La difícil tarea de dejar de sobrepensarlo todo ¿Te pasa?

La mayoría de las personas han tenido pensamientos intrusivos en algún momento de sus vidas, es natural cuando tenemos cosas pendientes, mantener la mente ocupada en planificar y buscar más mejores soluciones a nuestros problemas. La parte mala del asunto es cuando nos queramos rumiando, no podemos parar de pensar y nos vamos al extremo, sin poder resolver nada, terminamos abrumados de tantos problemas.

Muchas veces nos ahogamos en un vaso de agua, es importante entender que estos procesos nos alteran la psique, si nos dejamos llevar por todos los pensamientos que tenemos, perdemos el control de nuestras vidas, caemos en cuadros ansiosos, estrés crónicos o síndrome del agotamiento mental.

Cuando sentimos que es demasiado para nosotros y no podemos parar, debemos buscar ayuda profesional, buscar algún método o terapia que nos ayude a canalizar mejor nuestra energía. Y poder enfocar nuestra mente en cosas productivas. En las soluciones y no sólo en los problemas.

Vivimos en una sociedad hiper productiva, se ha normalizado el vivir al límite, acelerados, y el que más trabaja, es el mejor en su área. Esto nos lleva a tener nuestra cabeza encendida todo el tiempo, ni cuando dormimos descansamos.

Siempre es de ayuda poder conversar con amigos, familiares, intentar buscar herramientas que nos ayuden a mejorar y progresar, por nuestra salud física y mental. Recordar que este es tan solo un mal momento, y que todo pasa, puede animarnos a seguir adelante. Les comento algunas de las cosas que me han ayudado.

Primero, intentar trabajar en la aceptación de lo que nos pasa, es decir, dejar de luchar y aceptar lo que ocurre. Hay algo mágico en la rendición, que no es lo mismo que fracasar o rendirse simplemente. Es tan solo soltar, y entender que lo que nos pasa, a cualquiera le puede suceder y no es un estado final o que nos define.

Segundo, hacer algo con esos pensamientos que nos llegan, buscarle al menos una solución a cada cosa. Un problema por vez, un día a la vez. Comenzar con lo más pequeño, o lo que más fácil nos resulte. Una vez logremos ir tachando alguna de las cosas que nos preocupan, iremos atenuando esas angustias y esos pensamientos recurrentes.

Tercero, canalizar nuestra atención, cambiar el foco nos ayudará a ver un mejor panorama de lo que ocurre. Buscar hacer algo útil con nuestro tiempo, algo que nos guste, meditar, pintar, hacer ejercicios, o algo nuevo que siempre quisimos intentar. No sólo sería algo divertido, sino nos da la oportunidad de probar que nos gusta, y que no, que cosas somos capaces de hacer. Y con ello mejorará nuestra autoestima. Y si nos sale mal, y no nos gusta, también podemos cambiar de actividades, no pasa nada ¿Cómo podemos aprender si no nos equivocamos en el proceso?

Cuarto, anclarse al momento presente, nadie vive en el ayer o en el mañana, por más que queramos el único tiempo en el que vivimos es en el presente, ni la nostalgia ni la angustia nos hará viajar en el tiempo, tan solo nos robaran la energía necesaria para disfrutar del día a día. Aprendamos de los niños, que no tienen un concepto claro del tiempo, porque ellos viven en el disfrute, en el estar, y en el ser. No podemos cambiar lo que pasó pero podemos prepararnos en el hoy para tener un futuro mejor. Ayuda muchísimo meditar o simplemente respirar, y sentir que estamos vivos aquí y ahora.

Hay veces que estamos tanto mentalmente en el futuro, que olvidamos lo que tenemos ahora, los recursos, las personas, los momentos. Busquemos actividades que nos nutran, algo que amemos hacer, que nos haga perder la noción del tiempo, y sí no sabemos que cosas nos gusta hacer, empecemos por probar algo nuevo, algo que siempre quisimos, quizás pintar, caminar, saltar la cuerda, cualquier cosa, intentarlo nos abrirá el campo de posibilidades, no perdemos nada con probar.

Las vivencias solo se experimentan en el ahora, y cuando aprendamos a conectar con nuestro presente, con todos nuestros sentidos, los pensamientos pueden que lleguen, pero nos encontrarán ocupados, y no nos engancharme con ellos. Los dejaremos pasar, porque no hay nada más valioso que vivir cada día con la gratificación de estar sanos, enérgicos y con claridad mental.

¿Les cuesta mucho dejar de pensar?¿Rumiar les parece algo que esta muy normalizado? ¿Qué herramientas o actividades usan para focalizarse en el ahora?

Imagen portada de todoparaellas.com