Estudiar para no ejercer

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3 years ago

Hoy soy la decepción de mis profesores, soy buena tela para recortar en una charla casual entre mis tíos, también soy la preocupación de mis padres, y es que soy lo que no se supone debería ser después de tanto esfuerzo invertido.

Hace ya varios años estudié mi licenciatura en ingeniería de alimentos, amo todo el conocimiento relacionado con mi carrera, pero a mitad de mis estudios profesionales me di cuenta que quizás no ejercería nunca, al menos no como la mayoría de egresados lo hace, (colaborando de distintas formas en una fábrica de alimentos). Ya eran más de dos años estudiando gracias al esfuerzo de unos padres que no tenían profesión ni empleo fijo, no iba a decirles que su esfuerzo de todo ese tiempo se iba a la basura porque no ejercería esa profesión… Además, vaya que disfrutaba todo lo que estaba aprendiendo, así que terminé mi carrera, incluso hice un posgrado.

Pero, ¡vamos! ¿Por qué no ejercería algo tan fascinante como la ingeniería de alimentos? Bueno, vamos a hablar un poco de mí, no sé si es una convicción que tengo de nacimiento, o si es una secuela que dejó el anime, o las caricaturas de superhéroes, o la huella que dejó la educación de mis padres, el hecho es que desde niña he vivido convencida de que debo transformar el mundo para bien, así que mis esfuerzos no me causan ninguna satisfacción interna si no hago algo que mejore la vida de alguien además de la mía.

He intentado motivarme, pero no veo cómo en una fábrica de enlatados o embutidos pueda transformar el mundo de manera positiva, comienzo a sentir mi alma encerrada de solo imaginarme en una planta alimentaria, sé que no tiene nada de malo, y es un empleo digno, pero curiosamente, en mis años de estudios, me fui dando cuenta que casi toda transformación en un alimento, le da características inferiores a las del alimento original, con algunas excepciones, como las fermentaciones lácticas, en las cuales se aumenta el contenido de probióticos y se disminuye la concentración de lactosa, de tal modo que un yogur es más digerible que la leche y aporta mayores beneficios a la salud, esa es una excepción hermosa y deliciosa.

Pero como todo lo bueno, la ambición desmedida lo arruina, hoy en día no es sencillo encontrar un yogur 100% leche entera de vaca, en su lugar, tenemos productos elaborados con suero de leche, un poco de leche descremada y estabilizantes, que da como resultado un yogur cremoso y mucho más barato, también mucho menos nutritivo. Otras empresas no conformes con empobrecer un producto tan noble, hacen un viaje más largo, creando un producto lácteo acidificado químicamente, libre de bacterias benéficas y, por lo tanto, libre de la necesidad de ser refrigerado.

Todos los días la industria de alimentos se encarga de procesar millones de productos empacados de todo tipo: embutidos de todos los precios y variedades; panes y pastelitos empaquetados que pueden durar hasta un mes; quesos frescos y semi maduros para toda clase de recetas: rebanados o rallados en el interior de prácticos empaques resellables; platos a los que solo se les agrega agua caliente y listo; latas de alimentos que duran por años.

Las personas saben que tienen a su disposición alimentos prácticos y deliciosos a un precio más o menos accesible. Un ingeniero en alimentos, en cambio, sabe que para que ese pan pueda durar semanas con la misma consistencia agradable debe tener una serie de aditivos y conservadores cuyo nombre aparece en la lista negra de la FDA, que no hay pan o pastelito industrial que no contenga jarabe de maíz de alta fructosa “diabetes, ahí te hablan “; un ingeniero en alimentos sabe que ese delicioso queso barato tiene un porcentaje de leche que se burla del consumidor, en su lugar hay una rica mezcla de almidones modificados y saborizantes artificiales, pero, ¿Qué hay del queso caro? Bueno, tiene bastante más de leche, claro, descremada y adicionada con grasa vegetal que es más barata y con alto contenido de grasas trans; un ingeniero en alimentos sabe que para que un jamón cocido sea jamón, debe tener una buena concetración de nitratos y nitritos, considerados cancerígenos, también sabe que ese jamón virginia que todo el mundo compra para el sándwich de sus hijos es prácticamente una matriz de goma carragenina repleta de agua, especias, y una embarrada miserable de carne, muchas veces de deshecho, en fin, creo que me doy a entender.

Es difícil ir al súper y llenar el carrito con toda esa información en mi mente (y con lo que hay en mi cartera actualmente), a menudo voy con una gran expectativa, y regreso con un galón de leche entera refrigerada, un paquete de avena natural y una docena de huevos solamente.

Tengo que aclarar que no todos los alimentos industrializados son tan horribles como los que describí, hay algunos rescatables en el mercado, claro, ni pensar que son económicos.

En mi carrera aprendí cómo se pueden hacer las porquerías que encuentra uno en el súper, pero también aprendí cómo se hacen productos de calidad, con una modificación mínima, ricos en proteínas, sin conservadores ni aditivos artificiales, sin embargo, al parecer las mayores industrializadoras de alimentos están muy poco interesadas en elaborarlos, y es que, los precios aumentan y las ganancias disminuyen, también están las pérdidas que generaría la corta vida de anaquel, es difícil competir así en un mercado cada vez más repleto de productos alimenticios.

No puedo condenar a la industria alimentaria, después de todo, ofrece comodidad, un ahorro considerable de tiempo a la hora de preparar de comer, y la posibilidad de llevarte algo a la boca sin haber tenido que prepararlo antes, sin embargo, eso no me hace querer trabajar ahí.

Así que, a pesar de la decepción de mis maestros, a pesar de que ya probé lo que es el fracaso de un negocio, a pesar de las deudas, y de los constantes “¿Para eso estudiaste?” creo que hoy saldré a la calle a vender mis galletitas, mi yogur o cualquier otra cosa de calidad que se le ocurra a mi mente, por la tarde trataré de compartir mi conocimiento y de generar estrategias para estirar mis ingresos.

Si me ves haciendo La Lucha por la calle o en un pequeño local, cómprame algo, te aseguro que el precio es muy similar al del producto del súper, quizás hasta menor, probablemente no dure meses o años en tu alacena, pero es un producto limpio, tu salud te lo agradecerá. Al comprar un producto local, estarás contribuyendo a la ecología, ya que estos no requieren transporte a lo largo de todo el país, apoyarás la economía de tu pueblo o ciudad, y si por casualidad es mi producto, estarás apoyando los sueños de una persona que aún quiere mejorar el mundo.

Atentamente: Una de tantas personas que producen y comercializan localmente sus alimentos.

 

 

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3 years ago

Comments

Lucha, imagino que en estos momentos tú emprendimiento debe ser algo pequeño. Pero, creo yo que si te estás dedicando de lleno a lo que estudiaste, asegurandote de fabricar cosas más saludable. Ojalá puedas mantenerte constante en eso y que tu negocio pueda crecer muchísimo. Que quizás la gente ahorita no es capaz de ver el impacto que puede llegar a tener a largo plazo eso que estás haciendo, pero creo que tú sí lo sabes. Porque sino, no veo manera de que alguien deje a un lado la posibilidad de trabajar para una empresa, por ir detrás de sus ideales y lo que cree será más beneficioso para sí mismo o para el mundo ;)

Por otro lado imagino que deben ser muy entretenidas tus idas al super, dando una evaluación a cada producto que te encuentras y descartando... casi todos? Gracias a Dios no elegí una carrera como esa y espero no me malinterpretes, porque me refiero a que de por sí sin conocer mucho del proceso de fabricación de esos productos soy super quisquillosa, pienso que si saliera de mi burbuja de ignorancia, muy poco comería XD

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3 years ago

Muchas gracias por tu comentario y por tus ánimos, la verdad es poco el impacto que puede causar una sola persona, me gustaría que este nicho de los alimentos fuera más de productores locales, pero la verdad es que no es sencillo, al ir al super también le doy preferencia a productores locales, en donde vivo hay buenos fabricantes de queso de verdad, así que compro su marca. Entiendo que seas quisquillosa, ojalá todos lo fuéramos, se trata de nuestro cuerpo y nuestra salud, sin embargo, a pesar de que el conocimiento me ha hecho aborrecer algunos alimentos, te comento que hay otros que tenía en mal concepto y he cambiado de opinión, también hay muchos buenos en el cuento, espero hablar de ello en uno de mis artículos siguientes.

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3 years ago

Bueno, no creo que sea un imposible que a las personas de tu entorno resulte por agradarle más tu producto y sea tanta la demanda que te veas en la necesidad de conseguir ayudantes. Claro, que quizás tenga que pasar un tiempo considerable para ello, pero con paciencia puede llegar a ser.

Ya quiero ver en qué manera abordarás los siguientes temas :')

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3 years ago

Apartemos todas las grandes verdades de este maravilloso post y fijémonos en algo ¿Podrías ver tu fábrica de enlatados como Clark Kent ve El Daily Planet? Jajaja como un medio para llegar a tus metas. Aunque lleve ejerciendo mi carrera por más de 15 años, los primeros fueron duros por pensar parecido a ti, después fui amoldando la creencia de “auto-explotación económica” para a través de ello ir probando cosas que siempre me han gustado y para nada tienen que ver con mi profesión. Por cierto, ahora no veré de la misma manera los alimentos por este post jajaja. Suerte

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3 years ago

Gracias por tu recomendación, y por compartirme tu experiencia, interesante analogía de Superman, la tendré en cuenta.

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3 years ago

Cuanta razón en tan breves palabras. Vivimos un mundo disparatado. Pero si me permites, en mi opinión un "alimento ecológico" solo tiene que ver en una pequeña parte con un "alimento saludable" aunque, claramente, están muy relacionados. Tiene que ver con el sistema productivo.

Los "urbanitas" aún tenemos la imagen romántica de unos cuantos animalitos en el monte o en los pastos, un señor con un perro pastoreándolos, o un pequeño cultivo de tomates y zanahorias trabajados de sol a sol por una familia del entorno rural. Todo eso no existe. La ganadería y agricultura extensivas han sido sustituidas por las intensivas donde en muy poco espacio se hacinan animales, se cultivan cereales deforestando bosques, etc. Mejor ni hablar de químicos, pesticidas, hormonas, vacunas etc.

La cosa es que queremos tener de todo en los supermercados (incluso fuera de temporada). Y barato. Muy barato. Así que en ganadería y agricultura se han implementado métodos de producción industrial a gran escala pasa satisfacer la demanda. Pero es que además, esta producción no está dirigida a satisfacer una demanda de proximidad sino una global.

En este sentido, muchos de los pocos productores ecológicos que quedan, también van a satisfacer esa demanda. Por ejemplo, yo puedo comerme una hamburguesa de "carne ecológica de Kobe japonés". ¿Ecológica? ¡Pero si ha recorrido miles de kilómetros! La "saludable" chía o soja producida en China, que deforesta bosques enteros, se vende aquí en vasitos de plástico monodosis con la etiqueta de "saludable, ecológica y protectora de los animales" cuando su transporte ha dañado más al medio que dejar de reciclar durante toda mi vida o cuando la deforestación para su cultivo (para la venta en supermercados gourmet para snobs en Europa) ha producido la muerte de cientos de animales y la desaparición de especies.

Un tomate francés cuesta menos en el supermercado que el que ha cultivado alguien a 5 kilómetros de mi casa (que por cierto sabe mejor y es más saludable). O bien el pescado capturado en la zona del Cantábrico español, recorre 500km para que se venda en Madrid y allí lo compre un mayorista que lo envasa y lo vende, de nuevo, en la costa del Cantábrico otros 500km después.

Es todo un tremendo disparate, repleto de discursos perversos, que nos venden "salud y ecología" y resulta que ni lo uno ni lo otro. Cuando una lechuga dura en mi nevera semanas sin corromperse, no puedo pensar que es saludable. Tengo que pensar que ni el moho ni los hongos quieren algo que yo me voy a comer.

Pero no. Es bonito verla eternamente verde e incorrupta. Una lechuga de plástico, vamos.

¿Y qué podemos dar por cierto? Pues lo único que podemos asegurar es que un producto de proximidad, local y de Km0, es más saludable y ecológico que cualquier otro, así nos cueste un poquito más de dinero. Tal vez tendríamos que pensar en no comer de todo en cualquier momento. Tal vez tendríamos que limitar nuestra alimentación y conformarnos con aquello que podemos producir de manera sostenible.

Gran post. Mucha suerte con tu emprendimiento local.

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3 years ago

Hola Loucy, agradezco tu comentario y que hayas dedicado tantas líneas para dar tu punto de vista, me alegra muchísimo encontrar a alguien con ese nivel de conciencia ecológica, tu análisis de la situación es bastante acertado y profundo, aunque de pronto siento que me haz ganado a escribir uno de mis siguientes artículos, y es que este tema de la producción primaria es de los más graves en cuanto a la contaminación y el uso excesivo de los recursos. Ciertamente ese modo de producción tiene un impacto importante en nuestra salud, pero nadie se queja ni exige algo mejor. Por lo que escribes voy a suponer que eres de España, es un país donde cada vez hay más productores ecológicos, aunque tienes razón en algo, y es que ellos no tienen de todo en todas las temporadas del año, pero sin duda que a diferencia de otros países ustedes tienen muchas opciones ecológicas y saludables. Yo soy de México, orgulloso centro de origen de la saludable chía, aquí la podemos comprar a granel, cuesta lo equivalente a dos euros el kilo, incluso, en las orillas de los terrenos de cultivo la podemos encontrar en forma silvestre, sin embargo, no mucha gente aprovecha la disponibilidad y abundancia de alimentos tan buenos como este.
Creo que la cultura de la apariencia y la disponibilidad nubla nuestro discernimiento a la hora de elegir qué comprar para comer, tenemos mucho que trabajar para lograr una capacidad crítica y una conciencia ecológica que nos ayude a mejorar nuestra manera de vivir.

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3 years ago

En efecto, vivo en España. Y estoy totalmente de acuerdo con todo cuanto dices. "La cultura de la apariencia y la disponibilidad nubla nuestro discernimiento a la hora de elegir qué comprar para comer" esta frase es para enmarcarla y ponerla en la puerta de casa. ¡Bravo! ¡Saludos a México!

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3 years ago