~De la furia al miedo solo existe un paso~

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2 years ago

Caracas, Venezuela 6:30 PM 26/01/2022

-No cabe duda de que la adolescencia es una etapa de la vida que nos enseña a forjar nuestro carácter ya experimentar un sin fin de emociones que nos abre paso a una perspectiva adulta mucho más madura, mucho más experimentada. No sin antes, haber vivido momentos tristes, felices y muy fuertes, obviamente.

Es en esta etapa de la vida en la que los amores y los estudios te pueden hacer besar el cielo de alegría y de un momento a otro, cuando menos lo esperas, te pueden hacer caer en un suelo frío, repleto de decepciones.

La historia que narro a continuación la viví precisamente en esta etapa de la vida, a la edad de 17 años.

Hace aproximadamente 6 años, me tocó experimentar en carne propia la experiencia de vivir en un país con crisis en todos los aspectos. Crisis a nivel económico, político y social. Me tocó vivir tal vez la peor crisis que ha atravesado mi país Venezuela, en las últimas décadas.

Ver a familiares migrar, profesores desistir, amigos morir por la inseguridad era algo que de manera común mi vista ya asimilaba. Las cosas estaban realmente mal, pero... afortunadamente vengo de una familia bastante unida, que me ha enseñado que todos los problemas tienen solución y que en efecto, se debe aplicar el dicho de: "al mal tiempo, buena cara".

Siendo jóven uno quiere comer el mundo, hacer las cosas del mejor modo que le parecen, evitar responsabilidades repletas de actividades aburridas y rutinarias, en fin, todo esto resume mi comportamiento en esta parte de mi vida. Siendo sincero me gustó mucho disfrutar de la compañía de mis mejores amigos dado a que aún me encontré estudiando en el liceo, o mejor dicho, en la secundaria. Me gustaba competir acerca de quién era él más inteligente o quién tenía más oportunidad con las muchachas más lindas de cada salón, esto era un escape de toda la cantidad de problemas que existían a nuestro alrededor. Era mejor planificar ver con tus amigos un partido de Champions, antes que llegar a casa para hacer tareas y ver las noticias, y así caer nuevamente en la realidad de las cosas.

Desde muy joven he tenido algunas dificultades con mi ansiedad, me hace sobre pensar demasiado las cosas y por lo mismo, me hace tomar decisiones muy tarde o en su defecto, me hace cuestionar si tomé la decisión correcta en el momento correcto.

En aquel entonces superar esta dificultad y buscar a la chica que me gustó con el profundo miedo de que tuviera algún novio, o peor, que tuviera planes de irse del país y así solo poder verle únicamente por las redes sociales. Pero, cómo les dije... Ya era hora de armarme de valor e intentar lograr algo con ella.

Realmente nunca había tenido tanto miedo en retomar las conversaciones con una chica, pero este era un sentido especial; aparte de ser mi amiga de infancia les resalto que esta chica era una rubia de ojos verdes, y además, hasta era inteligente... Era básicamente lo que muchos de este lado del mundo definitivamente como una chica perfecta. Pero, en fin, por fin pude empezar a retomar el trato con esta chica al punto de volver a recordar viejos tiempos de cuando éramos niños, pues como les menciono, esta chica y yo uso mucho tiempo conociéndonos, pero por motivos sentimentales disparar distanciarnos, al punto de perder gran parte de la comunicación.

Fuimos recuperando cada vez más y más nuestra cercanía, y siendo sincero esto a mí esto me parecía mundial. Estaba seguro de que ella y yo podíamos llegar a algo, pero ni por un mínimo segundo de aquellos tiempos se me pasó por la cabeza el hecho de que las cosas iban a cambiar potencia en apenas unos cuantos meses.

Al principio la comunicación con Betania era rígida y precisa, hablábamos temas muy normales y no había algo que resaltara como tal. Y así fue por algunos meses, hasta que finalmente logramos tocar un tema que nunca habíamos platicado, y este tema eran las experiencias paranormales.

Me pareció apropiado tocar este tema dado a que en aquel entonces ninguno de los dos había visto la película de: "El Conjuro" y había bastante publicidad de la misma por el servicio Pay per view de DirecTV, cosa que grabé y me motivó para hablar sobre terror. Fue un buen momento para ver si la asustaba y conseguía así mi primer atajo hacia su afecto, con algo de trampa, pero también se dice que: "En el amor y la guerra todo se vale" y sinceramente no me interesaba mucho si inventaba algunas historias de terror para asustarla y así lograr un poco más de cercanía física.

Ella me contaba de manera seria que en su casa era muy normal escuchar cosas extrañas, me relataba que era muy sensible a ciertos sitios y que varias personas espiritistas sin ella preguntarle se cruzaban en su camino y la calificaban de ser materia. Dicho adjetivo hacía referencia a qué era muy vulnerable a ver o sentir cosas que una persona normal no presiente.

Esto me pareció un dato curioso, pero no estaba muy seguro acerca de que responderle, estaba más preocupado por contarle 3 chácharas y lograr parte de mi cometida.

Ella me contaba que a veces le resultaba imposible poder dormir, escuchaba sonidos en la cocina de movimientos de platos y el sonido de la cocina eléctrica a altas horas de la madrugada, además de trotes leves en el pasillo de su casa, y como si fuera poco su hermano pequeño también le alimentaba un poco el miedo, pues hablaba mientras estaba dormido en aquellas noches extrañas.

Le escuchaba con bastante atención y no podía dejar de pensar sobre lo interesante que era ella y su casa. Al final, tampoco pude lograr nada. No era mi momento y ni modo, tocaba esperar.

Pasado ya unos meses, ya me encontré en su plena confianza, me había ganado varios abrazos, besos y hasta visitas a su casa. Su sala, el sitio en el que normalmente me recibía no me daba una mala impresión, tenía un arco bonito que conectaba con la cocina y tenía muchas fotos tiernas de su infancia que le daban un toque cálido, un toque de hogar. Recordaba su historia cada vez que le visitaba y sinceramente nunca pasó nada que me hizo comprobar lo que me relató aquel día. Recuerdo haber ido varias veces y decir que sería interesante que el fantasma de su casa apareciera mientras yo estaba allí, cosa que a ella le molestaba mucho y me pedía con seriedad que no dijera esas cosas.

Nuestra relación llegó a un punto dónde Betania y yo éramos súper unidos, ya le había repetido en múltiples ocasiones que estaba enamorado de ella y que podía esperarle, pero ella me repetía que no estaba lista para una relación y que por favor no me alejara de ella.

Yo estaba algo confundido, sinceramente no entendía cómo podía hacer tantas cosas con ella y seguir siendo su mejor amigo, pues normalmente la "Friendzone" era muy popular por limitarte a varias cosas que, yo en aquel entonces ya había logrado. No dejaba de demostrarle mi atención y mi disposición a querer ser su pareja, de verdad no le entendía.

Una noche hablábamos por celular como de costumbre y recuerdo haberme despedido de ella como era habitual. No solía apagar mi celular básico porque tenía la suerte de contar con dos equipos, un teléfono inteligente para manejarlo en la casa y un equipo básico o "perolito" para salir a la calle. Como estudiaba en la mañana, me era lógico colocar 2 alarmas en ambos celulares para forzarme a levantarme y así, ir al liceo. Peero, en el equipo básico la alarma no sonaba si el equipo se encontraba apagado, por tal razón, yo lo dejaba encendido toda la noche y prevenido para la mañana siguiente.

Aquella noche no contaba con recibir más mensajes de Betania, y menos a las 2:50 AM, pero mi celular estaba en sonido y el ruido de los Nokias siempre ha sido muy difícil de ignorar.

Aquel mensaje solo decía: "tengo miedo", recuerdo haberme sentido confundido por el sueño y preguntarle:"¿Miedo de qué?". Tardó apenas 1 minuto y de nuevo estaba sonando escandalosamente mi Nokia con su respuesta.

Me contaba que sentía que alguien estaba debajo de su cama, y ​​​​que le estaban empujando el colchón desde los espacios que se encuentran entre las bases de madera. ¡Chanfle! No sabia que responderle. Recuerdo haberle dicho que tal vez le estaba traicionando el sueño, y que debía intentar dormir. Pero, ella no quiso volver a dormir aquella noche, me pidió que por favor recibiéramos la mañana mensajeándonos por celular.

Me pareció molesto, pero estaba enamorado de esa mujer. Así que accedí.

En la tarde del día siguiente al salir de clase, le pregunté porqué no le dijo a su mamá oa su papá sobre lo que le pasó, en vez de buscarme a mí, que estaba lejos de allí. Ella me respondió que no le creía y que era estúpido de su parte hacer shows, además tenía un hermano menor, y tocar esos temas en la casa no iba a ser del todo apropiado. No me interesó mucho y le dije que no había problema, que de verdad solo tratara de no pensar en eso.

Pero, me estaba equivocando... Esa fue la primera noche de muchas.

Hubo una temporada en la que básicamente todas las noches me despertaba a la misma hora. 2:50 am Me estaba resultando muy agotador, se notaba en nuestras caras que no estaban descansando adecuadamente, básicamente mi consejo se resumía a "debes rezar y tener fe de que esta noche si dormirás bien", pero su respuesta no cooperó a mi petición . Mi paciencia también se estaba empezando a agotar y estaba considerando ya, apagar mi celular en la madrugada para descansar al menos una noche.

Mi mente ya estaba muy agobiada, tenía que soportar la inflación económica de mi país, problemas con la comida, problemas con el transporte, problemas con mis estudios y problemas ahora con la chica que yo amaba.

Realmente no la tenía nada fácil, y me sentí desmotivado, al fin y al cabo, tampoco porque era su novio.

Una noche como por acto de magia este mensaje a las 2:50 AM dejó de llegar, me percaté porque prácticamente ya estaba acostumbrado a recibirlo, me alegré y en mucho tiempo por fin pude volver a dormir.

Desperté y todo estaba chévere, pero me preocupé, era raro que no estaba ni un mensaje de "buenos días".

Le escribía y los mensajes se perdían en el intento de comunicarme con Betania. Me sentí muy vacío al ver que en todo el día no había hablado con ella, prácticamente ya le estaba dedicando todo mi día sin darme cuenta, y estaba cayendo en una tristeza que dolía.

Una tarde después de días sin poder comunicarme con Betania decidió buscarle a su liceo, y para mí sorpresa llegué justo en el momento en que se estaba abrazando con un amigo.

Recuerdo la sensación y la puedo describir como un frío fuerte en el pecho, no le dije nada. Me hice notar al pasarle por el frente y me fuí a casa. Recuerdo haber pasado el día mal. Betania no me escribia y parecia que ya no queria tener comunicacion conmigo. Tal cual como hace algunos meses atrás que recién empezaba a querer recuperar su presencia en mi vida. No serví para nada aquel día.

Al llegar la noche estaba muy cansado de no hacer nada, sentí una pesadez fuerte en mi cuerpo y solo quería dormir, pensé que solo así podría evitar sentirme mal, así que decidí darle un merecido descanso a mi cuerpo. Aquella noche, volvió a pasar. A las 2:50 AM. Recibí un mensaje de Betania con tres puntos. ("...") esto me molestó muchísimo, apagué mi celular y me planifiqué visitarle a su casa en la tarde del día entrante.

Debía ponerle un freno a las cosas. Me sentí como un juguete y por más amor que sintiera no podía seguir haciendo el papel de tonto.

Desperté en la mañana como de costumbre y sentí la misma pesadez del día anterior, como si no hubiera dormido absolutamente nada. Pero, ¿Qué más da? No era la primera vez que me sentí así, además, en materia de dormir no llevaba el mejor puntaje. Encendí mi celular y no llegó ningún otro mensaje de Betania, el último había sido aquellos tres puntos suspensivos. No le dí largas y me fui a clases con la única intención de distraerme un rato y divertirme con mis amigos.

Aquella tarde me quedé más de los normales haciendo tiempo para visitar a Betania a eso de las 5 de la tarde, llamé a mi madre y le avisé que llegaría tarde a casa porque debía hacer una tarea importante.

Así que con eso, me dirigí a su casa con una profunda molestia dentro de mí.

Recuerdo llegar a su casa y llamarle con mucha seriedad por su segundo nombre, cosa que no le gustó.

Ella salió y se sorprendió al verme al frente de la reja de su casa, yo normalmente le avisaba cuando le iba a visitar y esta vez, pensó hacerlo sin dar previo aviso.

Betania procedió a abrirme la reja y le pidió que por favor habláramos en su sala. Recuerdo notar su cara de tristeza y unas ojeras que me hacían desconocer a la rubia hermosa de la que estaba enamorada.

No sabía cómo empezar a hablar con ella porque sentía que a la mínima que empezara mi comunicación, iba a explotar de la molestia que tenía. Así que pasó al menos 3 minutos en completo silencio en aquella sala, el silencio era sepulcral, no se escuchó absolutamente nada.

Betania quiso romper el hielo al preguntarme cómo estaba, e inmediatamente le abarqué diciéndole que era una malagradecida, que le había dedicado muchas noches para no dejarle sola y que ella sin mucho me abandonó. Le recriminé al decir que por favor me terminara de aclarar lo que sentí por mí, y ahí estuve drenando las cosas que sentí, recuerdo durar al menos 2 minutos hablando solo mientras ella escuchaba sentada en un mueble de aquella sala que tanto se había prestado para nuestras conversaciones, pero... Esta vez me sentí diferente, esta sala estaba más fría de lo normal. Inconscientemente lo noté, pero no me interesó.

Después de hablar pensé que iba a responderme algo, pero no. Se quedó en silencio. Esperé unos minutos sentado al frente de ella, esperando tan solo unas palabras de su boca, pero nada.

Me decepcioné, me levanté del mueble, recogí mi bolso para irme de su casa y justo en ese momento, habló para pedirme que por favor nos cambiáramos de mueble.

No me lo podía creer, yo esperaba que me dijera algo lógico acorde a mi reclamo y me pedía cambiarse de puesto conmigo, y de paso, ya empezaban a bajar lágrimas de sus ojos.

Sentí que iba a dar una escena dramática para disculparse, y de verdad, no bajé la guardia. Pero justo al momento que accedo a cambiarme de puesto con ella en su sala, puedo notar como el frío se intensifica desde ese puesto en el que estaba.

Mi molestia se esfumó por completo, sentí un fuerte escalofrío en la nuca, como si pasaran una panela de hielo desde el cabello hasta la espalda. No lo podía creer.

Me quedé en silencio, me sentí regañado. Seguido de ese escalofrío inexplicable se escucha desde la cocina el timbre de la cocina eléctrica, como si alguien intentara encender una hornilla.

Era técnicamente imposible que eso pudiera estar pasando, porque justamente en la sala, estaba el arco que conectaba con la cocina, si alguien estaba allí, se vería perfectamente desde la sala y más desde el puesto en el que me encontré ahora.

Me encontré muy incómodo, recordé la historia que me había contado hace algún tiempo, y no dejaba de pensar que había ido con un objetivo como tal a esa casa, y ahora las cosas no estaban como yo las esperaba. No sabía cómo reaccionar ante la increíble vibración que había en ese momento.

Solo pude reaccionar dejando salir una sonrisa de mi rostro, seguido de un: "te quieres burlar de mi".

Apenas terminé de decir esto, las llaves que se encontraron en la mesa de noche detrás de mis fueron lanzadas hacia mis zapatos. Ya no había manera alguna de que yo pudiera explicar el como esto estaba pasando. No pude evitar asustarme e inmediatamente abrazar a Betania quién rompió a llorar después de lo ocurrido con las llaves. No le discutí más nada, esperé que llegaran sus padres para contarle todo lo que había pasado, pero pasó justo lo que tenía tiempo contándome. No me creyeron. No pude evitar sentirme mal por Betania pues estaba en una situación bastante impactante.

Lo que una vez yo le había comentado en forma de juego, terminó justo pasando en el momento que menos lo esperaba. No había visto a un fantasma en su casa, pero no tenía dudas de que todo eso que estaba pasando era producto de algo fuera de lo normal.

Recuerdo haberme disculpado con Betania y haberme graduado al mismo tiempo que ella unas semanas después. No coincidimos en los sentimientos que tenía, pues al final ella terminó mudándose hacia Argentina y allí iniciando una nueva etapa de su vida.

Al recordar esa sensación de incomodidad vivida en plena tarde en su casa, me hace sentir algo de tristeza pues no me imagino aquellas noches en las que aquella sensación la estuvo viviendo en plena oscuridad y sin alguien que le creyera ante las cosas que estaba viviendo en aquella casa.

Es curioso tener presente que unos años después de que Betania se fuera a Argentina, su padre quién también se fue del país, pero con dirección a República Dominicana, le comentaba por sus redes sociales que algunas noches mientras estaba allá en Dominicana escuchaba la voz de una mujer en su habitación, seguido de una leve sensación debajo del colchón de su cama que le obligaba a despertarse a horas cercanas a las 3 AM.

La sensación le había resultado tan incómoda y fastidiosa que lo llevó a un fanático de lo espiritual, que le dijo que la envidia a veces es capaz de traspasar fronteras, y que debía botar una prenda de ropa que estaba atada a algo que no quería bien para él ni para su familia.

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2 years ago

Comments

Hola, Saludos, me gusto mucho tu post, bien contada la historia. Lo paranormal definitivamente existe. Mi familia está plagada de estas historia inexplicables y que valen la pena contar. Aún no entiendo como hay padres que no oyen a sus hijos, en este caso es algo paranormal otros, son casos de abusos y niños que no son atendidos. Es realmente muy triste, pues muchas tragedias se pudieran evitar si los padres prestaran más atención a lo que su hijo dice.

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2 years ago