Estamos muy preocupados con eso de que ahora el mercado importante es el dirigido a las personas jóvenes; y esto va creando la sensación de que, es en la juventud donde se encierra lo actual, las últimas tendencias en necesidades; como si nosotros los adultos estuviéramos pasados de moda; y lo que es más grave, esto se está tornando un paradigma que puede terminar con costumbres muy positivas y hasta acabar con la salud emocional de unos cuantos.
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No, no es una publicación para señalamientos, ni para darle con un palo a cuanto joven se nos atraviese; pero sí estoy viendo desde hace rato, que es una situación riesgosa el dar por sentado que la juventud está de moda, que la madurez ha pasado a un segundo plano, que no es muy importante a la hora de tomarse como población de mercado, lo cual es muy seguro que esté sucediendo; y es que, gran parte de las propuestas de marketing solo van dirigidas al jóven, y lo más triste es que, además, ya se han establecido como patrones culturales muy asentados en esta sociedad de hoy en día.
¿Ejemplos?
Están de moda los cuerpos delgados, muy delgados; tonificados con musculatura marcada y tallas de vestimentas muy bajas; lo que nos saca de la lista a los que ya hemos parido o tenemos artritis algo acentuada como para poder estar levantando pesos o haciendo ejercicios anaeróbicos.
O las caras, están muy de moda la falta de arrugas, la inexistencia de líneas de expresión, la turgencia de labios y la ausencia casi mágica de ojeras y bolsas bajo los ojos y papadas.
Esto es un peligro. ¿Porqué? Por las consecuencias que vemos.
¿Las consecuencias?
Adultos de 50 años con la cara tan estirada y con tantas huellas de inyecciones y soluciones extrañas en la piel, que son incapaces de tener alguna reacción facial; uno no sabe si están llorando o riendo, o si simplemente están. Y no hablamos de la cantidad de riesgos por cirugías a edades que son peligrosos los procedimientos de larga duración.
También son frecuentes ahora las personas que se tornan muy ruborizadas cuando deben decir la edad, como sucede en el banco o en el consultorio médico, por ejemplo; donde es necesario colocarse a la sumatoria, esos 29 años que se han quitado en otras oportunidades.
También las depresiones clínicas, cada vez más intensas por la falta de aceptación del paso de los años y la supuesta pérdida de cánones de vida porque envejecemos; y digo supuesta pérdida, porque hay actividades que van dando paso a otras; por ejemplo, ya no es muy natural a esta edad andar tirándose en paracaídas, a menos que sea necesario; sin embargo, puede ser un ciclo para estar leyendo o viendo conciertos con toda la tranquilidad del mundo, o pasar largos ratos creando alguna manualidad que siempre quisimos hacer.
¡La verdad es esto es muy grave!
Se habla de un culto a la juventud, y los adultos somos marginados, nos es una maldición envejecer, somos excluidos de todo; ni siquiera estamos en los patrones de belleza a pesar de que estemos sanos e higiénicamente bien cuidados.
Nos hace daño.
Ser desechados termina haciendo que envejezcamos más, con mayor deterioro cognitivo o demencia, más sufrimiento y muertes más tempranas; además, es algo que se prolongará y será parte de la realidad del mañana de los que hoy son jóvenes; por lo que hay que transformar esto.
Debemos unirnos para utilizar la fuerza, la rapidez y el empuje del joven con la experiencia, tranquilidad y suspicacia de los que estamos ya mayores; es decir, nos necesitamos unidos; y esta manera de evaluarnos ahora nos divide, promueve la distancia generacional, no promueve la unión ni el trabajo en conjunto.
¿Sabes porqué esto hay que combatirlo además?
Porque lo que pensamos de los viejos no es cierto; los límites nos los imponemos nosotros al sentirnos y asentir ser descartados.
Existen estudios científicos que muestran que los adultos tienen mayor sensación de satisfacción y plenitud que los grupos jóvenes.
Y porque existen miles de ejemplos de que la creatividad puede darse perfectamente y en forma genial a esta edad; recordemos que creatividad va de la mano con experiencia.
¿Nos ayudamos a romper los mitos?
La próxima vez que como joven pienses que un adulto ya está pasado de moda; o, que como adulto te sientas incapaz de hacer algo, como si existiera una voz que te dijera interiormente que ya no tienes edad para eso; piensa en esto que te he comentado aquí y determina si estas ideas preconcebidas, no están haciéndote evaluar mal la existencia en esta etapa en la que también, todo ser humano es productivo, necesario y determinante del progreso.
Emilio Rios. Venezuela
#Iamgrateful por dar a cada etapa de la vida el correcto y justo valor; por esas enseñanzas de respeto hacia nuestros mayores y tutores de vida.
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