Como les contaba en anteriores entregas acerca de estos días que estoy visitando los Países Bajos, Ámsterdam es una ciudad-museo en sí misma. Cada rincón, cada recodo, respira historia y cultura holandesa. Pero es que además, es probablemente la ciudad con más museos del mundo. Así como lo oyen.
Aunque bueno, en mi opinión, la cosa tiene trampa y obedece más a un marketing de ciudad que a un lugar catalizador de arte y cultura, porque resulta que, sí, hay cientos de museos, pero de las cosas más variopintas. Museos de arte, museos de cera, museos el queso, del cannabis, de Lego, de los calcetines o de los condones. En fin, que cualquiera parece poder abrir un comercio de lo que le vengan en gana y llamarlo ‘museo’.
En esta ocasión me limité a visitar tres cosillas que me apetecían y dejar que el resto sucediese sin planificar. La casa-museo de Anna Frank de la que ya les hablé en noise.cash, el Rijksmuseum y el museo Van Gogh, ya que los tres están muy cerquita y me permitía verlos en una jornada.
Decir que en Ámsterdam la entrada a los museos me parece más bien cara (20€ de media cada uno) y, como siempre, echo en falta ese apoyo institucional para que la Cultura sea libre y gratuita. Quienes me siguen ya saben cómo pienso sobre estas cosas. Me parece injusto que quien no pueda permitirse una entrada, no pueda disfrutar de las joyas que esconden estas paredes de los museos, sencillamente por un tema económico. ¿Es que las personas más humildes no tienen derecho a la Cultura? De ahí que me gusta divulgar las cosas que veo y aprendo, para que quienes no pueden acompañarme en mis viajes y aprendizajes, puedan al menos, leer lo que yo he tenido el privilegio de conocer. Ahora que lo pienso, clama al cielo que la cultura tenga que ser denominada como un privilegio... Bueno, que me lío.
Rijksmuseum
El Rijksmuseum es realmente impresionante tanto en tamaño como en cantidad de obras. Pero me pasa como con todos los grandes museos de renombre. Es como si quisiesen justificar el precio de la entrada saturándolo todo de obras y alargando la estancia del visitante. Esto se traduce en que alguien puede pasarse dos días viendo todas las obras, cuando en realidad, gran parte de ellas son piezas menores o carecen de relevancia. En resumen, que para ver cuatro cositas te recorres un montón de salas y plantas. Son museos que resultan inabarcables y creo que deberían simplificar un poco sus exposiciones y hacer más ciclos temáticos.
En cualquier caso, el Rijksmuseum es un lugar muy rico en arte holandés donde se pueden encontrar obras maestras de Johannes Vermeer, Rembrandt, Gerard van Honthorst y un largo etcétera. No voy a aburrirles con la indiscutible belleza de estas obras que pueden encontrar por Internet y que existen análisis mucho más ricos de los que yo pueda hacer.
Vean, por ejemplo, un autorretrato de Rembrant, ya madurito que, particularmente, me recuerda mucho a Velázquez.
Otra pieza que deseaba ver era la 'Ronda de Noche', también de Rembrant. Pero me tuve que conformar con ver de cerca una copia en miniatura.
La enorme pieza original estaba siendo analizada y tratada con un sofisticado sistema de rayos x y la zona estaba protegida por un cubículo de metacrilato.
Pero, curiosamente y sin yo saberlo, en la última planta había una exposición temporal del grupo CoBrA. De esto sí que les contaré un poco más porque siendo debilidad por esos movimientos de mediados del siglo pasado, y además, forman parte de mi tesis doctoral en torno a las ciudades.
*Nota: acabo de recibir la valoración de la primera lectura de mi trabajo por parte de dos pares ciegos y el resultado es excelente. Ni en sueños me imaginaba que iba a tener tan buena acogida. Me han aceptado el pase a defensa con elogios y sin reservas (algo muy muy raro). ¡Así que estoy que no quepo en mi de felicidad! Perdón, pero quería compartir esta gran alegría con ustedes*
El grupo CoBrA
A lo que vamos. CoBrA (acrónimo de Copenhague, Bruselas, Ámsterdam) era una coalición de artistas, un poco insurrectos, originarios de estas ciudades. Para resumirlo, criticaban el arte planteado en términos de un entendimiento racional y realista de las obras que imperaba en las corrientes académicas Beaux Arts (Bellas Artes). ¿Es que acaso la mirada y las representaciones del mundo que hacen los niños y las niñas, tremendamente simplistas, no tenía valor? ¿Y las personas mayores? ¿Y las que tenían algún tipo de demencia o condición mental? ¿Es que los sueños y lo subjetivo no podían ser fuente inspiración del arte?
CoBrA bebía del dadaísmo y del surrealismo, que pretendían romper con esa representación puramente racional y perfecta del mundo, para incluir la subjetividad y las distintas maneras de ver y comprender el mundo desde las distintas sensibilidades.
¿Y qué tiene que ver esto con las ciudades?
Pues todo. Piensen que las ciudades no solo son un espacio planificado donde vivimos, sino también representaciones artísticas de nuestra forma de comprender la vida y el mundo. Es decir: de nuestra cultura. Y CoBrA combatía esas ciudades planificadas desde la más pura racionalidad, desde la línea recta perfecta, desde el uso y disfrute de un “ciudadano tipo” olvidándose de las particularidades subjetivas de unos amplios sectores de ciudadanía que también tenían derecho a experimentar la ciudad según sus propias condiciones. Hoy en día, por ejemplo, esto se reivindica desde las “ciudades amigables con la infancia”, “ciudades amigables con los mayores”, las “ciudades feministas”, las “ciudades santuario para refugiados” etc.
Vinculados a CoBrA y a la Internacional Letrista primero, y a la Internacional Situacionista, después. Estuvieron Aldo van Eyck (muy sensibilizada con la infancia y los espacios urbanos para los niños y niñas) o el artista conocido como Constant Nieuwenhuys. Del movimiento situacionista tal vez les hable en otro momento, porque la dérive es una técnica para conocer la ciudad que experimento en todos mis viajes y viene muy a cuento.
En cualquier caso, allí me los encontré, a van Eyck y su planificación de un orfanato, y a Constant con su monumento que habría de servir para jugar, sin habérmelo propuesto.
Van Gogh Museum
Respecto al Museo Van Gogh, la sensación fue la misma. No es muy grande y está más enfocado a este artista, a su vida y al contexto en el que vivió. Pero de nuevo, me dio la sensación de que, por justificar un precio de entrada sensiblemente elevado, contaba con demasiado “relleno” (video creaciones contemporáneas sobre van Gogh, obras menores de artistas allegados, muchos bocetos, esquemas, líneas de tiempo biográficas, etc.). Demasiado para quienes vamos a lo que vamos, y queremos ver cuatro o cinco cosas. Eso sí, esas cuatro o cinco cosas, son impresionantes.
Allí están unos de sus variados girasoles, alguno de sus autorretratos o su habitación de Arlés, que no tienen desperdicio. Sin duda es un museo muy recomendable para quien quiera profundizar en la figura de van Gogh, en su vida y en sus relaciones con otros artistas y con su hermano Theo, pero quizá es demasiado específico para alguien que sencillamente quiere observar la técnica y el trazado de las obras más representativas del atormentado pintor auto-mutilado.
Bonus Track
No todo va a ser “cultura oficial”. Así que me di un paseo por las callejuelas de Ámsterdam perdiéndome sin rumbo fijo, girando a derecha o izquierda a placer, y abandonándome al azar de acabar en los sitios más raros de la ciudad (esto es una deriva situacionista).
Entre otros hallazgos, me topé con una “tienda-museo” de LEGO. ¿Quién no conoce LEGO? Hablando de arte, algo tan arraigado en el imaginario colectivo como LEGO, solo puedo comprenderlo como parte de la cultura popular o Cultura Pop.
¿Y qué me encuentro? Que el Arte Pop hecho con LEGO también reproduce las obras clásicas más conocidas.
¿No es un conexión mágica para terminar un día de museos?
Con los pies doloridos y una sonrisa en la cara dormí profundamente soñando con arte flamenco y todo lo que se puede hacer usando pequeñas piezas de colores como si fuesen pinceladas impresionistas.
Este fragmento ha sido posible gracias a mis amigos y amigas que me apoyan con su patrocinio. ¡Echa un vistazo a sus perfiles! Son realmente geniales en sus escritos.
Me encantaría conocer Ámsterdam, una gran gama de contrastes.. Espero poder conocer esa maravillosa ciudad. Y para reconectarme con mis raíces familiares..