Mis consideraciones respecto al efecto del “Play to Earn” y los Juegos NFT en la sociedad

Actualmente se está experimentando una explosión en cuanto a la popularidad y numero de alternativas disponibles, dentro de una nueva rama de la industria del entretenimiento que combina los videojuegos con el mundo de las criptomonedas y la tecnología Blockchain, dando como resultado juegos en los que sus usuarios tienen la posibilidad de obtener beneficios económicos bastante significativos, por medio de Tokens criptográficos intercambiables por dinero fiduciario o FIAT, es decir por unidades de las monedas nacionales de curso legal en los diferentes países, las cuales se utilizan normal y continuamente en el mercado para comerciar productos y servicios. 

El impacto en la sociedad y la economía offline de este fenómeno, pudiera ser bastante grande en los próximos meses y años, debido a que se trata de una actividad de ocio que hasta ahora (con algunas excepciones) no producía para sus entusiastas, los jugadores de videojuegos (Gamers), ningún beneficio más allá de la satisfacción personal y el entretenimiento, pero ahora con la proliferación del “Play To Earn”, puede convertirse en una fuente de ingresos relativamente estable y significativamente rentable para un número muy grande de jóvenes. La ola de popularidad que estos juegos están recibiendo en los últimos meses tiene un alcance mundial, pero especialmente en países con condiciones económicas adversas como Filipinas y Venezuela, donde los salarios son muy bajos y la inflación no para de devaluar la moneda local, entonces resulta mucho más acelerado el ingreso de personas a la realización de esta novedosa actividad económica y por ello sus efectos sociales podrán hacerse notorios más rápidamente.

Ya en Venezuela podemos notar, que no se trata exclusivamente de quienes desde antes eran gamers, sino de muchas otras personas que motivadas por las noticias sobre las ganancias que se pueden llegar a obtener al participar en estos juegos, comienzan a incursionar en este mundo de jugar para ganar dinero, buscando generar los ingresos económicos que sus profesiones u oficios no les permiten alcanzar por causa de la crisis. Esto en principio es algo muy positivo si se le observa superficialmente, ya que por ejemplo un profesor universitario que por su labor recibe un aproximado de $10 al mes, pudiera ingresar a uno de estos juegos basados en Blockchain y comenzar a percibir cantidades que pudieran rondar los $400 mensualmente, con lo cual pudiera permanecer en su actividad docente y a la vez, de forma paralela, ocupar su tiempo libre en el juego para sustentarse económicamente.

La parte negativa de esto pudiera manifestarse cuando ese docente o cualquier otro tipo de profesional (incluyendo también a quienes no realizan una actividad profesionalizada, pero que generan riqueza y valor agregado), termina abandonando su ocupación o puesto de trabajo para dedicarse a una labor que no genera mayor beneficio a la sociedad, pues con el juego no se produce ningún bien material, solo activos digitales. Pensemos por un momento, ¿quién ejercería tareas como las de un obrero, personal de mantenimiento o atención al público a cambio de un salario básico, cuando existen juegos en los cuales se puede obtener cada mes un ingreso mayor y sin la necesidad de ser un jugador extraordinario? 

Ya en algunos países como es el caso de Canadá, se está dando una especie de crisis de mano de obra, debido a que en esa sociedad y en las correspondientes a varias de las economías más desarrolladas del mundo, el promedio de edad es de los más altos, lo que implica que más personas pasaran próximamente a estar en edad de jubilación, mientras que debido a la baja natalidad será menor la cantidad de jóvenes disponibles para ocupar esos puestos de empleo que quedaran vacantes. En el caso canadiense los ciudadanos pertenecientes a la generación Baby Boomer, durante el confinamiento por la pandemia del COVID-19, obtuvieron jubilaciones adelantadas, dejando una enorme cantidad de puestos de empleo por ocupar. 

Al mismo tiempo, los jóvenes pertenecientes a la generación Millennial, que se supone debían ocupar esas plazas laborales, durante la temporada de aislamiento en la que se mantuvieron en casa durante meses, debieron explorar otros métodos no presenciales para obtener ingresos, por lo que muchos de ellos comenzaron a trabajar de forma remota como freelancers y también aprovecharon el tiempo para capacitarse de manera online en las áreas que más los apasionaban y en las cuales, por falta de tiempo, no habían podido prepararse. De modo que, cuando las empresas comenzaron a retomar sus actividades, se encontraron con que no cuentan con personal dispuesto a laborar, ya que ahora pueden trabajar de forma independiente, sin jefes, sin horarios estrictos, sin la necesidad de desplazarse cada día hasta el lugar de trabajo y con remuneraciones superiores a las que obtendrían en un trabajo presencial. 

Esto se une a que durante la cuarentena también se detuvo el ingreso de extranjeros al país, lo que termino siendo la receta perfecta para producir la crisis por escasez de mano de obra que ahora se está presentando allí. Si al trabajo freelance y la formación en línea le agregamos la participación de la juventud en los juegos NFT, podríamos comenzar a ver que muchos países desarrollados como Alemania, Reino Unido, Italia, Japón... empiezan a padecer situaciones similares en su mercado laboral. Incluso con el tiempo esto podría incidir en la deserción universitaria y escolar, ya que, para logar un ingreso económico alto, no se requerirá de un título académico, sino de mayor destreza en la manipulación de un juego. 

Hay quienes opinan que esto será solo un fenómeno pasajero y que el monto que se puede llegar a ganar en promedio con estos juegos caerá estrepitosamente en los próximos meses y años, que la dificulta para alcanzar ingresos será cada vez mayor, tal como la cantidad de recursos requeridos para minar un Bitcoin se incrementa constantemente, por lo que no será rentable abandonar puestos de trabajo para dedicarse a ello por entero, al menos no para un número muy elevado de personas. Personalmente, aunque creo que casi todo es posible, me parece poco probable que estos juegos sean algo pasajero o que se reduzcan bruscamente las cantidades que pueden llegar a ganar los participantes, sin tener que ser extremadamente buenos jugadores. 

La industria de los videojuegos actualmente es enorme, se estima que en el año 2020 facturo más de 170 mil millones de dólares, ya que, a diferencia de otros productos, el consumo de videojuegos se disparó con el confinamiento de las personas a causa de la pandemia y las proyecciones a futuro indican que continuara creciendo. Así mismo, la migración de los jugadores desde plataformas de juegos que no ofrecen ganancias económicas a las que, si permiten obtener dinero por jugar, apenas se encuentra en sus primeros pasos, pero las dimensiones de esto se espera que sea de proporciones épicas. 

Por otro lado, no se trata únicamente de los jugadores que buscan integrarse a juegos en los que puedan ganar dinero, sino también de las empresas e inversionistas de gran tamaño, que persiguen una cuota de este gigantesco pastel. Algunos se preguntas como es que esas empresas realizan juegos en los que se entrega tanto dinero a los jugadores, de hecho, a mis varios conocidos me han preguntado de donde sale ese dinero, si se trata de una estafa y si las empresas están locas para estar pagando a la gente solo por jugar, la respuesta es que no, no están locos, no se trata de algo sencillo de explicar y en realidad yo no conozco plenamente cómo funcionan estas empresas y la parte administrativa de cada juego, pero para hacerlo simple, pensemos en una lotería o un casino, esas empresas no pierden, aunque entreguen mucho dinero a sus usuarios. 

Por supuesto, en un casino no todos ganan en cambio en estos juegos casi todos ganan, pero el caso es que todo depende de la economía interna del juego, no se trata de dinero que sale directamente de los bolsillos de los creadores o inversores, el dinero que se genera principalmente proviene de intercambios comerciales entre los mismos jugadores, por lo que el juego se vuelve sustentable por sí mismo, gracias a su comunidad. Todo depende de un difícil equilibrio entre la entrada y la salida de dinero, es decir quienes invierten en el juego y quienes retiran sus ganancias, es por eso que los desarrolladores implementas reglas para controlar ese ingreso y retiro, intentando así mantener la estabilidad de la economía y la confianza de los jugadores. 

Por lo tanto, es perfectamente normal que un buen número de estos juegos terminen fracasando por mala gestión de sus responsables, lo que parece menos probable, es que sea algo generalizado y por tanto todos pierdan su popularidad en bloque, eso es muy poco lógico, lo que sí parece que está destinado a ocurrir es que los juegos de mayor calidad estabilicen bastante en cuanto al valor de sus monedas y a las comunidades que poseen y se vuelvan algo mucho menos riesgoso, por lo que cada día más personas se motiven a participar. Eso sumado a que las nuevas generaciones que vienen tomando el turno en lo que a capacidad productiva se refiere, estarán mucho más familiarizados con las tecnologías que sus antecesores y traerán una mentalidad más abierta al cambio y a las nuevas formas de vida, ya no tendrán en mente que se debe tener un empleo para asegurar el porvenir. 

Ya me he extendido demasiado, por lo que no abordare en detalle el tema de la automatización de terear simples y repetitivas que hasta ahora han venido siendo realizadas por personal humano, pero creo que no quedará otro camino para el capitalismo mundial, que dirigirse hacia la masificación en la implementación de sistemas autónomos con inteligencia artificial, que asuman la realización de actividades manuales en las que el ser humano gradualmente ira dejando de estar dispuesto a participar. Tampoco he mencionado hasta este momento en el artículo, que las redes sociales basadas en Blockchain como esta, seguramente también se beneficiarán del oleaje causado por los NFT y terminaran volviéndose muy populares, lo cual constituirá otra fuente de ingresos que contribuirá con esa situación.