Muchos disparos, pocas conciencias
A decir verdad, al pensar en cómo abordar este post, muchas preguntas surgieron en mí y es complejo poder llegar a una solución o siquiera una explicación lógica y justificable a una situación tan delicada como la que atraviesan los estadounidenses en este momento.
Dejando a un lado por supuesto, el panorama político e histórico de ese país, y su participación en conflictos fuera de sus territorios, porque realmente me extendería aún más, lo que me llama la atención fervientemente es como se ha desatado la violencia a mano armada en los últimos días en el país de las barras y la estrellas, dejando cifras de inocentes fallecidos cada vez más altas.
Para hacerlo más complejo, ha habido más de 200 tiroteos en Estados Unidos en lo que va de año, pero es aún más desconcertante saber que, mientras escribo estas líneas, hace una hora reportaron un nuevo tiroteo en Filadelfia, y lo que aún más desconcierta es que probablemente no sea el último en lo que quede de mes, de semestre, o de año.
Es alarmante las manifestaciones de odio que se han visto estos últimos días, desde atacar a una escuela primaria, hasta un Walmart sin chistar ni un poco, eso sólo puede demostrar la decadencia social que estamos atravesando, más allá de lo que supone tener acceso a armamento, porque sí, dicho sea de paso, es algo relativamente sencillo en aquel país del norte.
Es polémico decirlo, pero en los últimos días se ha hablado de una prohibición de armas para disipar el problema, y acá es donde pudiera incluso mostrar opiniones divididas al respecto, por lo que todo esto supone. Si bien eso podría de alguna forma reducir el problema, realmente no se resolvería porque a decir verdad, por naturaleza, cuando algo se prohíbe, es cuando precisamente se hace más masivo y popular, sino vean el caso de la prohibición del alcohol en los años 20.
Pero bien, la prohibición es algo improbable por todo el proceso que implicara, aparte de significar cambiar una serie de derechos de los estadounidenses, y hay una facción que se niega rotundamente a este hecho. Podría funcionar mejor una regulación de a quien se le da acceso a este armamento, con estudios psicológicos regulares, porque a decir verdad, el problema más grande radica ahí, porque a fin de cuentas, las armas son un instrumento, sin sentimientos, y claramente, sin intenciones de hacer daño.
La complejidad del asunto supone un reto para los Estados Unidos de América, porque dada sus políticas estatales, existe cierta autonomía de leyes acorde a cada región, es decir, las leyes que se apliquen en Texas, no serían las mismas que se apliquen en Florida. Pero más allá de eso, debe y se necesita una unificación de criterios, que intenten resolver esta problemática, porque siguen siendo inocentes todos los que pierden la vida.
Las armas no matan, el hombre sí. ¿Qué hacer? ¿Prohibir su uso o regularlo fuertemente? Es conflictivo cualquier punto de vista, porque mientras se atoran en burocracia, siguen habiendo situaciones que ponen en peligro gente inocente, muchas veces expuestas por pertenecer a un grupo religioso en específico, o peor aún y a estas alturas, por su color de piel o raíces étnicas.
Más allá de prohibiciones, necesario es reforzar valores
Trillado, cliché, y todo lo que pueda suponer decirlo, pero es una realidad tangible. Hay una problemática social inmensa que está atravesando lo largo y ancho de un país que se supone es del primer mundo, y que parece superar con creces incluso a países de Latinoamérica donde ciertamente, pueden existir más regulaciones, aunque claro, es probable que exista más violencia per cápita, pero aquí hablo exclusivamente de situaciones que ocurren, en lugares donde se supone que la gente se debe sentir segura.
Un estudio serio de conciencia y ayuda psicológica se requiere, porque a decir verdad que hayan ataques en iglesias, cines, centros comerciales y escuelas, dice mucho de la carencia de valores que se presentan en este momento.
No es el mundo en el que quiero vivir, y probablemente postear esto sin siquiera vivir allá suene raro, y que de dónde vengo pues, seguramente que hay violencia más desalmada, pero no se trata de comparaciones, sino de que se arrebatan vidas que se supone que están en un entorno donde se sienten seguros y de la nada, alguien llega y acaba con todo. Preocupante, sí, en demasía.
Esto es algo que es muy deprimente; yo no salgo de mi asombro en ver cómo pueden estar ocurriendo estas cosas y aún no hay una posición determinante sobre esto a nivel del gobierno. Toca esperar ver muchas cosas terribles más si le siguen permitiendo a la población tener armas sin control.