. Al verla  la leona a la mujer, le llego a  su lado y no se movió de ahí, impidió que las bestias se le acercaran para hacerle daño, la protegió.

Posteriormente, los hombres del capitán, acudieron a revisar si había muerto la prisionera, y la sorpresa fue que aún seguía con vida y la leona y los dos cachorros a su lado custodiándola. El animal al ver a los soldados, se alejo para que se acercaran a la mujer española y la pudieran desatar.

Quedaron maravillados de la solidaridad y humanidad de la leona. Este hallazgo hizo que los militares llevaran nuevamente a la mujer para que le perdonaran la vida, fue un milagro visto por sus ojos.

La leona quedo dando maullidos como muestra de tristeza, mientras que la mujer española la miraba con lágrimas de agradecimiento.

Para reflexionar:

Esta fábula refleja el valor de la gratitud que todo ser humano debe utilizar en su vida diaria. Representa el reconocimiento afectuoso de una ayuda o un beneficio otorgado en un momento que se requería.

     El ser agradecido con esa persona que ayudo no nos quita nada, nos reconforta a seguir. El respirar, tener salud y alimento en el hogar es motivo para dar la gracias a Dios por sus bondades.