Conclusión del día: la gente no quiere trabajar. Solo quiere echar horas a cambio de un salario

Partamos de la premisa de que a nadie le gusta trabajar. Todo el mundo sería más feliz si pudiese dedicarse a aquello que le gusta en lugar de tener que sacrificarlo todo para ganarse la vida. Hasta ahí estaremos de acuerdo.

Pero una cosa es ‘trabajar’ y otra muy distinta ‘echar horas en un empleo’.

¿Por qué digo esto? Para mi trabajar significa ser profesional, dedicarte a un oficio o una profesión, tratar de prestar un servicio lo mejor posible. Y hacerlo cada vez mejor para ir progresando y prosperando, ascendiendo y, finalmente, enseñando a las personas que se integran de nuevas.

Aprendiz, oficial, oficial de primera, maestro/a.

Lavaplatos, pinche de cocina, cocinero, chef...etc.

Echar horas es estar en un empleo, mirando el reloj, esperando a que den la hora de salida. Y a causa de ello, otras personas sufren las consecuencias de esa desidia y falta de profesionalidad.

Les cuento esto porque hoy ha sido un día que, ya desde la mañana, me han tocado mucho las narices (de hecho desde ayer me las estaban tocando). Seguramente piensen, ya está aquí Loucy con sus ‘problemas del primer mundo’. Y es cierto, no es algo aparentemente grave, pero que demuestra cómo la desidia, la pereza y la cara dura se va deslizando cada vez más profundamente en nuestra sociedades.

El ejemplo que les voy a dar, que tanto malestar me ha causado es algo menor. Pero pueden extrapolarlo a otras profesiones y a otros países y territorios.

Al grano: las empresas de envíos a domicilio hoy me han puesto de muy mal humor.

Hace un par de días decidía hacer un pedido en una tienda online que vende plantas carnívoras y sustratos para ellas. Resulta que mis plantas ya han florecido y he cosechado las semillas, pero necesitaba sustrato para la siembra. Les he comprado ya varias veces, tanto plantas como sustratos y me consta que son realmente muy profesionales. Todo lo envían detallado, bien protegido, con todas las explicaciones oportunas dentro de la caja. Son gente que realmente ama lo que hace, ama las plantas y les apasiona explicar y enseñar a otras personas para transmitirles esa pasión.

El precio sustrato no llegaba a $3. Pero el envío costaba unos $7. Así que me dije, ‘voy a aprovechar para mirar algo más, porque es absurdo pagar más por el envío que por el producto’.

Me enamoré de un par de plantas. Así que las incluí para completar un poco más el pedido. Inmediatamente me envían un email con el enlace del seguimiento del pedido que debía llegar en 24h (¡Claro! Lleva dentro plantas vivas, sin agua y en la oscuridad).

Ayer vi que a las 8.00 el pedido había llegado a mi ciudad y que ya estaba en reparto. Esperé en casa, y esperé… pero a las 10.30 tenía que salir ya para el trabajo. Normalmente entro antes, pero me permito llegar tarde a cambio de quedarme un poco más por la tarde.

Nada en todo el día. Al llegar a casa por la noche, miro y nada. En reparto desde las 8.00. Así que me dije: 'llamaré mañana a ver. Imagino que llegarán a primera hora, ya que esas plantas no aguantan mucho en una caja. Se supone que atención al cliente funciona desde las 8.00'.

Me despierto hoy, miro el tracking… ¡y tachán! Aparece milagrosamente que ayer trataron de entregarme el pedido a las 10.10 (les recuerdo que salí a las 10.30 de casa). Bueno, digamos que nuestros relojes están desacompasados y que llegaron justo cuando salí de casa. Démosle el beneficio de la duda

Llamo para ver qué me dicen por teléfono. Ya son las 8.00. Nada.

8.15. Nada.

8.30. 8.45. 9.00. 9.15. 9.30… nadie coge el teléfono (les recuerdo que atención al cliente marcaba de 8.00 a 13.00).

Así que ahí estoy yo, retrasando mi entrada al trabajo, para saber qué demonios pasa, porque esas plantas no aguantarán mucho más en la caja.

Bzzzzz, Bzzzzz. Un watsapp.

No se lo van a creer. Lleno de emojis. Casi más que letras. De un número desconocido.

Con la de estafas que hay, una de las empresas más importantes de envíos se dedica a tocar las narices desde números extraños y metiendo emojis. ¿Tenemos 8 años?

Lo que decía el mensaje da igual. Lo que yo interpreté en realidad, con tanta chorrada es: ‘intuimos que estarás de muy mala leche, pero poniéndote una ‘manita’ aquí, un ‘globito’ allá, y una ‘flamenca bailando sevillanas’ seguro que se te pasará el cabreo’.

'Si mandan watsapps es que ya están operativos', pensé

Llamo. Por fin  me cogen. Son las 10.30. Conversación:

—Hola buenos días. Llamaba porque estoy esperando un pedido perecedero que debía llegar ayer…

—Ah sí sí. ¿Eres *Loucy*? Estábamos para llamarte.

—Ya, pero en lugar de eso me habéis mandado un watsapp lleno de emojis que no me da solución…

—A ver, a ver, déjame ver el número de pedido… sí aquí está. Es que ha habido alguna incidencia…

—No me digas… ¿incidencia? ¿Cuál?

—Claro. ¿Este paquete te debía haber legado ayer no? Pues eso lo consideramos incidencia.

—Ahhh Claro. ¿Sabes cuando haces una pregunta cuya respuesta es obvia? Pues eso yo lo considero sarcasmo. ¡Claro que ha habido una incidencia! ¿Por qué estoy llamando si no?

—Vale vale, no se enfade. Espere a ver… veamos qué ha pasado. ¡Ahá! Aquí me pone que el repartidor pasó ayer a las 10.10.

—Ummm qué raro, porque estaba en casa...

—Tal vez no oyó que le llamaron.

—¡Por supuesto! Eso será. me quedé en casa llegando más tarde el trabajo para esperar ese paquete. Pero luego decidí que no estaría pendiente de la puerta ni nada. Estoy esperando con ansia un paquete, pero ¡bah! Voy a ignorar si suena la puerta. Le aclaro que esto también es sarcasmo.

—No entiendo.

—Ya veo… dejémoslo. En cualquier caso, el repartidor pudo llamarme al teléfono.

—Aquí me marca que te llamó.

—Ni de coña. Estuve todo el día pendiente. No me llamó. Ayer solo recibí 3 llamadas de 3 familiares. Punto. Ni una más.

—Pues pone que sí que le llamó.

—Pues que ponga lo que quiera. No llamó.

—Espera, espera… sí que TE llamó. Pero pone que el proveedor puso mal el teléfono en el paquete. Así que no pudo localizarte.

—¿Te das cuenta de lo que me estás diciendo? ‘Sí que TE llamó pero no era tu número’… es decir que no ME llamó. Llamaría a alguien… a MI no.

Pero más aún… si el proveedor puso mal mi número, ¿cómo me habéis enviado un watsapp hace unos minutos? ¿De dónde lo habéis sacado?

—Pues no sé… no sé…

—Mira déjalo. No importa ayer. ¿Cuándo me entregan el paquete?

—Pues es que el paquete está aquí en la oficina. El repartidor ha salido ya. Es tarde para recibirlo hoy. ¿Mañana a qué hora le vendría bien?

—Perdona ¿Tú sabes lo que lleva la caja? Lleva plantas y sustrato orgánico vivo. No viven mucho dentro de una caja. Por eso se envía por express en 24h… no en 72h, que para eso está el correo ordinario. Y por otra parte no me extraña que el repartidor haya salido ya. Son las 10.45 y llevo desde las 8.00 llamándoos pero hasta ahora nadie ha cogido el teléfono…

Resultado final: tuve que ir a toda velocidad a por el paquete a la oficina logística, algo completamente ridículo para un servicio que se hace llamar ‘entrega express a domicilio’.

Inoperancia, desidia, mensajes poco serios por whatsapp, activación tardía de la centralita… y mentiras, muchas mentiras, para excusar su deplorable servicio.

Por cierto, al recoger la caja allí estaba la etiqueta del proveedor con mi teléfono perfectamente detallado. Más aún, también estaba su etiqueta de reparto con mi teléfono perfectamente transcrito… pero, claro, ‘el proveedor se equivocó al poner el teléfono’, claro claro.  Y me llamó, pero no a mí. Y atienden desde las 8.00 pero nadie coge el teléfono hasta las 10.30. Y con esos mimbres debo creer que trataron de entregarme el paquete el día anterior pero que yo no escuché la puerta pese a estar pendiente de ello.

Este es un mero artículo de desahogo, pero que me va a servir de base para poner, ahora mismo, 2 reclamaciones. UNA a la empresa de reparto, y OTRA al proveedor. Para que sepan con qué gentuza tratan, que les echan la culpa de sus errores.

Por si se han quedado con la preocupación, las plantas llegaron vivas. Espero que se recuperen.

Pero yo no me recupero de este pensamiento:

Imagino a un repartidor que no le viene bien pasar por mi casa. Y dice, 'bah… lo entrego mañana'. Y que tampoco le apetece dar explicaciones por teléfono así que no llama al cliente, en este caso yo (sí, amigos y amigas, cuando PAGAN los gastos de envío de un pedido USTEDES, y no la tienda proveedora, son EL CLIENTE. Ni Amazon, ni la tienda online ni nada. SI PAGAN los portes, son EL CLIENTE con todo lo que ello implica en cuanto a derechos).

Imagino también a una mujer que no le viene bien ir a trabajar a las 8.00 pese a que tiene que atender el teléfono. Como no es muy normal que nadie llame a esas horas se pasa sobre las 10.00.

Imagino a una operadora de atención telefónica que no escucha al cliente y que desvergonzadamente le miente si hace falta para salir del paso.

Imagino a alguien aburrido, tan aburrido, que se toma el tiempo para llenar de emojis... un mensaje urgente.

Y luego me imagino yo y otras muchas personas como yo, quienes pagan sus salarios con los pedidos, sufriendo en casa porque las plantas van a morir y llegando más tarde a sus propios trabajos (afortunadamente puedo autogestionar mis tiempos en tanto cumpla los proyectos, pero podría no ser así).

Así que pienso en esas personas que están por estar, haciendo las cosas como les parece, sin la menor implicación en lo que hacen. Echando horas. Tal vez ni eso. Y sin cumplir con su trabajo, sin preocuparse por lo que hacen, o de mejorar el servicio que prestan.

Pienso que, cuando una de las empresas internacionales de envíos express más importantes ofrece este servicio, algo está fallando. Y luego pienso en otros servicios más importantes, como los vinculados a la salud o los cuidados. Pienso en los funcionarios/as públicos tras una ventanilla o en los bomberos o la policía. Pienso en las guarderías y los colegios. En las universidades, en los jardineros…

Y pienso que si este tipo de conductas se extienden a todos los sectores estamos muy, pero que muy, perdidos/as.

@Loucy