LO QUE NO TIENE NOMBRE
Hace algunos días leí este libro, de la escritora Piedad Bonet. Este libro relata una experiencia sentida y personal sobre las enfermedades mentales y su trascender para el individuo, así como la familia.
Creo que el mundo actual ha traído sobre la humanidad una mayor incidencia y manifestación de las enfermedades mentales, esta época de la historia, los avances tecnológicos y el surgimiento de tantas situaciones que han inducido a un nivel mayor de estas enfermedades.
Piedad de manera sincera y sencilla rescata las vivencias de su hijo, un joven que creció en un hogar estable con condiciones óptimas para su buen desarrollo físico y mental. Pero siempre generalizamos este tipo de cuestiones, es como si el vivir bajo ciertas condiciones nos preparara para una vida estable y satisfactoria, si nacer en la llamada “cuna de oro” fuese una garantía de éxito para quienes crecen bajo esas circunstancias.
Pero quien podría definir lo óptimo, lo bueno, lo correcto o lo justo para librarnos de ese tipo de enfermedades. Es algo que ni siquiera se habla con normalidad. Decir que se tiene alguna alteración nerviosa, tomas medicamentos o vas al psicólogo suele no ser visto de bueno manera y si.
Algunas enfermedades comunes como la ansiedad o depresión suelen estar relacionadas con estados de ánimo o el carácter mismo de la persona. No son tratadas como enfermedades sino como aspectos normales del individuo.
Este tipo de enfermedades suelen manifestarse de diferentes maneras, Piedad habla de la condición de su hijo, un joven estudioso quien tuvo la oportunidad de desarrollar su talento y estudios en una prestigiosa universidad de los estados unidos, logro desarrollar lo que deseaba para su vida y estaba enfocado en seguir los estudios, una vida aparentemente normal sin privaciones y con oportunidades que tal vez muchos jóvenes de su edad nunca tendrán.
Pero que puede pasar en ese mundo inconsciente de la mente, que pasa con las voces que se escuchan, con los deseos de morir, con el simple hecho de no concentrarse para hacer hacer labores cotidianas, como llamamos a ese enemigo silencioso que es tan fuerte y tan invisible.
Piedad vio de cerca ese divagar entre la realidad y la locura de su hijo, esa fuerza desaforada, ese modo de ir y venir de sus pensamientos. Un joven que perdió la cordura producto quizás de un medicamento que habría consumido para el acné, o tal vez algo de genética. Como saberlo un enemigo que aparece de repente y mina tu interior.
Al final llega la muerte como un símbolo de victoria o de cobardía según la opinión de cada quien, pero antes de ella. Que hay antes de ella; cuantas noches de insomnio, pensamientos, dudas, dolor emocional y cuantos intentos por preservar una vida. Cuantas veces la persona lo habrá meditado en su mente, cuantas veces habrá querido evitar el dolor de sus seres queridos. Como descifrar todo eso, posiblemente solo haya sido un momento extremo donde la única salida fue la muerte misma.
Finalmente se busca una liberación. La infinita paz. Cuanta tormenta puede existir y cuanto agobio antes de la muerte, un alma que decide dejar de existir saltando desde la azotea de un edificio. LA vida saltando desde un precipicio, imaginar el ultimo pensamiento, buscar alguna razón. Los humanos tan complejos buscando explicaciones al pensamiento del otro. Nunca entenderemos ni la lucha ni el dolor del otro…Quien para decir si el suicidio era lo correcto, quizás no o quizás si …hay quienes se van por ese método, hay para quienes lo importante es escapar.
Para quienes el dolor de una enfermedad mental, el consejo seguro está en su familia. Qué bueno que a tiempo se pudiera rescatar a tantos que se han marchado. Pero una ayuda a tiempo para quienes aún sobreviven seria lo correcto.
LO QUE NO TIENE NOMBRE
Hace algunos días leí este libro, de la escritora Piedad Bonet. Este libro relata una experiencia sentida y personal sobre las enfermedades mentales y su trascender para el individuo, así como la familia. Creo que el mundo actual ha traído sobre la humanidad una mayor incidencia y manifestación de las enfermedades mentales, esta época de la historia, los avances tecnológicos y el surgimiento de tantas situaciones que han inducido a un nivel mayor de estas enfermedades.
Piedad de manera sincera y sencilla rescata las vivencias de su hijo, un joven que creció en un hogar estable con condiciones óptimas para su buen desarrollo físico y mental. Pero siempre generalizamos este tipo de cuestiones, es como si el vivir bajo ciertas condiciones nos preparara para una vida estable y satisfactoria, si nacer en la llamada “cuna de oro” fuese una garantía de éxito para quienes crecen bajo esas circunstancias.
Pero quien podría definir lo óptimo, lo bueno, lo correcto o lo justo para librarnos de ese tipo de enfermedades. Es algo que ni siquiera se habla con normalidad. Decir que se tiene alguna alteración nerviosa, tomas medicamentos o vas al psicólogo suele no ser visto de bueno manera y si.
Algunas enfermedades comunes como la ansiedad o depresión suelen estar relacionadas con estados de ánimo o el carácter mismo de la persona. No son tratadas como enfermedades sino como aspectos normales del individuo.
Este tipo de enfermedades suelen manifestarse de diferentes maneras, Piedad habla de la condición de su hijo, un joven estudioso quien tuvo la oportunidad de desarrollar su talento y estudios en una prestigiosa universidad de los estados unidos, logro desarrollar lo que deseaba para su vida y estaba enfocado en seguir los estudios, una vida aparentemente normal sin privaciones y con oportunidades que tal vez muchos jóvenes de su edad nunca tendrán. Pero que puede pasar en ese mundo inconsciente de la mente, que pasa con las voces que se escuchan, con los deseos de morir, con el simple hecho de no concentrarse para hacer hacer labores cotidianas, como llamamos a ese enemigo silencioso que es tan fuerte y tan invisible.
Piedad vio de cerca ese divagar entre la realidad y la locura de su hijo, esa fuerza desaforada, ese modo de ir y venir de sus pensamientos. Un joven que perdió la cordura producto quizás de un medicamento que habría consumido para el acné, o tal vez algo de genética. Como saberlo un enemigo que aparece de repente y mina tu interior.
Al final llega la muerte como un símbolo de victoria o de cobardía según la opinión de cada quien, pero antes de ella. Que hay antes de ella; cuantas noches de insomnio, pensamientos, dudas, dolor emocional y cuantos intentos por preservar una vida. Cuantas veces la persona lo habrá meditado en su mente, cuantas veces habrá querido evitar el dolor de sus seres queridos. Como descifrar todo eso, posiblemente solo haya sido un momento extremo donde la única salida fue la muerte misma.
Finalmente se busca una liberación. La infinita paz. Cuanta tormenta puede existir y cuanto agobio antes de la muerte, un alma que decide dejar de existir saltando desde la azotea de un edificio. LA vida saltando desde un precipicio, imaginar el ultimo pensamiento, buscar alguna razón. Los humanos tan complejos buscando explicaciones al pensamiento del otro. Nunca entenderemos ni la lucha ni el dolor del otro…Quien para decir si el suicidio era lo correcto, quizás no o quizás si …hay quienes se van por ese método, hay para quienes lo importante es escapar. Para quienes el dolor de una enfermedad mental, el consejo seguro está en su familia. Qué bueno que a tiempo se pudiera rescatar a tantos que se han marchado. Pero una ayuda a tiempo para quienes aún sobreviven seria lo correcto.