¿Idolatría o Simple Fijación Cultural Moderna?

-El último NFT de Beeple_crap-

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Me he quedado pensando con el nuevo dibujo NFT del tan bien remunerado artista digital Beeple Crap, -@beeple_crap- donde hace una abierta alusión a la idolatría moderna; y, aunque Beeple es un artista que se ha caracterizado por la exposición irónica de las grandes figuras o actividades que el ser humano frecuenta o hace, exponiéndolas en tiempos apocalípticos, no deja de dar en el blanco de nuestra realidades vergonzosas que tenemos como raza.

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En épocas como esta de festividades cristianas, siempre salen a relucir las acusaciones o señalamientos de idolatría en los demás; señalamientos que recaen en el arte cristiano más que todo, y en las prácticas de sacar a la calle estatuas u objetos de personas catalogadas como santos, para ser paseadas en forma de procesiones.

Sin embargo, hay acciones más peligrosas relacionadas con la idolatría que dejamos pasar como normales.

Ahora, en la modernidad, cuando una persona se cuelga en el cuello una serie de camandulas o rosarios cristianos a modo de collares, como inspiración y moda:

¿Es factible pensar en algún tipo de idolatría en este caso?

En un mundo donde la gente asiste a ver las estatuas en museos, iglesias y hasta en lugares llamados sagrados, como el Vaticano, haciendo colas por horas para estar segundos ante ellas y tomarse la consabida “selfie” con la estatua:

¿Es posible denominar idolatría a este acto de atención a la imagen fetiche, sea cual sea su significado espiritual?

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A veces creo que el ser humano moderno no idolatra de esta manera, ya que no termina de entender, porque hay demasiada velocidad en su observación como para que su atención pueda diferenciar mejor lo que ve y guardar en la memoria detalles complejos de lo que aprecia.

Ya estudiosos de la psicología, la filosofía y las letras han advertido que el problema no es idolatrar sino que la idolatría moderna es sin significados, solo por movimientos de masa, por lo que ciegamente podemos llegar a idolatrar cualquier cosa, desde a un diablo hasta a un pobre diablo como dijo un periodista alguna vez.

Hemos mutilado tanto al lenguaje como a lo espiritual, y ha sido la publicidad la creadora de grandes e inmensos ídolos por los que todos morimos, literalmente.

Tal vez olvidamos el énfasis que maestros ancestrales hacían en la práctica de la idolatría, que no es más que considerar a algo material como nuestro amo, pues perdemos automáticamente la libertad, ya que ese hecho nos transforma en esclavo de algo que es pasajero o destruible.

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El verdadero peligro estriba en rendir culto a la ropa, al mobiliario, a las actividades que generen dinero solo por eso, porque lo generan; a las acciones sociales solo porque están de moda; a los viajes ya que podemos desatar las redes sociales con fotografías minutadas de la aventura, no para disfrutar.

La idolatría va más allá de andar detrás de una estatua que consideramos la representación de alguien santo o algo sagrado, ya que muchas veces solo lo hacemos por patrones culturales.

La idolatría es ir detrás de situaciones porque la masa lo hace, sin entenderlo, porque eso nos convierte en seres irracionales.

En esta época que se inicia de navidad, dejemos a un lado las acusaciones y concentrémonos en indagar en nosotros mismo, si estamos siguiendo patrones sociales que idolatran héroes pasajeros o materiales perecederos antes que valores de unión y solidaridad.

Emilio Rios. Venezuela

emiliorios580@gmail.com

@Erigo580

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