Un Horror Moderno: El Trato a Nuestros Abuelos –Una Reflexión-
Últimamente se han reportado cifras increíblemente elevadas de maltrato a los adultos mayores; y lo podemos ver a nuestro alrededor. De pronto no es maltrato de tipo físico o verbal, sin embargo ¿Has notado cuántas personas adultas viven prácticamente solas o poco visitadas? Esto también es maltrato. Y no es solo por el fenómeno de la emigración; esto tiene otro trasfondo menos agradable.
Un hospicio en Maracaibo
Una grave problemática en nuestro mundo moderno, ha sido la cantidad de casos de maltrato que la gente aún joven le realiza a los adultos mayores de su familia.
En la ciudad de Maracaibo, en Venezuela, existe el Hogar San José de la Montaña; es un hogar para adultos mayores o ancianos, donde se les ofrecen cuidados básicos a personas ancianas que han dejado de detener familiares que vigilen por ellos.
Muchos no tienen ya a nadie que los visite y otros son dejados allí por los mismos familiares porque no tienen manera de brindarle los servicios básicos.
El Hogar San José de la montaña fue fundado hace 101 años por la iglesia católica y está a cargo de una congregación de religiosas, las Hermanitas de los Pobres de Maiquetía.
Pero ya quedan pocas religiosas que cuiden a estas personas; y estas tienen un cupo de 35 ancianos para cuidar que siempre está lleno; aunque ya sabemos que ellos son cambiantes debido a que generalmente hay que despedirlos a mejor en vida en poco tiempo, dejando un cupo que será llenado pronto.
En el último mes, solamente dos ancianos han sido dejados a la puerta de esta institución sin ningún otro tipo de dato más que los que tienen en mente; y con problemas de memoria, estos adultos mayores no tienen idea de dónde provienen ni de quienes los han llevado o abandonado allí. (1)
Esto habla mucho de la manera tan poco empática de como nosotros nos estamos enfrentando a la vejez de nuestros familiares en esta edad moderna.
¿Qué dice la O.M.S.?
Si nos vamos a los informes de Organización Mundial de la Salud (2) en el año 2021, ésta nos regaló cifras aterrorizantes; como que 1 de cada 6 personas mayores de 60 años tuvieron abusos en entornos comunitarios y que las tasas de maltrato a estas personas son más altas en instituciones como residencias y centros de atención de larga duración, es decir, en estos.
Este maltrato aumentó muchísimo durante la pandemia por el Covid-19 y puede constar, consecuencias desde graves lesiones físicas hasta daño psicológico prolongado.
La O.M.S. asegura que el problema de envejecimiento se está agravando a nivel de la población mundial y se cree que se duplicará con creces de 900 millones que habían en el año 2015 de personas mayores de 60 años, a unos 2000 millones para el año 2050.
¿Se imaginan la cantidad de gente anciana, adulta mayor, que queda en manos de nosotros con tan poca empatía y sensibilidad para esta edad?
Una reflexión desgarrada
¿Cuál sería el problema?
Creemos que el problema es que el anciano no se vale por sí mismo y, por lo tanto, necesita de cuidados y atenciones necesarias en sus problemáticas orgánicas; por lo tanto, termina siendo una carga para la familia en cuanto a responsabilidad, trabajo y gastos médicos.
Mejorar la calidad de vida de un adulto mayor, implica dinero y tiempo de cuidado; algo que en el mundo moderno se evalúa o más bien se valoriza altamente; y dar tiempo y dinero para el cuidado de una persona anciana representa gasto y perdidas.
¿Es posible que se vea de esta manera?
Tristemente sí.
Se nos olvida de dónde venimos; pues provenimos de ellos.
Ellos son el germen del cual florece la generación joven actual.
Se nos olvidan nuestros orígenes y nuestras raíces; pero, por sobre todas las cosas, está en tela de juicio nuestra capacidad de amar y de agradecer.
El maltrato que pueden recibir nuestros adultos mayores, que es de dónde provenimos; mide la poca capacidad que tenemos de agradecer y el desvío terrible que está sufriendo el concepto y la puesta en práctica del sentimiento más sagrado que pueda experimentar un ser humano, que es el amor.
Lo triste de los factores de riesgo en la vejez
Tristemente, el riesgo es la dependencia funcional o discapacidad, la mala salud física o mental, el deterioro del área del razonamiento o la cognición y, por supuesto, el tener bajos ingresos.
Pues las pensiones siempre, en casi todos los países, están muy desvalorizadas en relación con otros ingresos laborales.
Estos factores de riesgo dejarían de existir, de pronto, si el anciano tuviera una mejor capacidad económica que ofrecer a su entorno cuidador.
Es muy triste esta reflexión, sin embargo, es necesario, dadas las circunstancias sobre esta problemática que vivimos en la modernidad, ponerla sobre la mesa, solo para reflexionar interiormente, en nuestras conciencias, en nuestros corazones.
Porque como dijo, en un poema, Mario Benedetti: (3)
Aquí no hay viejos, solo gente a quienes les ha llegado la tarde; pero la tarde siempre llega para todos.
Pensemos en eso.
Emilio Ríos – Venezuela
@Erigo580
Fuentes:
(2) https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/elder-abuse
(3) https://timoteoaraujo.com.br/aqui-no-hay-viejos-simplemente-nos-llego-la-tarde/
Lead Image: [Fuente: Google](https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/2020/06/15/buen-trato-hacia-las-personas-mayores-en-tiempos-de-covid-19/)
Dicen que uno no debe pensar en lo que aun no sabemos si va a suceder, pero en este país da tristeza ver como los ancianos están tan abandonados. ellos merecen respeto porque son hijos de Dios.