El día había llegado.
Luego de llevar abiertamente una vida anti-cotidiana;
Al cabo de ocho años de ideas, sugerencias y comentarios, tanto propios como de segundos, terceros y cuartos;
Cumplido a cabalidad y sin despilfarros el gasto de cuatrocientos millones de pesos (valor fijado por la autoridad registral como póliza de seriedad para la candidatura por firmas);
Satisfechos los tres meses invertidos solicitándole a 100.000 almas del departamento de La Guajira su firma electrónica – apoyando – la inscripción de la candidata;
Saturados los tres meses adicionales dedicados a la campaña y promoción del programa de gobierno a través de redes sociales digitales y presenciales;
Con las vejigas reventadas, producto de doce horas continuas de logística electoral el día del día;
Agotadas las cuarenta y ocho horas que duró un escrutinio electoral aguerrido, lleno de alzamientos, pecheos de machotes y de un ligero, sabiamente evitado, intento frustrado de envenenamiento con ricino; finalmente, la Comisión Escrutadora firmó digitalmente la última Acta oficial y se trasmitió el resultado a la Autoridad Registral, declarando como Gobernadora Electa a la candidata del grupo significativo de ciudadanos ‘Vida Diversa’.
No hubo disparos al aire, ni tampoco parranda inmediata.
La nueva Autoridad no tuvo – como podría especularse – que acostarse con nadie, ni desempeñar favores sexuales para algún Adelantado o Posicionado, como moneda de cambio a título del precio necesario para entrar a gobernar públicamente sobre el entramado del poder regional.
No tuvo – quién lo iba a pensar – que poner en las manos callosas de algún campesino, conservador o liberal, ningún papel bañado en tinta – con unos números grabados indicando una cifra – para conseguir ser elegida representante del pueblo, encargada de definir, con fuerza vinculante, cómo iba a competir la yuca dulce, el maíz tierno y el algodón local con el del resto del globo y las colonias espaciales autónomas de la órbita terrestre, muy de moda en esos días.
Mucho menos tuvo el inconveniente – aunque suene a oculto delincuente – de tener que recomendarle a ningún General o Almirante de las fuerzas armadas del territorio, ni mucho menos a la ciudadanía, a que procediesen a cooperar activamente en pro de que fuesen silenciadas las voces de las fuerzas y energías adversariales a sus intereses políticos.
Vestida superiormente con una camisa de lino manga larga, de estampados en líneas cruzadas color azul rey y color gris de fondo, sus dos pares de gafas, las de la miopía sobre los ojos y las de Sol en el cuello de la camisa; inferiormente con un sencillo pantalón de dril y unas alpargatas tecnificadas color verde anémona y en ellas un grabado en letra wayúu que traduce “Nadie llevará por encima de su corazón a nadie, ni le hará mal en su persona, aunque piense o diga diferente”, la candidata electa se acercó, junto a su séquito de entusiastas, a la sede del escrutinio en la capital administrativa rotativa del Departamento, estando designada para ese bienio la costera y cosmopolita ciudad de Palomino, donde habría de recibir su credencial.
A unos veinte kilómetros de ese lugar – en los pulcros interiores de un palacio de oropel y mármol africano – un gamonal de ancha panza y nariz chata, vestido íntegramente con una pijama color ocre y botones dorados, mientras se encontraba viendo el típico noticiero nocturno de las siete de la noche, utilizó la aplicación de mensajería instantánea encriptada por defecto de su celular para enviar el texto: “Simón del Abedul. sacar. palo. u. 7.30”, a una dirección – también encriptada – terminada en ‘happykill3r’.
Al minuto de enviados tales símbolos, recibió un mensaje de respuesta del destinatario de la orden anterior, con el placentero texto que rezaba: “R, patrón”.
Unos minutos después, marcando el reloj las 7:20pm, en la sede la Universidad local de la urbe capital, la candidata electa, con su credencial en mano, terminó de despedirse de los últimos simpatizantes que la acompañaron durante el fatigoso día, ya para retirarse ella a descansar sobre la seguridad jurídica de la victoria reciente. Irónicamente, lo último que dijo, para cerrar la frase de despedida al grupo político fue: “Ya me voy a descansar, estoy muy agotada, capaz y me duermo y no me levanto, quedo muerta en la cama”.
Dato curioso: Ya los periódicos afines al anterior grupo político tenían reservada la primera plana para una noticia de tragedia.
es que la política en todas partes actuán de esa forma ,así un pueblo elija ,otros deciden por lo que les conviene . Siempre hay intereses de por medio , para mi es un enredo difícil de solucionar ,los políticos de poder nunca tendrán conciencia .Siempre defenderán su confort ; creen que nunca morirán .Les encanta ver a los demás a sus pies , en mi país me siento como que uno elige a un presidente para que se adueñe de todo , para que humille y le obedezcan todo lo que ellos dicen .