Sendero Misterioso – El Payaso Asesino de Barranquilla
Les aconsejamos que se pongan muy cómodos, enciendan las luces, y lean con mucha calma. Es increíble pensar que muchas personas le tienen fobia a estos peculiares personajes que hacen vida en los circos, muchas son las películas que los satanizan, y nos hacen temerles, por sus aterradoras vestimentas y maquillajes, sin embargo hay historias que saltan de la Tv a la vida real, tal es el caso del Payaso Asesino que vivió en Barranquilla (Colombia) en los años 50.
En el municipio Soledad en el Atlántico Colombiano, son muchos los testimonios que afirman la existencia de un ente paranormal, llamado Circocus, quien en vida fue un Joven de unos veintitantos años de edad, que pertenecía a un Circo local de la población, muchos afirman haberlo visto en varias ocasiones rondando por los Barrios el Ferry y María Beltrán, este supuesto Payaso les ha hecho pasar un momento bastante desagradable y aterrador. En la década de los 50 este Joven, recorría toda la costa, ofreciendo funciones, en el cual ofrecía funciones en un circo bastante decadente y desgastado. Lo curioso era el aspecto de este Payaso, nació con una deformación en su boca, sobre todo en sus dientes, y aparte labio leporino, lo cual muchos alegaban que resultaba atemorizante verlo con su traje y maquillaje, porque le daba un aspecto nada agradable.
Al pasar los tiempos, en una de esas localidades, vivía una chica rubia, con obesidad y una discapacidad cognitiva, esta chica asistió a unas de las funciones, que hacia el joven payaso, enseguida al verla, este se enamoró, y desde ese día, el acoso hacia ella comenzó, nadie sabe cómo lo logro, pero con mentiras, el logro convencerla, de que le acompañara a su camerino. La pobre niña no sabía lo que le esperaba, este Payaso, termino violándola, y matándola. Para no dejar evidencias del temible crimen, la enterró debajo del mástil del circo.
Circocus comenzó a sentirse temeroso de que supieran lo que había hecho, no pudo con la culpa, y en una noche lluviosa, termino ahorcándose en el mismo mástil del circo, los otros payasos, decidieron guardarse ese acto, y no le comentaron a nadie de lo ocurrido. Así que el Circo fue heredado por otro propietarios de circos, pero la maldición comenzó a extenderse, a tal nivel, que el simple hecho de estar dentro de la carpa, surgía un ambiente atemorizante, quien entraba en las funciones sentía un escalofrió inexplicable, se escuchaban risas, o ruidos extraños. Pero estos hechos paranormales no solo se quedaron dentro del Circo, al contrario, comenzaron a suceder en varias partes de los barrios antes mencionados.
Varios son los vecinos que pueden dar fe de lo que ocurre en las calles, cuando el sol desaparece, tal es el caso del señor Misael Moreno, un vendedor local del Barrio el Ferry: “Eran las 3:30 de la madrugada, yo venía del mercado listo para vender mis aguacates en el barrio y me topé con una niña gorda que estaba al lado de un árbol y se reía a carcajadas; tras levantar mi mirada observé a un payaso que colgaba de una rama. Me llené de miedo y traté de mirar nuevamente a la niña, pero ya se había ido, salí corriendo y dejé los aguacates tirados”. Y si como el, son muchos los que aseguran haber experimentado un encuentro muy terrible con el famoso Circocus, a tal punto de perder el habla, y llegar a sus casas como si hubieran corrido un maratón. Hoy en día la historia sigue circulando por toda la costa del Atlántico Colombiano, y muchos siguen temiéndole a este payaso que no resulta ser nada gracioso y divertido, pero cuéntenos. Para ustedes esto es, ¿Verdad o Mito?.
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Fuentes Consultadas:
