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Una de las bondades más grandes que tiene el cultivo de moringa es que cuando cortas la planta retoña con mucha más fuerza. Aquí están viendo una planta que podamos hace unas semanas y ya tiene hojas de buen tamaño.
Como las estamos cultivando macetas en el patio de la casa, nos conviene controlar su altura para facilitarnos la cosecha; por eso cuando la planta pasa los 2 metros y medio, elegimos un punto más bajo para cortar su tallo.