La prenda que llegó al cine ¡y a las playas!

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1 year ago

El significado de una prenda de vestir (o de su ausencia) resulta interesante como rasgo cultural. Por ejemplo, es muy sorprendente que las mujeres de Latinoamérica y especialmente de Brasil, no tienen problemas en vestir tangas que son poco más que un hilillo cuando van a la playa. Eso es muy chocante para las mujeres en España. Pero al mismo tiempo, a las mujeres latinoamericanas no les encaja que las españolas hagan topless.

Son capaces de llevar una micro-braga pero siempre con sujetador o la parte de arriba del bañador. Mientras que las españolas, son capaces de no llevar nada por arriba, pero la parte inferior, más o menos, bien cubierta.

Dejando a un lado las playa nudistas (que también generan cierta controversia entre unas y otras), me pregunto de dónde puede venir esta disparidad cultural a la hora de mostrar según qué partes del cuerpo, incluso cuando vamos a la playa. Piensen que cuando alguien quiere broncearse está más que justificado que quiera que le queden las mínimas marcas en el cuerpo, así que instrumentalmente vestir poca ropa (o ninguna) para broncearse tiene todo el sentido del mundo.

Diría que tiene que ver con la ‘moralidad’ y ‘las leyes’ de cada sociedad. Es decir, como cada cultura ve y entiende el cuerpo de una mujer o de un hombre. En otras palabras, según la cosmovisión de cada sociedad que incluye una manera de entender el cuerpo humano. Y eso tiene también que ver con la historia de cada pueblo, de cada comunidad.

Pensando en ello me vino a la cabeza algo que les puede resultar bastante curioso y anecdótico. Durante la etapa de la dictadura franquista en España coincidían tres elementos que derivaron en transformaciones que el propio franquismo trataba de evitar:

1) Por un lado estaban los ‘telecines que eran básicamente cines que se empleaban como medio de propaganda del régimen. Antes de cada película, se proyectaban las ‘virtudes’ del gobierno y las ‘tremendas mejoras’ que había llevado a cabo. Con el tiempo se conocería como NO-DO (NOticias y DOcumentales cinematográficos, que pueden googlear si tienen interés en saber cómo eran).

2) Por otro lado, la preservación de los ‘valores morales’ quedaban en manos de los obispos católicos que, a menudo, ejercían de censores.

3) Por último, la economía del régimen se basaba en lo que se ha llamado ‘desarrollismo’: la construcción sin medida de edificios y el turismo masivo.

¿Y qué tiene todo esto que ver con la ropa? Pues que en los mismos ‘telecines’ que se empleaban para hacer propaganda, se proyectaban películas del extranjero. Por supuesto, algún censor eliminaba los ‘fotogramas inadecuados’ antes de proyectarlas, pero en muchas ocasiones se les colaba alguna que otra cosa.

Fíjense que la película Gilda de 1946 fue un tremendo escándalo porque, sencillamente, Rita Hayworth vestida de gala con un escote palabra de honor… ¡se quitaba un guante en pantalla! ¡Un guante! Demasiado sugerente para la censura.

Imagen: Fotograma de Gilda, dirigida por Charles Vidor en 1946. ¡Qué desfachatez la de Rita Hayworth! ¡Qué escándalo! - pensó la censura de la época al ver estas imágenes. Increíble pero cierto.

Más tarde llegarían a esas pantallas otras películas de Marilyn Monroe, Brigite Bardot o la primera de James Bond de 1962 (contra en Dr. No), con mujeres tan estupendas como Úrsula Andrews que aparecían en la playa con…

Imagen: Fotograma de Agente 007 contra el Dr. No, dirigida por Terence Young en 1962. A la censura debió explotarle la cabeza al ver así a las actrices en pantalla.

¿Qué demonios es eso? ¿Qué indecente vestimenta era aquella?

Sí. Es un simple bikini.

Pero… ¿y la iglesia y el desarrollismo? Los obispos no solo controlaban las pantallas, sino también las conductas de los feligreses. Dictaban lo ‘moralmente adecuado’ y lo separaban de lo ‘impúdico’. Aquella vestimenta era completamente censurable, incluso para ir a la playa. ¡El bikini estaba prohibidísimo en España!

Sin embargo, a las playas españolas venían visitantes de toda Europa, especialmente de Suecia y de Alemania. ¿Y a dónde iban a parar? A un lugar que explotó el desarrollismo a más no poder: Benidorm, en la costa Alicantina.

Imagen: Benidorm a principios de los 50 antes del boom del desarrollismo. Fuente: Archivos municipales de Benidorm.

Aquel pequeño pueblecito pesquero, se había convertido en una ciudad llena de torres, de hoteles de lujo, de actividades turísticas…debido a ese desarrollismo basado en la construcción y el turismo masivo.

Imagen: Benidorm más o menos en la actualidad. Fuente Unsplash y fotografía realizada por Maksim Ivanov

Y a aquellas playas, mujeres de toda Europa (especialmente suecas y alemanas) llegaban vistiendo sus bikinis y escandalizando a españoles y españolas. Precisamente ese soplo de libertad, hacía que más gente visitara Benidorm. Hombres y mujeres de toda España, iban a aquellas playas para ver a ‘las suecas’. Ellas para ver la nueva moda que se extendía por Europa. Ellos, tal vez, para ver ‘algo más de piel’ que aquello a lo que estaban acostumbrados.

Mujeres altas, rubias y voluptuosas, al estilo ‘James Bond Girls’ se bronceaban allí con sus dos piezas de ropa.

Pronto, el obispo de Alicante tomó medidas y amenazó con excomulgar al alcalde de Benidorm por tolerar aquellas conductas. Pero el alcalde se apresuró a reunirse con Franco en Madrid y le explicó la situación.

Puede que la manera ‘impúdica’ en la que aquellas mujeres tomaban el sol fuese reprobable, pero… ¡dejaban mucho dinero y atraían a muchísima gente al pueblo! Era un reclamo turístico fenomenal en una España cerrada y moralista donde aún primaban los bañadores de cuerpo entero y de una pieza.

Franco le dio carta blanca con un 'haga usted lo que tenga que hacer'. Así que las mujeres extranjeras podrían llevar bikini en Benidorm. Y eso propició que todo el mundo quisiera ir de vacaciones a ese lugar. En aquel momento (bueno, igual que siempre hasta el día de hoy) el desarrollo económico se impuso a la preservación de la ‘ética y la moral’.

Poco a poco, el bikini resultó imparable. ¿Cómo saber quién era extranjera y quién no? Luego llegarían otras modas, como el topless y el nudismo, pero eso es otra historia que en España se conoce como 'el destape'.

Hay un chascarrillo que dice que en algún momento el obispo entró el cólera y le solicitó al alcalde:

—¡Esto es indecente! ¡Las mujeres han de ir a la playa con una sola pieza de baño!

El Alcalde, que ya contaba con la carta blanca del dictador, le respondió:

—Muy bien señor Obispo. Entonces, ¿cuál de las dos piezas quiere que elimine?

Al final, los mismos instrumentos que empleaba el franquismo para el control de la sociedad (telecine, iglesia y desarrollismo) sirvieron para transformar la sociedad de un modo no pretendido y dieron paso a una mayor apertura mental y social.

Y todo... a partir de una prenda de vestir.

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1 year ago

Comments

Me gustó mucho este recorrido histórico-cultural por una España que poco a poco fue cambiando y adoptando estilos nuevos, liberándose de todo aquello que creyó atarla.

Y claro que sí, donde aumenta la economía de un país, muchas veces disminuye la"moralidad" y las normas generales. Hay países donde hasta disminuyen otras cosas, como en Cuba; pero eso es otra historia jejeje.

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1 year ago

Vengo a decir dos cosas.

  1. que me gustan mucho esas marcas de bronceado que quedan dónde tapa el bikini, osea básicamente soy fanático de lo sensual cómodo dice la canción. Y

  2. Que los propósitos de la tecnología pueden no resultar cómo uno espera y tomar rumbos insospechados. Por un momento pensé que, lo de que las mujeres debían usar una sola pieza de baño era para diferenciar a las españolas jaja. Saludos

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1 year ago

Sobre gustos, no hay marcas de sol... jajaja Lo de 'una sola pieza' del alcalde al obispo, iba con sorna, claro. XD

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1 year ago