Realmente viajar al extranjero nunca había sido tan difícil para los venezolanos hasta que llegó el momento de emigrar. A sus seres queridos y la "estabilidad" que brinda el hogar puede ser lo más difícil dejar que muchos se enfrentan cuando un día deciden abrir un bolso, guardar sus pertenencias y luego partir hacia tierras desconocidas donde esperan encontrar un futuro mejor. Mejor calidad de vida.
Sorprendentemente, Elvis Rafael Carreño caminó más de 50 días para llegar al país austral, donde espera encontrar una mejor estabilidad y cumplir sus sueños.
Este es el caso de Elvis Rafael Carreño. Es de Margarita, específicamente de Porlamar, estado Nueva Esparta. A los 35 años decidió dejar la comodidad que le ofrecía su hogar, donde vivía con su madre y su abuela. Elvis decidió irse porque se propuso adelante en un país que le ofrecería mejores oportunidades para ayudar a sus familiares en Venezuela.
La crisis económica que se ha agudizado en el país por la gestión del régimen de Nicolás Maduro obligó a Carreño a vender algunas de sus pertenencias para intentar sobrevivir, aunque también trabajó en la pesca, oficio que asegura llevar en la sangre.
Vivo cerca de la playa, soy hijo de pescadores y pescaba hasta que se acabó "
La corrupción que se estaba viendo en las playas de su tierra por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) fue una de las razones que lo impulsó a decir "me voy".
“Ya estaba tratando de salir adelante lo mejor que podía, pero un día la GNB se apoderó de la pesca de todo nuestro día porque querían que vendiéramos a 'precio socialista', si no, teníamos que darles el 50% de la ganancia, o retirarían los permisos de pesca. Allí entendí que el país ya no me servía. Le dieron a la GNB el poder de hacer lo que quisiera ”, dijo Carreño.
Cuando tomó la decisión de emigrar, su madre se opuso, pero fue ella quien luego le compró el pasaje de avión para llegar al estado de Táchira y de ahí partió con solo 5 dólares para Chile.
No fue un viaje fácil. Como muchos compatriotas, Carreño tuvo que cruzar el sendero que conecta San Antonio del Táchira con Cúcuta, Colombia. En ese cruce fronterizo, usó los $ 5 que tenía que pagar a los camioneros. Solo tenía su bolso, pasaporte y la fe de poder llegar a su destino.
Caminó durante 11 días por Colombia y luego llegó a Ecuador, donde tardó tres días en cruzar la frontera con Perú. A lo largo de este recorrido recibió el apoyo de algunos ciudadanos que lo transportaban de un punto a otro en camiones con otro grupo de venezolanos, mientras que otras personas lo ayudaron con la comida.
"Allí conocí a mucha gente caminando, pero muchos se quedaron entre Colombia y Ecuador", dijo.
También fue testigo de actos xenófobos por parte de ciudadanos de otros países que, sin comprender la condición de los venezolanos que emigran, los señalan, los insultan y exigen que regresen a su país de origen.
“Soy humano y me golpean las críticas, les cuesta decir 'no te queremos, vete a tu país'”, dijo con la voz quebrada.
Durante su estadía en Perú, trató de buscar trabajo, pero no lo consiguió. Su paso por territorio peruano le dejó un trago amargo.
Carreño dormía en las calles de la ciudad de Lima. El cansancio un día lo derrumbó y cuando se despertó a la mañana siguiente se dio cuenta de que lo que había dejado en su bolso había sido robado, incluida su posesión más importante: su pasaporte.
Estaba durmiendo en una plaza y cuando desperté no tenía mis pertenencias. Así fue el cansancio que no desperté "
Luego de este incidente, Carreño decidió continuar su camino hacia Chile. Caminó por lo menos 12 días para llegar a la frontera, pero como no tenía su pasaporte, solo tuvo la opción de ingresar ilegalmente.
El venezolano dijo que pasar por el lado de Perú fue muy difícil para él, por lo que modificó su viaje a Bolivia. Allí permaneció unos días para estudiar la ruta que le permitirá llegar a Chile.
“Una vez que marqué una ruta, fue por Tambo Quemado, en Bolivia. Entré y caminé por el desierto, pero me vio un dron y allí me buscaron en una camioneta para llevarme de regreso a Bolivia. Luego entré por otra ruta que conecta con Chile y allí logré pasar ”, dijo Carreño.
El venezolano logró llegar a la ciudad de Santiago el 10 de marzo de 2020, pero dos días después le informaron que su abuela, con quien vivió tanto tiempo, había fallecido.
La noticia no llegó en un buen momento para Carreño. En Chile ya se encuentra puertas confirmado los primeros de Covid-19 y muchas empresas iniciar a cerrar sus puertas.
Era ilegal, sin ningún documento de identificación. Pasó alrededor de tres meses vagando y durmiendo en las calles. Y gracias a que había documentado su viaje en su cuenta de Instagram @asceslater, recibí algunas donaciones de comida y ropa para soportar las bajas temperaturas que acompañan la llegada del invierno al sur del país.
Miedo a ser repatriado
Elvis Rafael Carreño aseguró que su deseo no es regresar a Venezuela, sino continuar en Chile para poder ayudar a su madre que se quedó en Margarita. Por tal motivo, no aceptó la oferta de trasladarse a un refugio con los demás venezolanos que piden ser repatriados porque han quedado en una situación crítica en el país.
“El chico de la fundación Un Vene Ayuda quería ayudarme ubicándome en un refugio, pero yo no quería porque temía que me vieran como otra persona que quería ser repatriada y yo realmente no Quiero volver, quiero trabajar para sacar adelante a mi familia y si entré a un albergue tuve que pasar dos meses sin irme y no quiero eso, tengo que trabajar ”, dijo.
Gracias a su determinación y alguna ayuda que recibió, el pasado domingo 7 de junio pudo rentar una habitación en la ciudad de Santiago de Chile, donde el dueño le ofreció facilidad de pago.
“Yo estaba en la calle y gracias a alguna ayuda me dieron ropa vieja y el domingo fui a una feria (mercado popular) a partir de las 7:00 am para venderla. Con el dinero que reuní allí, más algunas donaciones, pude alquilar una habitación ese día ”.
Aunque hay un poco de nostalgia en su voz, también se percibe el deseo que tiene por superarse. Y ese fue su norte cuando emigró, para poder cumplir sus sueños en otras tierras bajo la bendición de Dios.
Carreño ha solicitado la ayuda necesaria en cimentaciones, urge terminar de pagar el alquiler. Actualmente, sigue vendiendo ropa usada en el mercado popular y bisutería que ha podido fabricar porque tiene conocimientos de artesanía.
@oizaguirres gracias, te seguiré en readcash e igualmente tu amig@. manito arriba