Aprendiendo algo nuevo
Una revolución dentro de mí ocurre en este momento, hacía años que no me sentía de esa forma, como si algo despertara, un sentimiento impresionante, y no, no es amor, porque ese ya lo tengo, lo tuve, y lo tendré, pero esta vez, las cosas se pintan distinto. Jamás creí que con todos mis años acumuludados, seguiría aprendiendo algo, y que ese algo, me despertara una pasión sin precedentes.
Ahí estaba yo, el hombre intachable que infundía miedo y respeto por doquier, arriesgando su propia reputación, por una actividad que no precisaba ser necesaria, pero que dentro de mi, llenaría vacíos que hasta que lo intenté, no sabía que debían ser rellenados.
Que no os engañen cuando se atrevan a decir que las mariposas en el estomago se sienten cuando te enamoras de alguien, porque la verdad es que si te enamoras de algo, el sentimiento es exactamente el mismo, y hasta más, porque no necesitas ser correspondido por ese algo.
Me sentí como un novato, sobre todo porque aquellos jóvenes eran más ágiles y rápidos que yo, y francamente más estudiados, aunque eso no importó porque luego de 4 décadas sintiéndome superior, me encontraba al mismo nivel que los demás, siendo incluso un poco más lento que el resto del grupo. ¿Me detendría eso? Jamás, era mi momento de demostrar que la experiencia, es algo que no te regalan las mejores casas de estudio, ni los mejores profesores.
Fallé, como nadie en ese grupo. Si dieran un reconocimiento por fallar tantas veces, podría fácilmente tener mi rostro marcado, y aunque querían hacerme sentir humillado, realmente me importaba poco, porque al menos lo estaba intentando. La juventud suele hacernos muy diestros en ciertos aspectos, pero muy imbéciles en otros, y doy plena fe de ello, quizá sea porque la juventud te ciega, porque crees que jamás saldrás de esa burbuja.
A pesar de mi obvia lentitud, siempre conversaba con aquellos chicos durante mi nuevo proceso de formación, y para hacerlo más justo, y que la experiencia se sintiera más real, jamás develé quien era, sino que simplemente era un viejo que se abría a otras oportunidades.
En efecto, fui ignorado por aquella mayoría que tenía aspiraciones irreales y estúpidas si me lo preguntan, pero al menos muchos mantenían su llama viva al trazarse esos objetivos. Me causó un poco de gracia, porque algunos de los participantes, tenía como meta entrar en mi compañía, y tenía la idea de ser como yo, porque era un sujeto respetable, y como no, muy adinerado. Claramente, mientras me ignoraba, y hasta intentaba humillarme, diciendo que la verdad perdía mi tiempo haciendo eso; lo tendré en cuenta cuando vaya a realizar la entrevista. Se la haré yo mismo, quisiera saber que tiene para ofrecer.
Honestamente, no me preocupo en indicarles que era lo que estaba haciendo, porque no lo ocupo relevante para lo que quiero dar a entender, lo que si quiero dejar claro es lo que me dejó. Y nuevamente lo digo, la experiencia es un regalo muy valioso, y eso fue lo que obtuve, más allá de un nuevo conocimiento.
No puedo presumir el hecho de que quizá yo sabía más que el instructor, pero si algo he aprendido durante todos estos años, es que uno debe aprender a respetar las jerarquías, porque sino, el orden establecido se transforma en anarquía, y francamente sería un desastre con todas sus letras. Así que solo asentía, aprendía y avanzaba, lento pero seguro.
Hay un factor clave que casi olvido al conceder esta entrevista, y es que, nos sucede a todos, me refiero al hecho de que creemos saber todo, y realmente sabemos absolutamente nada. Hay todo un mundo de conocimiento allá afuera, y somos muy egoístas al creer que el nuestro, es más valioso que el otro.
Por ejemplo, creer que soy mejor que el conserje que limpia el edificio por mis conocimientos en finanzas, obviando el hecho de que en su resumen, ese hombre ha trabajado en más áreas que todo el piso 4, dejando muy buenas referencias. Fue sólo emprendiendo mi nueva aventura que entendí, que el merecía más de lo que le ofrecíamos, y por ello ahora es supervisor.
Perdí m norte durante mucho tiempo, porque sí, el dinero es importante, y que nadie les haga creer lo contrario, pero si solo te ocupas de ganarlo y durante el proceso no estrechas relaciones con el resto del mundo, serás un fracasado solitario, con una cuenta de banco abultada.
De esta experiencia me llevo algo, y es que no se puede disfrutar de un buen estatus, sino se tiene humanidad, porque es probable que, si no cambio la manera en la que veo las cosas, terminaré solitario, y no necesito estar solo, para entender el peligro que eso resulta, tan solo requiero de un poco de sentido común.
Gracias... nos veremos la próxima semana.
Foto de portada por João Jesus en Pexels
¡Hola Simón me gustó tu relato; si es una ficción o no creo entender el punto que intentas resaltar! ¡La verdad es que desde que comencé a leer el artículo me sentí identificada sobre todo por el hecho de ser una persona de 50 años que siempre está buscando aprender todos los días cosas nuevas. Me encanta hacer cursos de todo lo que se me pueda cruzar por delante y que me llame la atención. Por eso estaba tan interesada de conocer de qué se trataba aquello que había despertado tu interes de forma tan apasionada casi como si de un romance se tratara. ¡Lástima ya me veía haciéndo esa apasionante actividad! ¡Saludos desde Venezuela!