La glándula pineal, también llamada epífisis, es una pequeña glándula endócrina que se encuentra en el cerebro y produce melatonina, hormona que regula los biorritmos del organismo. La glándula tiene forma de fruto o piña de pino, por eso su nombre.
Tiene un tamaño de entre 5 y 8 milímetros, y a pesar de ello, recibe un inmenso flujo de sangre: ¡Casi la misma cantidad que nuestro riñones! No cabe duda de lo que esto significa: a pesar de ser muy pequeña, es una pieza fundamental de nuestro cerebro.
Su principal función a nivel fisiológico, conocida hasta el día de hoy, es la de producción de melatonina. Esta hormona derivada de la serotonina y modula nuestros patrones de vigilia y sueño (los ritmos circadianos) y establece a su vez, nuestra entrada a la pubertad.
Así es que la glándula pineal es muy importante para nuestro funcionamiento diario (cuándo dormimos y cuándo estamos despiertos, por ejemplo) y regula nuestro reloj biológico. Una pubertad demasiado precoz, por ejemplo, puede estar vinculada a cierto funcionamiento anormal de esta glándula.
la glándula pineal fue descrita por primera vez en el siglo III a. C. Fue Herófilo de Calcedonia y le atribuyó unas funciones muy particulares: vio en la glándula pineal una válvula capaz de regular nuestro pensamiento. Más adelante, Galeno de Pérgamo ya le dio una explicación un poco más ajustada y certera. La describió como una glándula del sistema nervioso.
La verdad es que el célebre Galeno no iba mal encaminado. Esta pequeña estructura situada entre los órganos del tálamo y bañada a su vez en el líquido cefalorraquídeo es, efectivamente, una pequeña glándula endocrina con interesantes funciones.
Al día de hoy no se conoce con total exactitud todas las funciones que puede llevar a cabo la glándula pineal o epífisis cerebral. Se sabe que la mayoría de los vertebrados la tienen, y que incluso ciertos anfibios y reptiles disponen de una estructura muy similar. Ahora bien cabe decir que pocas estructuras cerebrales han suscitado tantos misterios y desafíos a lo largo de la historia de la medicina.
Entre las diversas teorías del tercer ojo, existe una que nos habla de la evolución. De hecho, diversos animales, como el atún, el tiburón, las ranas y las lagartijas, tienen un tercer ojo en sus cabezas al que los científicos denominan ojo pineal. Es decir, el tercer ojo, técnicamente, es real, al menos en dichas especies
Este ojo pineal es como un tercer ojo normal, solo que funciona diferente a los otros dos ojos. En resumen, se trata de un foto receptor que no cuenta con conos ni bastones para captar la luz. Como señalan los científicos, se trata de un órgano vestigial; es decir, una consecuencia de la evolución de las especies.
Ahora bién ¿existe relación entre el tercer ojo y la glándula pineal?
En algunas tradiciones, como el hinduismo, se dice que el tercer ojo está ubicado alrededor de la mitad de la zona de la frente, ligeramente por encima de la unión de las cejas, y también es relacionado con los chakras; pero otras tradiciones, como en Teosofía se cree que tiene alguna conexión con la glándula pineal. Según esta teoría, los seres humanos poseían en tiempos antiguos un tercer ojo real en la parte posterior de la cabeza con funcionalidad física y espiritual. Con el tiempo, ya que los seres humanos fueron evolucionando, este ojo atrofiado y hundido es lo que se conoce a día de hoy como glándula pineal, la existencia de un tercer ojo real en el reino animal como ya se ha mencionado lleva a pensar que el ser humano siendo un ser humano más evolucionado también posee ese tercer ojo.
No obstante, los médicos señalan que la glándula pineal no nos permite ver el futuro, sino que, sencillamente, se encarga de ordenar nuestros patrones de sueño al liberar hormonas como la melatonina.
Pero, para los teóricos del tercer ojo, no solo los reptiles y anfibios cuentan con ese tercer ojo, sino que también contaban con él nuestros ancestros más antiguos, para mirar hacia sus espaldas y ver aquello que no era visible con los dos ojos delanteros.
En todo caso, tras miles de años de evolución, el tercer ojo se convirtió en lo que ahora conocemos como la glándula pineal, de acuerdo a la teoría. Pero, ¿será la glándula pineal un tercer ojo súper desarrollado o un tercer ojo mutilado?
El rol de la glándula pineal como tercer ojo no es meramente mitológico o místico. De hecho, uno de los hombres de ciencia más famosos de todos los tiempos —René Descartes—, la consideraba como la conexión entre el mundo físico y el mundo metafísico en el cuerpo humano.
Para Descartes, el mundo se dividía en dos, pues él tenía una visión dualista: el mundo físico y el mundo metafísico. Pero, ¿cómo se conectan nuestras almas con el cuerpo si hablamos de dos mundos diferentes?
Para Descartes, la conexión era la glándula pineal; a través de ella, nuestros cuerpos y nuestras almas se comunican
Según Alex McKenna La glándula pineal tiene relación directa con nuestro ritmo circadiano. En otras palabras, afecta en forma directa nuestro ciclo de sueño. Lamentablemente, nuestro estilo de vida moderno hace que nuestra glándula pineal deje de funcionar correctamente. La glándula pineal tiene relación directa con nuestro ritmo circadiano. En otras palabras, afecta en forma directa nuestro ciclo de sueño. Lamentablemente, nuestro estilo de vida moderno hace que nuestra glándula pineal deje de funcionar correctamente.
La glándula pineal está vinculada y es mencionada por muchas culturas y religiones como hinduismo, cristianismo, budismo, etc. En el marco de la Teosofía al sexto chakra, el agna chakra, que es el chakra del tiempo, la percepción espiritual y la luz , ha sido descrito como el tercer ojo, la puerta a otras dimensiones. En el Hinduismo, el tercer, ojo de Shivá, en su frente es el ojo de la sabiduría, conocido como bindi. Es el ojo que ve más allá de lo evidente. En consecuencia, a Shivá se lo conoce como Tri-netri-īshwara (‘señor de los tres ojos’). El tercer ojo de Shivá es comúnmente asociado con su energía salvaje que destruye a los malhechores y los pecados.
Los egipcios llamaban al tercer ojo el “ojo de Horus” mostrando una relación entre la pupila del ojo de Horus y la ubicación de la glándula pineal. El tercer ojo también se encuentra relacionado con el concepto del “ojo que lo ve todo” asociado a sectas místicas.
En resumen existe mucha información en la red respecto al tercer ojo y la glándula pineal pero aún no existen estudios firmes que puedan confirmar que la glándula pineal es el tercer ojo en el ser humano.
Lo que si no hay duda es que el ser humano no es solamente un cuerpo físico también tiene un cuerpo espiritual como también es cierto que existen personas con dones de clarividencia y que estas habilidades pueden ser mejoradas con diferentes técnicas de respiración, meditación y concentración.