Adoro a mi perrita, todos los días me alegra la vida, aquí la ven sentada y muy tranquila pero en realidad está esperando a que algo pase, bien sea a que saque uno de sus juguetes o a que le dé juego. Esta misma posición la adopta cuando me pide comida, sobre todo en el desayuno y el almuerzo que son las dos comidas que más comparto con ella.
Es demasiado fiel y eso me encanta, siempre me busca y se acuesta donde yo esté, también se me sube encima para que le preste atención y hasta se me acuesta encima como si fuera un gatito, pero nada que ver ya que pesa como 25 kilos.
También es muy alerta y una buen guardiana de la casa, tengo amigos que prefieren no pasar a la casa si ella está suelta en el patio, me piden que a la amarre pero no lo hago, simplemente no me gusta. Prefiero perder un amigo que tratar mal a Bárbara.
La tengo súper malcriada, la dejo que se acueste en el sofá y en mi cama, si mi papá la llega a ver y me lo reclama, le digo que ella se subió y me dió lástima bajarla, pero en realidad soy yo quien la llama y quien la invita a subirse.
Si la tuviera describir en una palabra simplemente diría que no puedo, porque ella es demasiadas cosas; es alocada, cariñosa, activa, juguetona, glotona, fiel, amable y un verdadero regalo de Dios. Es una excelente compañera, la quiero con todo el corazón.
Se nota que tienes un buen corazón, que bonita es tu perrita, me gustaría tener una así pero no la dejaría subir a mi cama, no ,no.