Autismo. ¿Qué alimentos le perjudican? ¿Qué puede consumir?
El autismo es una alteración neurológica que afecta la función cerebral, especialmente en las áreas de interacción social y habilidades para la comunicación, aunque las últimas investigaciones apuntan hacia una etiología multifactorial donde se involucran factores genéticos, ambientales, metabólicos e inmunológicos que ver el metabolismo de la neurotransmisión cerebral.
El espectro autista se sigue definiendo conductualmente, no biológicamente.
El Manual de Estadística de Enfermedades Mentales su última versión revisada (DSM IV-R), lo engloba dentro del grupo de los trastornos generalizados del desarrollo, como “Espectro Autista” y en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS (CEI-10) se incluye como “Autismo Infantil”.
La adecuada administración de alimentos y vitaminas, es un complemento para mejorar ciertas conductas y síntomas del autismo.
Es conocido que las personas autistas son selectivas en su alimentación y se dice que los alimentos que ellos buscan y quieren comer son los que le hacen más daño.
Es por ello que se debe realizar un plan de alimentación tomando en cuenta, la causa del autismo y la clínica del paciente por lo cual existen diferentes alternativas.
Desde hace un tiempo, algunas investigaciones han venido señalando las posibles relaciones entre la alimentación y una serie de trastornos que van desde las alergias, las intolerancias alimenticias y, últimamente, los efectos opiáceos de algunos componentes del trigo y la leche de vaca o cabra.
Ya en la década de los sesenta, el inglés Bernad Rimland1, fundador del instituto para la investigación del autismo, se manifiesta acerca de la posible relación entre deficiencias alimentarias y algunos síntomas conductuales de los niños dentro del espectro autista.
En los últimos diez años, diversos estudiosos del tema, tanto en Europa, como en EEUU, han podido precisar algunos elementos importantes que merecen ser considerados al momento de realizar una intervención terapéutica en niños que presentan trastornos del desarrollo dentro del espectro autista, e incluso , en el cuadro de Déficit Atencional.
¿Existe Relación entre la Leche de Res y el Autismo?
Existen varios estudios donde ponen de manifiesto la relación existente entre el consumo de leche de vaca y cereales con gluten, con diferentes afectaciones: alergias, intolerancias y efectos opiáceos; que provocan insuficiencias alimentarias y trastornos conductuales en los Trastornos de Autismo.
Estas sustancias, por su estructura, no se digieren al completo, pudiendo generar así péptidos que tienen diferentes efectos como opiáceos, ya que traspasan la pared intestinal llegan hasta el cerebro e interfieren en la transmisión de impulsos nerviosos, provocando un efecto profundo en la conducta , el desarrollo y el aprendizaje de estos pacientes.
Cuando no se descompone, la proteína de la leche produce exorfinas, como la morfina, compuestos que van directo a las áreas del cerebro conocidas por estar involucradas en el autismo y la esquizofrenia, puntualmente, las células de la disfunción.
No solo la leche es inadecuada en la dieta de un niño autista
La leche de vaca y de cabra, junto con el del trigo, el centeno y la cebada, ciertas proteínas (caseína y gluten), cuya estructura o partes de esta, al no ser digeridas completamente, presentan propiedades opiáceas (como la morfina). Las personas lograron degradar estas moléculas en el lumen del intestino delgado, y conceptualmente no ingresan al torrente sanguíneo, aun cuando en algunas personas podrían generar una respuesta inmune, con generación de anticuerpos o células dirigidas contra componentes de proteínas. Por otra parte, tanto los intestinos, como la red de vasos sanguíneos que irrigan el cerebro (barrera hematoencefálica) impiden el paso de estas proteínas al cerebro, por lo que es muy difícil que moléculas tan grandes logren penetrar tales barreras2.
Sin embargo, se ha propuesto que en la población de niños autistas, existía una mayor tendencia a presentar errores del metabolismo que impiden degradar esas moléculas y / o presentan mayor permeabilidad en las barreras naturales, por lo que esas morfinas externas (exorfinas) llegarían a sitios del cerebro que se relacionan con el desarrollo del lenguaje, la comunicación, las relaciones sociales y la modulación de sensaciones y percepciones (lóbulos frontales, temporales, parietales), alterando el funcionamiento de todos los procesos implicados en la cognición y la comunicación3.
Según lo que las familias informan, muchos niños afectados comienzan a manifestar tales problemas al momento del cambio de alimentación (18-24 meses), por lo cual se sugiere una intervención temprana, puesto que el efecto de las exorfinas sería de tipo neurotóxico y se supone que el daño es acumulativo y, en la mayoría de los casos, de carácter irreversible.
Los niños que presentan estas deficiencias, a manifestar características tales como bajo nivel de atención, dificultad con las relaciones sociales, irritabilidad, trastornos del sueño, retraso de lenguaje, trastornosios, trastornos digestivos y regresión o pérdida de habilidades y conductas adquiridas previamente.
En Estados Unidos se practican análisis de ácidos orgánicos que incluirían más elementos en estudio que los perfiles metabólicos que se realizan en la mayoría de los demás países. Por esta razón es que muchas organizaciones de padres de niños autistas y especialistas recomiendan la aplicación de dietas de eliminación, las que se cree pueden ser de mucha ayuda en el manejo terapéutico de la población afectada (ver dietas de eliminación). Es importante recordar que todos nosotros presentamos niveles de intoxicación similares, pero podría entonces existir una mayor fragilidad en los niños con TDD para efectos de eliminar toxinas, recuperarse de los daños o metabolizar los alimentos dañinos.
Restricción de alimentos que favorecen el crecimiento de Cándida:
Esta es otra alternativa para lograr que los niños autistas obtengan el potencial que les ayudará a alcanzar metas en su vida y consiste en ayudar a eliminar los nutrientes que promueven el crecimiento de Cándida y levaduras que casi siempre, están presentes y en niveles elevados en niños autistas.
Para indicarla debemos estar seguros que hay sobrecrecimiento de Cándida y levaduras. El tratamiento mediante la dieta, mejora ampliamente la clínica del niño, eliminando los dolores de cabeza, dolores estomacales e intestinales y flatulencia.
Evitar el consumo de harinas enriquecidas con vitaminas derivadas de la levadura, cerveza, embutidos, yogur, pimienta, curry, vinagre, ketchup, mostaza, vino, postres preparados comercialmente.
Por otra parte es importante saber que debido a que la Cándida se desarrolla en un ambiente dulce, es necesario eliminar no sólo los azúcares simples sino también la fructosa y la sacarosa para evitar que se siga reproduciendo.
Restricción de dietas ricas en fenoles, salicilatos y sulfitos:
Debido a la deficiencia de la enzima Fenol-Sulphur-Transferasa que se presenta en algunas personas con autismo, en ocasiones se hace necesario eliminar alimentos que tengan fenoles, salicilatos y sulfitos, pero seguir esta dieta a largo plazo es extremadamente difícil, ya que los fenoles naturales están presentes en cada alimento de color.
Fenoles: Manzana, pera, durazno, uva, vino tinto, cebolla, chocolate, té, café, frutas cítricas.
Sulfitos: Se debe evitar todos los alimentos que contengan preservativos y / o colorantes, enlatados, embutidos, jugos envasados, refrescos, bebidas energéticas, chucherías, pasapalos salados, ajo, cebolla, brócoli, coliflor, repollo y repollito de Bruselas.
Salicilatos: Té, cerveza de hierbas, carne enlatada y procesada con vinagre, aliño para ensalada, mayonesa, aguacate, aceitunas, papas blancas, pepino, pimentón, tomate, manzana, sidra de manzana, duraznos, melocotones, moras, cerezas, guindas confitadas , uvas, melón.
Restricción de alimentos alergénicos:
Gran cantidad de niños con alergias alimentarias, insisten en comer exactamente aquellos alimentos que no deben comer. A pesar de que las pruebas de laboratorios indican que no hay evidencia de alergias alimentarias, los niños tratados con dieta sin caseína y sin gluten presentan notables avances en su conducta.
Tóxicos ambientales
La contaminación ambiental ha sido otro de los posibles culpables propuestos como causa de los trastornos del desarrollo. El aumento de metales tóxicos como el plomo, el aluminio, el mercurio y otros, ha llegado a grados críticos, sobre todo en nuestro continente. En países como Brasil, se recomienda no consumir la cáscara de ciertas hortalizas, debido a la contaminación por agro tóxicos, neumáticos y sus desechos, pesticidas, etc.
Es claro que los tóxicos ambientales producen serios daños a la salud y deterioran el sistema nervioso. Lo que no es posible determinar es el tipo de daño, la magnitud ni la evolución de estos, en las distintas etapas de la gestación o la vida de un niño.
Procedimientos como la quelación, destinados a la eliminación de tóxicos o la cámara hiperbárica, no cuentan aún con evidencia que sustente el gasto económico y de tiempo que estos procedimientos implican. Así como las comunidades de padres informan de curas casi milagrosas, los estudios realizados17 señalan una casi total ineficiencia y, en muchos casos, reacciones alérgicas bastante severas.
He leído de casos que señalan grandes avances al utilizar estas estrategias. Sin embargo, los que yo he visto, no me convencen de las maravillas que se proponen. También, al consultar las investigaciones al respecto, no se encuentra mayor apoyo átales prácticas. Muchas veces los llamados milagros pueden corresponder a casos mal diagnosticados en un inicio oa niños que a pesar del cuadro, tenían un muy buen potencial y se beneficiaron de todas las terapias hechas (conductuales y educativas) que se realizaron junto con las intervenciones biológicas y dietas18 , 19.
Nuevamente, nos encontramos ante el hecho de que eliminar tóxicos puede ayudar a nuestro hijos a disminuir algunas conductas disruptivas o incrementar niveles de atención, pero no sabemos realmente la relación de tales sucesos, ni podemos predecir la magnitud de los avances o el tiempo en que pueden aparecer. Muchas veces no veremos avance alguno.
Alimentos permitidos:
Carne, pescado, aves, huevo (sin yema), margarina, aceite de oliva, de maíz, de girasol de canola, pan y otros productos preparados con las siguientes harinas: maíz, arroz, yuca, papa, plátano, soya, Batata apio , chayota, auyama, zanahoria (buñuelos, tortas, arepas, casabe, bollitos, galletas). Sustitutos de la leche; batidos de arroz, ocumo, papa, ajonjolí, coco, almendra y leche de soya.
Es importante conocer que los efectos de esta dieta, si funciona, utilizar a ser acumulativos y se debe tratar de cumplirla por lo menos 1 año para verificar los cambios de conducción ocurridos en estos pacientes.