La Música Cómo Método de Sanación
Escribir sobre la música es para mi un placer porque desde niña me gustado cantar y muchos dicen que no lo hago mal, he desarrollado ese talento, ese don que Dios puso en mi en forma empírica, es algo natural, no se leer música pero me basta oír atentamente y dejar fluir lo mejor de mí, lo que llevo en mi corazón para interpretar alguna canción en forma magistral, que hace que quienes me escuchan sientan una conexión.
Y este don ha despertado en mi muchas interrogantes, mucha curiosidad cuando alguna persona realmente ha llorado con mi canto y se me acerca para darme las gracias porque le he inspirado paz o alguna otra me dice que le alegrado el día, al punto de llevarme a estudiar como la música puede influir en el ser humano pero sobre todo a investigar si además de ayudar a sanar un alma herida la música sea capaz de producir o contribuir con la sanación física, en tal sentido he encontrado que existen diversos estudios, algunos científicos y otros no tan científicos, que afirman o confirman mis sospechas y me permiten extraer las siguientes conclusiones:
La música está en la esencia del ser humano, existe y le acompaña desde el inicio de la humanidad.
No solo es arte, que combina armonía, melodía, ritmo y hasta silencios del sonido, sino que es la expresión del ser, de sus sentimientos.
Se ha aplicado musicoterapia con resultados exitosos para recuperar el habla después de un daño cerebral, para disminuir el estrés o daños que ocasiona la demencia en ancianos, reducir dolor en pacientes hospitalizados, disminuir episodios de asma, mejorar las habilidades de comunicación en niños con Autismo, mejorar la función motora en personas con Parkinson y mejorar la memoria en pacientes con Alzheimer.
Otro hallazgo importante es que investigaciones con imágenes cerebrales muestran que la música involucra ambos hemisferios del cerebro, aunque la mayor parte de la actividad sucede en el lado derecho del cerebro, cuando se escucha música, se activan los centros de memoria cerebrales, como el hipocampo y las partes bajas del lóbulo frontal.
En fin que no me cabe duda que la música es un instrumento, un talento, un don que bien utilizado puede brindar muchos beneficios al ser humano y que a medida que ayudamos a sanar a otro también nos ayudamos a nosotros mismos.