Érase una vez, una playa hermosa y grande. A ella, iban los adultos y los niño a bañarse y a jugar, también, se diviertían viendo el tamaño de las olas.
En esa bella playa, sobre una roca, vivía un caracol que era muy alegre. En ocasiones le gustaba caminar y observar el paisaje. Otras veces, recolectaba un poco de agua para sentir su frescura, oía los cuentos de los peces y subía a dormir sobre la roca.
Resultó que un día, el caracol, quedó dormido profundamente y no se dio cuenta de lo que sucedía. Percibio un sonido muy fuerte como una detonación.
Y dijo que pasa?, el estaba nervioso. Nadie le contesto, posteriormente comenzó a darle vueltas todo.
Una ola inmensa lo llevaba y lo traía. Pudo escuchar que alguién decía es una tormenta, corran a resguardarse en un lugar seguro.
Mientras tanto, el caracol intentaba agarrarse de alguna roca, pero su esfuerzo fue ineficaz. Le llegó una gran ola, y lo elevó bien lejos, rodando a lo más profundo.
Desde ese momento, empezó a estar rodeado de oscuridad. La ola lo había enterrado en la arena.
Pensaba que voy a hacer, aquí nadie me escucha, estoy triste... Pasaron los días y nada que ocurría, no podía caminar, ni escuchar el ruido del mar, ni ver el vuelo de los pájaros.
Sólo queda, seguir esperando a que alguien me encuentre, y poder salir de esta cueva oscura. Lo que voy a hacer, será cantar y tener paciencia y pensamiento positivos, para que mi estadía aquí sea placentera.
No voy a perder la esperanza, no será hoy, pero sucederá el milagro de ver la luz,nuevamente, muy pronto.
Pasaron los meses, y llegó el día que dos niños, andaban por la playa buscando caracoles. La Consigna era agarrar los caracoles más bonitos.
Procedieron a escarbar en lo profundo de la arena, cuando uno de los niños, le dijo al otro, encontré un caracol. Al verlo le dice ese no, está sucio, viejo.
Espera que pase la ola y verás mejor. Mira ve, es bello, Oyes?... Colócatelo en el oído.
Puedes escuchar las olas y los secretos que esconde el mar, nos cuenta de los peces y de los barcos que están por pasar... Este es mi caracol, desde ese instante, el caracol comenzó a vivir con el niño en su habitación.
El caracol dio gracias a Dios por hacerse realidad el milagro, de que el niño lo encontrara.No perdi mi fe,y mi esperanza, nunca murió, tuve seguridad y confianza que llegaría el día, y así fue.
Ahora, estoy con mi amigo en su casa. Todas las noches, lo deleito, parezco una cajita de música.
Le cantó canciones, continuamente de sonidos del mar, y de los animales que hay en él. Le comentó historias de piratas, y sucesos dados al niño, que me encontró un día en la playa cuando todo era oscuridad para mí.
Me encanta esta historia.