Las edades del vino

Estoy convencida de que el dicho popular de envejecer como el vino ha desarrollado en el colectivo la falsa creencia de que los vinos necesitan ser guardados para estar mejores.

Y la verdad es que no. No todos los vinos están hechos para la guarda, ni todos aguantan la misma cantidad de guarda.

Comencemos por los blancos. La mayor parte de los vinos blancos fueron hechos para consumirse jóvenes, para ello es importante ver la añada impresa en la etiqueta.

Hay otros vinos blancos, con paso de madera, los cuales aceptan guarda y entre las cepas de blancos que se distinguen por soportar mejor el tiempo en botella está la chardonnay.

Los vinos rosados tienen un comportamiento bastante similar ya que las características necesarias para que un vino pueda soportar una guarda adecuada son alcohol, tanicidad y acidez y justamente blancos y rosados son de baja tanicidad. Lo podemos comprobar porque tienen una sensación de astringencia, rasposidad o sequedad en la boca mucho menor que un vino tinto.

Vamos con los tintos, a los tintos el paso por madera les alarga el horizonte de vida. El mayor o menor tiempo de envejecimiento viene dado por el potencial de envejecimiento de la cepa y la forma en que fue vinificado, incluyendo el paso por madera.

La mayor parte de los vinos que se venden en el mundo son vinos jóvenes y no pasan por madera. Solo una pequeña cantidad fue pensada para requerir mucha cantidad de tiempo de guarda para madurar y es el clásico de ejemplo de que hoy está bien pero dentro de 5 años puede estar mejor con unas condiciones de guarda óptimas.

En conclusión y viendo todas la variables que he explicado, no recomiendo que el público sin mayor orientación asuma la guarda de botellas. Lo mejor es comprar las botellas para consumo inmediato o lo más pronto posible al momento de la compra.

¡Salud!