Pensamientos de un padre joven.

La vida, es un carrusel de emociones, un día estas disfrutando del mejor momento de tu vida y al rato puedes estar pasando por un bache emocional, que en la mayoría de los casos, es difícil salir.

Ser padre, significa tantas cosas que una sola definición, sería algo injusto para todo lo que conlleva ese rol, pero, ser padre a los 19 años, me hizo reflexionar de maneras que jamás iba a imaginar. Es impresionante lo mucho puedes llegar a entender a una persona si te pones en los zapatos de ella y en este caso, pude entender a mis padres cuando me advertían de algún peligro o el simple hecho de no poder comprarme lo que yo quisiera. Pude entender la nostalgia que sentían mis padres al verme crecer, pude entender aquellas de mi padre cuando me decía "No crezcas tanto, hijo" o cuando mi madre, preocupada por mis notas del colegio, siempre me daba ese sermón que al final de cuenta, siempre es necesario.

Ojala existieran clases de cómo ser padres, aunque si las hubiesen, creo que muchas personas dieran un paso al costado porque no es sencillo, no es algo que se aprende de la noche a la mañana pero hay algo que hace que ser padre, sea algo maravilloso y eso es cuando ves a tu niño o niña, aprendiendo algo nuevo, cuando lo ves dar sus primeros pasos, sus primeras palabras, sus primeros dibujos o sencillamente cuando de su tierna voz escuchas el primer "Te amo, papá".

Aunque, no todo es hermoso dentro de la paternidad, hablar maravillas es muy fácil, por lo general nuestros padres o madres siempre resaltaban lo bello y hermoso que fue tenernos pero jamás mencionan los momentos cuando la paciencia desaparece por completo, los berrinches, las pataletas, la inconformidad y los llantos sin razón, son cosas que pueden cambiar tu estado de ánimo en un abrir y cerrar de ojos, al punto de querer darlos en adopción pero ahí viene la parte extraña (para decirlo de alguna manera) porque todo cambia cuando logras comprender por un pequeño lapso de tiempo los sentimientos de tu bebé, digo pequeño lapso, debido a que sus sentimientos son tan volátiles que a veces damos por hecho que ellos saben lo que quieren pero no es así.

Así que si eres padre y te sientes identificado un poco con este escrito, bienvenido al club. Si eres joven y por tu cabeza pasa ser padre, piénsalo un buen rato porque si algo es cierto, es que es una responsabilidad que no debe ser tomada a la ligera y si por cuestiones de la vida, te toca ser padre joven, lo mejor que puedes hacer por tí mismo es aceptarlo y nunca dudes en buscar ayuda porque la transición puede ser un poco turbulenta.