Callejón sin salida
Imagina por un segundo saber, que cualquier decisión que tomes, terminará lastimando a alguien que te importe, y que dada la situación, debes elegir a quien. No hay respuestas buenas, las dos son igual de malas, pero es momento de avanzar.
Se acaba el tiempo, debes pensar de inmediato, porque no tomar una decisión terminaría lastimando a ambas personas que te importan, y entonces la lógica te dice que necesitas actuar, y decidir quien merece más, o menos daño.
Suena injusto por donde lo mires, pero es lo que te ha tocado, de pronto te encuentras en ese predicamento, sintiendo que hasta el aire te falta por no tener un camino sin piedras, y la desesperación comienza a tocar tu puerta. Tu frente sudorosa te dice que ya no hay nada que hacer, y los latidos de tu corazón se multiplican por 100, mientras un reloj mental comienza a atormentarte.
¿A dónde se fue el ego que tanto te enorgullecía? Eso es lo único que pasa por tu mente, tantos días de decisiones erróneas, te han llevado a este momento tan amargo que trata de corregir las cosas, por muy doloroso que pueda sonar. El dolor parece un factor común en la vida humana.
Te desentiendes del mundo por un minuto por el agobio tan monstruoso que te pincha en el estomago, como si de una cuchilla bien afilada se tratase. Te das un tiempo para pensar, y buscar una solución decente que defina tu accionar, y solo, logras resolver un enigma para nada alentador: En cualquier escenario, te haces daño a ti mismo.
¿Injusticia? Totalmente, al parecer no estás exento del dolor que puede resultar de un momento como este, pero nadie dijo nada de que tu serías el gran perdedor de esta situación tan abrupta.
Necesitas predecir los resultados, pero eso no se permite en el reino de los mortales, tampoco hay tiempo para acudir a otros planos más divinos, el momento es ya, el momento es ahora, y los segundos siguen restando.
Dejó de importar el dinero, y todo lo que se hacía con él. Esto va más allá que unas cuantas monedas que puedes recolectar y gastar. La moneda de cambio es el dolor, ese que alguien tiene que sufrir, para que el mundo pueda seguir andando de la forma en que lo ha hecho durante tantos milenios. Es tan exasperante imaginar la magnitud de todo esto, que reducirlo a unas pocas horas, es cruel y despiadado.
Llegó el momento de decidir, ya no hay marcha atrás, es momento de hacerlo, sufre uno, sufre otro, no tiene relevancia, tu sufrirás de cualquier manera, a menos que decidas dejar que todo fluya, y dejar que ese sufrimiento no te toque, pero que socave dentro de aquellos a los que deseas el bien.
Fin del tiempo, es momento de avanzar, ya veo que has decidido, y finalmente escogiste...
FIN
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