La música tiene superpoderes, es capaz de conectar con nuestras emociones y darle un vuelco de 180° a nuestro estado de ánimo. Nos libera, relaja y nos transporta hasta aquellos lugares, vivencias o personas que en algún momento fueron tan significativos en nuestra vida, evocando un montón de recuerdos felices, y por qué no, en ocasiones también los más tristes.
Hay un sinfín de escenarios en los que la música se convierte en nuestra heroína, y no hablo de drogas, aunque esa fiesta de notas musicales resulta tan adictiva que podría considerarse una. Pero volviendo al asunto de los escenarios:
Supongamos que estás en el trabajo y tienes una fuerte discusión con tu jefe o con algún compañero. Es la hora de salida, te pones tus audífonos y comienzas a escuchar música. Te concentras en esas ondas sonoras que atraviesan tus oídos, la melodía, la letra… Y ¡Voilá! tus ganas de torcer el pescuezo a alguien se difuminan mientras comienzas a disfrutar del ritmo.
O tal vez, acabas de terminar una relación y todas tus emociones están a flor de piel. Necesitas llorar a moco tendido para poder liberarte de todo el dolor que esa rata de dos patas dejó posándose en ti. Buscas la playlist más corta venas que puedas encontrar, le das play y todo dentro de ti termina de derrumbarse durante esa noche interminable hasta que al llegar al día siguiente el mar de lágrimas que dejaste, se seca y puedes continuar tu día como una persona más.
Hagamos una brecha para hablar de nuestro gusto exquisito por escuchar música melancólica cuando estamos tristes, sé que tú también te preguntas por qué hacemos tal cosa. Pues, buscando en los lugares oscuros de la internet, di con la respuesta. Esto es debido a que, al escuchar una tonada de ese tipo, nuestro cuerpo aumenta la producción de una hormona llamada Prolactina. La cual, de acuerdo con un artículo publicado por National Geographic España, titulado: Música, cerebro y hormonas, una relación muy estrecha, es “segregada por nuestro cerebro cuando sentimos tristeza para producirnos un sentimiento de consuelo”. Claro que dicha hormona cumple otro tipo de funciones como estimular la producción de leche materna y hacernos llorar a las mujeres como Magdalena, pero ese ya es otro tema.
Tomamos nota entonces: la música nos consuela, nos relaja, nos ayuda a controlar la ira, nos puede producir placer y distintos tipos de emociones. Pero vamos un poco más allá de esto con la siguiente pregunta:
¿La música puede sanar mi mente?
Por supuesto que sí, la música es más que un montón de sonidos con melodía o ritmo. Si puede penetrar en nuestras emociones, también puede causar un impacto positivo en nuestra mente. Además, hoy en día contamos con la Musicoterapia para salvar el día. ¿Lo ves? Te dije que la música puede ser nuestra heroína. En el blog de salud publicado en línea por segurossura.com encontramos un artículo llamado Musicoterapia: el poder de la música para sanar tu mente, en donde la definen de la siguiente manera:
"Se trata del uso de la música y sus elementos trabajar distintos aspectos internos del ser humanos con el fin de potenciar o reparar las áreas de funcionalidad de una persona como la memoria, su estado emocional, traumas, entre otros."
Claro que la musicoterapia no podemos aplicarla nosotros sin ningún tipo de orientación. Para desempeñar esta labor requerimos de la ayuda de un profesional, musicoterapeuta, quien tomando en cuenta nuestra condición psicológica, física y nuestros gustos musicales, se encargará de aplicar las melodías, ritmos y armonías adecuadas para encaminar de forma positiva nuestra salud mental.
Lo que podemos hacer por nuestra cuenta, es aprender a sacar provecho de los beneficios que nos ofrece la música.
Recomendaciones para aprovechar los beneficios de la música
Toma un momento del día para ponerte cómodo y despejar tu mente mientras escuchas música relajante.
Date la oportunidad de conocer nuevos géneros musicales, hay un montón de imágenes y sensaciones que pueden ser traídos a ti, a través de aquellos que aún no has escuchado.
Escucha música de forma consciente, puedes preparar distintas playlists que cumplan un objetivo; estar feliz, para trabajar, para descansar, para momentos tristes.
Los instrumentos musicales pueden ayudarte a canalizar tu energía, atrévete a aprender a tocar alguno.
Algunas de estas recomendaciones fueron ofrecidas por Juanita Eslava, musicoterapeuta del Instituto Colombiano de Neurociencias para el artículo “Musicoterapia: el poder de la música para sanar tu mente".
Sonará extraño, pero durante mi adolescencia yo no tenía ningún tipo de gusto por la música, no escuchaba nada de forma voluntaria, la única que escuchaba era la que las personas colocaban cuando iba caminando por la calle. Diría que fue una etapa bastante apagada en la que me privé de muchas cosas que resultaban saludables. Pero esos tiempos quedaron atrás, me di cuenta de las maravillas de la vida que me estaba perdiendo y hoy en día estoy descubriendo un montón de canciones y bandas que me gustan cada vez más.
Cuando estoy aburrida, imagino que soy una cantante famosa ofreciendo un concierto y aprovecho esos momentos para practicar mi pronunciación del inglés, con la transcripción fonética de la letra en mis manos.
Cuando estoy preocupada o ansiosa, tomo el cuatro (un instrumento musical de cuatro cuerdas, bastante parecido a un ukelele pero con una afinación distinta) y comienzo a tocar las canciones que he aprendido. Esto funciona bastante bien para mí.
Cuando estoy triste o con los ánimos por el suelo, saco mis audífonos, escucho alguna canción lenta, relajante y de letra agradable. De esta manera toda la mala energía se va volando lejos dentro de una burbuja.
"Hay dos formas de refugiarse de las miserias de la vida: la música y los gatos” – Son las palabras que dijo Albert Schweitzer, no sé quién es pero pienso que tiene razón (¿
A través de la música encontré mi voz. Hoy podrá ser el peor día de todos, pero si me das una buena playlist será cuestión de tiempo para que las emociones negativas empiecen a evaporarse y al final solo seamos ella (la música), aquellos recuerdos de la hermosa infancia que tuve y yo.
Esta publicación responde al tema #29: La Música, de la dinámica 30 ideas para escribir durante un mes o más, publicada por SaraEscribe. Así que, si necesitas un poco de inspiración y quieres leerla, puedes darle un vistazo aquí 👉 30 IDEAS PARA ESCRIBIR
De mi parte no podría imaginar que sería mi vida sin la música, que hasta para dormir la escucho jajaja, pero me pasa algo que nunca he podido descifrar, y es que por lo general me cuesta mucho descubrir música nueva, casi siempre escucho la misma una y otra vez y cuando me vengo a dar cuenta mis playlist están llenos de canciones que por no tener, ya tienen una década.