No tengo como hablar de este tema, porque soy de las personas a las que les cuesta un mundo hacer eso, soy definitivamente rencorosa, reconozco que lo he trabajado, pero siempre pierdo, no soy ninguna jovencita, y quisiera quitarme ese peso de vivir en el pasado y acordarme de que fulano me hizo tal o cual cosa, y cuando lo vea, ni pendiente, no lo tomaré en cuenta… Por dios que absurda soy, que poca cosa me considero, no saben cómo me da rabia, y pereza, pensar en este tema.
Ahora saliéndome de mi traje, puedo decir que es una pérdida de tiempo, parecer como una vaca rumiante, masticando sobre lo que te hicieron o dejaron de hacer, es un perjuicio que uno se ocasiona, que desgasta el corazón y termina mostrando lo horrible que eres como persona.
El acto más alto de consideración para los humanos es perdonar, y convengo que así es. Hoy vino a mi casa un pequeñín de cinco añitos, y está en esa etapa, donde lo que él quiere pues lo hace y lo consigue, y adicionalmente, si está en una casa ajena, pues es más rápido, y los padres persiguiendo al pequeñín para que no fuera a romper algo, lo cierto es que él está viviendo el día, el hoy, y eso es lo que todos debemos hacer, no tener esas cadenas del pasado, por quien me ofendió y no superar el agravio de lo que me hicieron. Todo es una soberana tontería.
A mí, me cuesta porque mi cerebro, me lleva a ese momento del agravio, y comienza la recriminación y ¿por qué no le dije esto?, u otra expresión y si me hubiese dicho aquello otro, yo le hubiese respondido: equis, es un bucle, que no tiene sentido, pero el cerebro me lleva y despierta esa sensación, que pase, en aquel momento justo y exacto, tal cual sucedió. Y evoca ese mal sabor en la boca, por no poder procesarlo y evolucionar, a pesar de eso, y reconocer que mal que bien, hoy en día, soy quien soy, justo por mis experiencias buenas, regulares y malas.
Me cuesta agradecer este tipo de experiencia y quiero ver en el agravio, la forma liberadora del aprendizaje, pero mientras más le meto análisis, más me convenzo, que es una bobada. Y yo misma me regaño y me digo: deja las cosas así, no sigas buscándole cinco patas al gato, pero que va, vuelve la masticadera de la vaca y sus cuatro estómagos por donde proceso el malestar de: que tonta porque no respondí, yo tenía la razón.
El miedo me paralizo, nunca creí verme envuelta en situaciones de conflicto, soy una persona híper pacífica, no me gusta, ni levantar la voz, cuando algo está fuera de lugar, para mi concepto, simplemente no lo comparto, me alejo, y lo ignoro, elegantemente. En la medida de mis posibilidades, espero el mismo trato.
Que se me respete y no se me alce la voz, no se me diga groserías y el tono de la conversación sea de impecable razonamiento, creo que todos somos inteligentes, para dejarnos llevar por las emociones y si es así, simplemente con manifestar el desacuerdo y lograr un acuerdo, o simplemente salir de la reunión o conversación, se establece un precedente. Creo en las relaciones ganar-ganar en todos los ámbitos de la vida, pero si no se puede. Hay otras formas que no sean las groserías, ni el insulto.
No sé, si soy de otra época, hasta para regatear soy así. Sin embargo, cuando regateo en una compra en un mercadillo de cosas usadas, siempre creo que hice mal trato. Que se aprovecharon de mi educación y mi buena fe. Y vuelvo a decirme internamente, tantas horribles cosas, por tener esa personalidad, tan fofa, pero ni modo, me consuela el decirme a mí misma, no le compro más; se lo pierden y a quien le pueda avisar sobre la mala fe de estos vendedores, le digo, así no le compraran nada y yo consigo mi venganza de retruque.
Es una tontería, pero así lo pienso. Por eso, querido lector, este tema, no cuadra con una faceta pérfida de mi personalidad. Lo siento, que perdiera su tiempo leyendo tanta tontería, sin llevarse algo productivo de esta lectura. Mil disculpas. Será en otro escrito.
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Y lean.... a mis colegas que me alientan a escribir, son ¡geniales!
El anterior escrito, forma parte de la dinámica de 30 temas en 30 días, propuesta por mi Patrocinadora Diamante @SaraEscribe. Y mi otra Patrocinadora Estrella @Loucy
Gracias a todos, por leerme, reciban calurosos abrazos virtuales.
Sabes, en mi búsqueda de respuestas una vez me encontré con un maestro que me dijo: "Las personas son esclavos de aquello a lo que se apegan", somos esclavos porque esos apegos nos controlan, nos dominan y terminamos haciendo lo que ellos quieren de nosotros. La verdadera libertad esta en ser completamente dueño de tus sentimientos, tus pensamientos y tus acciones.