El problema del plástico

Creo que es de público conocimiento la increíble contaminación que está sufriendo el planeta debido a las actividades humanas. Seamos conscientes o no, esta es la realidad. El tipo de residuos que más contamina - y que es generado diariamente por hogares e industrias - son los plásticos. Estos tardan de cientos a miles de años en descomponerse, y afectan a todo el ecosistema.

Si se multiplica la cantidad de plástico que genera cada persona por la cantidad de integrantes de un hogar... bueno, ya nos podemos dar una idea de las toneladas de plástico que eliminan en conjunto las familias, cada día, en todo el mundo. Estas cantidades ingentes de desechos van a parar a vertederos donde acumulan malos olores y plagas y afectan directamente la salud de las personas que viven en zonas cercanas.

Otro gran porcentaje es arrojado a los océanos y ríos, con el consiguiente impacto en la fauna y la flora acuáticas. Obviamente, los ecosistemas están organizados formando cadenas y este desajuste nos afecta a todos por igual, tarde o temprano.

¿Qué hacer para reducir la cantidad de plástico que arrojamos a la basura?

A muchas personas les podrá parecer algo utópica la batalla contra el plástico que ha comenzado a popularizarse últimamente y que cada vez suma mayor cantidad de adeptos. Personalmente, creo que los cambios de hábitos son una cuestión de disciplina y constancia que, si bien es una tarea difícil, es posible alcanzar con una meta firme en nuestras mentes.

Y por más que lo que hagamos pudiera parecer tan sólo un grano de arena en comparación con el daño que ocasionamos a escala mundial, debemos tener presente que estaremos disminuyendo la huella ecológica que implica nuestro paso individual por este mundo, durante el tiempo que nos toque vivir aquí.

Consumir menos envases plásticos

Una forma de comenzar a reducir la emisión de plástico es sustituirlos siempre por las opciones reciclables, como envases de vidrio, o materiales biodegradables, como las bolsas de papel o tela.

De la misma manera, al momento de comprar determinado producto en el mercado, debemos optar por la opción menos contaminante. Por dar un ejemplo de la reducción de desechos que se puede conseguir, están los aceites vegetales. Estos productos son de amplio consumo gracias a su versatilidad, como el de coco o el de oliva, que son comestibles y también se pueden utilizar para hidratar la piel o el cabello (es preferible elegir las marcas orgánicas que ofrezcan sus productos en envases de vidrio).

Al optar por estos aceites orgánicos como reemplazo de las cremas hidratantes que se comercializan mayormente (con los típicos envases y envoltorios plásticos), estaremos disminuyendo notoriamente el volumen de basura que produciríamos si compráramos continuamente esos productos (que a su vez pueden contener químicos con efectos no deseados en nuestra salud).

Me gustaría destacar que las grandes marcas están teniendo en cuenta estas tendencias ecológicas de los consumidores; por ejemplo, están disponibles en el mercado cepillos dentales de madera, una buena alternativa ecológica para un artículo que debemos renovar constantemente, y que es, por lo tanto, una gran fuente de contaminación.

¿Y los productos de plástico que ya tenemos o que es imposible dejar de consumir?

Si bien eligiendo mejor los productos que compramos ayuda a reducir el volumen de desechos plásticos arrojados al medio, siempre habrá cosas de las que no podamos prescindir. O, simplemente, puede no haber alternativas en el país donde vivimos. Para intentar dar una solución a este problema, hay varios proyectos que se están llevando a cabo en distintos países, con el fin de reutilizar estos desechos y dar lugar a un producto nuevo.

Tal es el caso de las viviendas construidas con "ecoladrillos", los cuales consisten es botellas de gaseosas (refrescos) rellenos con distintos plásticos. Estas botellas se rellenan con los envoltorios plásticos que desechan las industrias, aunque hay lugares donde también reciben botellas de hogares particulares.

La desventaja de este método de reciclado es la preparación de cada eco ladrillo emplea muchísimo tiempo, ya que debe estar muy bien compactado el contenido de la botella, y llevar mucha cantidad de capas finas como son los envoltorios de plástico.

Otro problema es el riesgo que significa construir viviendas con este material, debido a la falta de regulación y al peligro frente a situaciones accidentales como incendios, o derivadas de los contenidos de las botellas (algunas personas colocan baterías o pilas dentro de las botellas).

Una buena alternativa al tratamiento de estos residuos es la producción de "madera plástica". Básicamente, se trata de una preparación hecha con una mezcla de un tipo de cemento junto con plásticos de un solo uso triturados, con la que se fabrican muebles; estos tienen un buen acabado y son muy resistentes a la humedad.

Para enviar los plásticos a los centros de recolección para este fin, se debe rellenar cualquier botella de manera similar a los ladrillos explicados anteriormente, con la diferencia de que hay ciertos materiales que se deben evitar (papeles, guantes de látex, metales, papel aluminio, etc.), y no es necesario que el contenido de la botella esté demasiado compactado, ya que la misma sólo es una forma de transportar y almacenar este material para su preparación.

A medida que se va llenando la botella, se debe aplastar o compactar el contenido con alguna varilla o palo. Con esto se puede apreciar el gran volumen que representan los residuos, ya que el contenido de una botella comprimida equivale a varias bolsas grandes llenas de plásticos.

Puedes buscar información sobre el proyecto "botellas de amor" para descubrir si en tu país se está llevando a cabo la recolección cerca de la zona en donde vives.

Tratemos de generar consciencia con nuestros actos, por más pequeños que estos parezcan. Si bien la meta de "basura cero" es realmente difícil, si no imposible, de alcanzar para el ciudadano común, pequeños esfuerzos se pueden ir sumando hasta conseguir cambios significativos. Después de todo, se trata de algo mucho más grande que nosotros como individuos; se trata de la salud del planeta que vamos a dejar a la posteridad.

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