SUEÑOS Y ANHELOS
Los seres humanos por naturaleza buscamos la manera de soñar con el futuro, muchas veces más allá de las condiciones propias de la vida, es decir más allá de la realidad.
Soñar nos permite salir de la realidad, explorar casi que nuevos mundos, sentirnos invencibles y capaces de cualquier cosa. Es como transportarnos en un libro, es como poder ir a cualquier lugar sin transitar un largo viaje y sin pasaporte.
La infancia recrea en gran manera aquello que soñamos a futuro, de niños soñamos con hacer tantas cosas como nos sean posibles. Desde un astronauta hasta un veterinario o tal vez muchas cosas a la vez. No existe ningún condicionamiento, sueñas con tener tres profesiones y cumplir con todo. Esos juegos de la infancia están llenos de toda la fantasía e ilusión.
Siempre hablamos de ser como niños volver a esos momentos de ilusión, pero siendo adultos el realismo toma un papel preponderante y muchos de esos sueños los convertimos en algo inaccesible. Tal vez la vida nos lleve por caminos difíciles, por otras responsabilidades y terminamos dejando de lado aquello que en nuestro corazón a estado como un deseo genuino.
El deseo de nuestra infancia es llegar a ser adultos para cumplir con esos deseos y sueños que hemos construido. Hay quienes logran cumplir parte de esos sueños porque sus posibilidades se lo han permitido, hay para quienes construir ese sueño requiere empeño sacrificio y mucho trabajo y finalmente logran cumplirlo, y hay quienes cambian sus sueños y se enfocan en otros aspectos o en otras metas y finalmente están los que renuncian.
¿Cómo es que renunciamos a nuestro sueño? Pude ser que descubramos un talento diferente, aquello que un día nos gustó hoy ya no, hemos cambiado el ideal. Pero están los otros los que no han dejado de soñar, pero tienen tantos limitantes, quizás sea; la pobreza, el abandono, el maltrato intrafamiliar, los adicciones y multiplicidad de problemas.
Podríamos decir que hay muchos quienes a pesar de estos problemas buscan la manera de sobreponerse a este tipo de situaciones, creo que no todos los seres humanos tenemos la misma actitud frente a la vida, la capacidad de continuar de perseverar no está en todos. Ya cada situación es diferente, cada persona vive en un enfoque de realidad psicológico diferente.
Qué bueno sería que todos tuviéramos la resolución para sobrellevar con resiliencia cada momento de nuestra vida. Lo cierto es que muchas circunstancias de la vida pueden transformar nuestro ser interior y cambiar toda la perspectiva de lo que soñamos, se pierde todo ese sentido mágico de nuestra niñez.
Creo que desde niños se nos debe permitir soñar, sin importar si esos sueños son solo la fantasía de la infancia…pienso que, aunque no todos los sueños se hagan realidad si nos permiten forjar metas, tener ilusiones y mirar hacia el futuro. Aunque los sueños cambien nuestros deseos de futuro siempre deben estar ahí, siempre necesitamos algo que nos lleve adelante y nos de fuerza para vivir y cumplir lo que queremos.
Es necesario reinventarnos, ayer soñábamos con ser astronautas y quizás hoy queremos ser un doctor o un abogado, hay sueños que de repente abandonamos quizás sea necesario, pero a lo que nunca debemos renunciar es a nuestro deber de soñar y forjar un nuevo ideal y no por ello fracasamos.
El fracaso seria evidente si nos convertimos en seres ociosos sin un sentido o valor de la vida, cada uno tenemos nuestro tiempos y espacios en esta vida y eso nos permite evolucionar a nuestro propio modo, La vida está a la espera del porvenir…así que, si hoy no hay un sueño concreto, trabaja en ello y construye ideales y metas. Te mereces soñar y tener éxito.
SUEÑOS Y ANHELOS
Los seres humanos por naturaleza buscamos la manera de soñar con el futuro, muchas veces más allá de las condiciones propias de la vida, es decir más allá de la realidad. Soñar nos permite salir de la realidad, explorar casi que nuevos mundos, sentirnos invencibles y capaces de cualquier cosa. Es como transportarnos en un libro, es como poder ir a cualquier lugar sin transitar un largo viaje y sin pasaporte. La infancia recrea en gran manera aquello que soñamos a futuro, de niños soñamos con hacer tantas cosas como nos sean posibles. Desde un astronauta hasta un veterinario o tal vez muchas cosas a la vez. No existe ningún condicionamiento, sueñas con tener tres profesiones y cumplir con todo. Esos juegos de la infancia están llenos de toda la fantasía e ilusión.
Siempre hablamos de ser como niños volver a esos momentos de ilusión, pero siendo adultos el realismo toma un papel preponderante y muchos de esos sueños los convertimos en algo inaccesible. Tal vez la vida nos lleve por caminos difíciles, por otras responsabilidades y terminamos dejando de lado aquello que en nuestro corazón a estado como un deseo genuino.
El deseo de nuestra infancia es llegar a ser adultos para cumplir con esos deseos y sueños que hemos construido. Hay quienes logran cumplir parte de esos sueños porque sus posibilidades se lo han permitido, hay para quienes construir ese sueño requiere empeño sacrificio y mucho trabajo y finalmente logran cumplirlo, y hay quienes cambian sus sueños y se enfocan en otros aspectos o en otras metas y finalmente están los que renuncian.
¿Cómo es que renunciamos a nuestro sueño? Pude ser que descubramos un talento diferente, aquello que un día nos gustó hoy ya no, hemos cambiado el ideal. Pero están los otros los que no han dejado de soñar, pero tienen tantos limitantes, quizás sea; la pobreza, el abandono, el maltrato intrafamiliar, los adicciones y multiplicidad de problemas.
Podríamos decir que hay muchos quienes a pesar de estos problemas buscan la manera de sobreponerse a este tipo de situaciones, creo que no todos los seres humanos tenemos la misma actitud frente a la vida, la capacidad de continuar de perseverar no está en todos. Ya cada situación es diferente, cada persona vive en un enfoque de realidad psicológico diferente. Qué bueno sería que todos tuviéramos la resolución para sobrellevar con resiliencia cada momento de nuestra vida. Lo cierto es que muchas circunstancias de la vida pueden transformar nuestro ser interior y cambiar toda la perspectiva de lo que soñamos, se pierde todo ese sentido mágico de nuestra niñez.
Creo que desde niños se nos debe permitir soñar, sin importar si esos sueños son solo la fantasía de la infancia…pienso que, aunque no todos los sueños se hagan realidad si nos permiten forjar metas, tener ilusiones y mirar hacia el futuro. Aunque los sueños cambien nuestros deseos de futuro siempre deben estar ahí, siempre necesitamos algo que nos lleve adelante y nos de fuerza para vivir y cumplir lo que queremos.
Es necesario reinventarnos, ayer soñábamos con ser astronautas y quizás hoy queremos ser un doctor o un abogado, hay sueños que de repente abandonamos quizás sea necesario, pero a lo que nunca debemos renunciar es a nuestro deber de soñar y forjar un nuevo ideal y no por ello fracasamos. El fracaso seria evidente si nos convertimos en seres ociosos sin un sentido o valor de la vida, cada uno tenemos nuestro tiempos y espacios en esta vida y eso nos permite evolucionar a nuestro propio modo, La vida está a la espera del porvenir…así que, si hoy no hay un sueño concreto, trabaja en ello y construye ideales y metas. Te mereces soñar y tener éxito.