Batallas que se luchan por amor.
Hoy desperté temprano y llena de nostalgia, no sé por qué, pensando en la vida años atrás, añorando algunas cosas no materiales, aclaro. En un intento por calmar esa sensación busqué fotos de esos tiempos donde mi tesorín era un bebé silencioso y mi perla solo tenía 2 añitos. La vida era muy distinta a lo que es hoy. Pero ella es así, imponente, injusta y punzante, todos lo sabemos; nos pone situaciones difíciles, todos las pasamos ... Pero lo bueno es que también todos luchamos por vivirla de la mejor manera, intentando poner los problemas a un lado y actuando como auténticos guerreros. Porque tenemos esa capacidad de ser fuertes y centrarnos en lo bueno y no en lo malo; y gracias a eso seguimos viviendo con alegría y deseo aunque las circunstancias no sean las mejores.
Yo admiro mucho a mi niña (se que todas las madres admiramos a nuestros hijos y nos llenan de orgullo) pues pasados sus 2 añitos le ha tocado luchar a diario contra cosas para las que no está preparada, ni tampoco yo ni gran parte de la sociedad, que a veces estigmatiza de una manera cruel, hiriendo nuestros sentimientos. Ella no lo pidió, ni nosotros lo deseamos para ella; sencillamente ocurrió pues la vida no es color de rosa ni es ese mundo de los cuentos donde no se sufre ni se llora y todo es felicidad al por mayor. Pero la admiro porque a pesar de su corta edad es fuerte, más fuerte que yo misma, porque como dijo Gandhi "La fuerza no viene de la capacidad corporal, sino de la voluntad del alma." Y mi Bry tiene una voluntad de acero. Tengo esperanza de que aquello que la acompaña actualmente sea un día cosa del pasado, solo un mal recuerdo y nada más. Y pueda reír mucho más de lo que ríe ahora, cumpla sus sueños de lucir un cabello largo y hermoso o un peinado que realce su belleza aún más, (cosa que dudo porque más bella no se puede ser, sobre todo en cualidades y por ese corazón enorme que no le cabe en el pecho.)
Deseo para ella lo mejor, y le suplico a mi Dios porque sea así. Mientras tanto, la tomo de la mano cada día enseñándole que la felicidad no depende de nada ni de nadie más que de nosotros; que las cosas malas no son eternas sino temporales; que la vida es una batalla continua en la que todos peleamos contra algo, principalmente nuestras imperfecciones y que si luchamos fuertemente terminanos venciendo. Como dice un refrán popular: "todos somos vencedores de nuestras propias batallas". Es muy cierto.
Ahora que les escribo esto siento la nostalgia más lejana, pues indudablemente el desahogo es un buen amigo. Y el tiempo pasado es solo eso, pasado, y no existe manera de regresarlo más que en nuestros pensamientos y recuerdos. Porque la vida continúa y merece ser vivida a plenitud, con sonrisas y no con lágrimas, con canto y no con sollozos, con positividad y no pesimismo. Así que a seguir adelante con la mejor de las actitudes. Y a enfrentar nuestros mayores temores con la meta de superarlos, no viceversa.
Ahora voy a por un café bien fuerte, lo necesito. Secaré mis lágrimas y guardaré mis sentimientos negativos en esa gabeta de mi cerebro que almacena aquellas cosas cuyo destino es el olvido. Ahora pintaré de nuevo esa sonrisa en mi rostro, esa que lo hace lucir más bonito y agradable a la vista, principalmente para mis niños. Me gustaría enfantizar la necesidad de seguir luchando por acercarnos un paso más a ese sueño o meta que todos tenemos. Y nunca desanimarnos porque nuestros avances parezcan pequeños. Lo importante es tener ese espíritu luchador y mantener la llama de la esperanza siempre ardiendo. Como me digo siempre: "lo mejor está por venir".
Sentí que leí una poesía de esas que se quedan en la mente por varios días, las que se escriben con el alma y reflejan la verdad de los sentimientos que no queremos contar. Dicen que las almas escogen la forma de crecer en la vida y algunas se inclinan por las lecciones fuertes como la enfermedad para limpiar a las personas mas cercanas de karmas y así evolucionar.
Seguramente tu niña viene con esa sabiduría que no le pertenece a los hombres comunes, ella te escogió como madre y veo que no se equivoco. Que Dios las bendiga con aquello que su corazón anhele.