Mis problemas con el juego

 Soy un ludopata controlado, bueno eso quiero pensar y me repito desde hace años, ¿ pero como empezó esta historia ?, no lo aprendí viendo a mi Papa, porque aunque es un jugador de ponys (caballos), jamas me llevo a un sitio de esos, y en la casa jugábamos juegos de mesas triviales, domino y ajedrez, mi viejo es un duro para los dominóes, mis gusto por jugar no lo aprendí el gozo por apostar, vino conmigo desde mi cuna, el gusanillo del juego esta en mi sangre, viene en mi carga genética. De pequeño era muy competitivo y aprendía rápidamente cualquier juego de mesa, Ludo/Parchis, Sabelotodo, Monopolio, lo que fuese, me gustaba no solo jugarlos si no ganarlos eso era lo mas sabroso del asunto.

 Origenes

 Yo crecí encerrado en un apartamento, solo salía con mis padres y mi mama no me dejaba bajar a jugar con otros niños, mis únicos amigos eran los del colegio, ni si quiera correr bicicleta solo, hasta 6to grado que me sacudí un poco el yugo de mi vieja, cuando le propuse a mi Papa que dejara de pagarme el transporte, que ya yo estaba lo suficientemente grande para irme caminando hasta mi escuela, el viejo no lo vio mal y aunque mi mama pego el grito en el cielo!!!, me dejaron.

 Entonces aprovechaba cuando venia de regreso para jugar en la calle con los otros niños de mi barrio, yo era pésimo para todo, corría promedio, no era muy alto, ni muy fuerte, pero le echaba bolas a lo que fuese, futbolito, pelotica de goma, basket, carreritas con las bicicletas ( eso los fines ), como no eramos muchos siempre me escogían, metía mi gol de vez en cuando y daba mi buen batazo jugando pelotica de goma (béisbol callejero con una pelota de goma). Yo había jugado metras/canicas en mi colegio o con mis primos donde mis abuelos, pero nunca en la calle.

 Resulta que era extremadamente bueno, me sabía todos los cantos, lo que propiciaba las triquiñuelas, «todo sucio», «todo todo removidito o nada nada», «Picha y Hoyo» y otros que ya se le escapan a mi memoria, la cosa del juego era muy simple, tener mejor puntería que el resto, pero si ademas eso lo conjuntabas con los cantos y los trucos, pues estabas echo, no solo era puntería, había que tener estrategia y yo de esa tenía bastante, dándome vida ruchando ( ganarle todas sus metras/canicas ) al resto de los niños, era una vaina de locos, ese año logre llenar 12 botellas de Coca-Cola de 2 lts full de metras, adicionalmente tenía un bol de plástico donde guardaba las torombolas ( las metras gigantes ) y una gabeta en mi dormitorio reservada para las blancas con rayas de colores, eran las mas difíciles de conseguir en los paquetes y no había muchas de ellas y algunas normales, pero con un diseño interno tan bonito y vivo de color que yo las guardaba aparte.

 Mi imperio de Metras parecía no tener fin, en un punto mi mama me dijo que no podía seguir trayendo mas metras a la casa, así que tenía que encontrar una manera de deshacerme de ellas, entonces empece a venderlas, al principio por un refresco, dulce o helado, llegaba un niño le ruchaba sus metras y si las quería de vuelta tenía que ir a la bodega a comprarme algo, pero no exagero, luego de 3 refrescos, unos ponques y 2 helados no quieres mas golosinas, así que empece a tomar el dinero directamente de las manos de los otros niños, mi fortuna en metras/canicas no creció, pero si empece a ganar plata, mas de la mesada que me daba mi Papa en aquel entonces, pero a cada cochino le llega su sábado.

 Una tarde recuerdo que llego una chiripiolca como de 7 u 8 años, yo tenía 11 años ese agosto, quería jugar, yo no perdonaba edad, sexo ni nada, vénganse, lo ruche, el niño no tenía como comprarme las metras, así que se fue, volvió al rato con otra bolsita de la bodega recién comprada, lo vuelvo a dejar sin una en la mano, se fue otra vez, pero esta vez no regreso con otra bolsa de metras si no la mama!!!, y bueno, una LEONA defendiendo a su cachorro, como a mi me enseñaron a respetar me aguante el chaparrón, mi MAMA!!!!, vio, escucho, le avisaron, se activo su sentido aracnido!!!, ni me pregunten, pero allí apareció de la nada y se armo el zafarrancho con la otra mama.

 Cuando mi Mama se entero que yo le ruchaba las metras a los otros niños y que se las revendía por plata me gane otro REGAÑÓN !!! ahora de mi Mama y con su respectivo halón de OREJAS !!! frente a tutirimundi!!!, tuve que regresarle sus metras al niño, y los otros vivos que estaban allí aprovecharon para pescar en rió revuelto y termine dejando media botella de Coca-Cola ganada en buena lid en manos de esos facinerosos y aprovechados, uno tiene su orgullo y corazoncito, después de ese PAPELÓN que pase ese día no volví a jugar metras en mi barrio, mas nunca !!!.

 Las 11 1/2 botellas de Coca-Cola, full de metras se quedaron guardabas en mi closet junto a mis torombolas y las mas bonitas que las pase a una bolsa como mudos testigos de mi METEÓRICA carrera como rey de mi barrio jugando metras!!!jajaja, hasta que las fui regalando a mis primos mas chicos. El gusanillo del juego haciendo desastres en mi vida!!! desde pequeño y yo todavía sin saber que estaba enfermo.

Fin

La imagen de acá: https://wpcdn.zenger.news/wp-content/uploads/2020/12/10094507/56b32ff8-e2e1-4229-8312-b13ffedd17bb-scaled-e1608332140308-1536x864.jpg

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