Hace ya meses estuve le yendo un cuento donde una pareja y sus hijos vivían en un cuarto y este para nada tenía sus puertas ni ventanas. Sus imágenes eran fascinantes y singulares.
Eche volar mi imaginación y es todo un desafío vivir así sin sentir el aire, luz, brisa que corre, la luna, estrellas y el sol. Esto es algo así como vivir dentro de la pansa de nuestra madre eternamente. Saben que conozco esta sensación, ya que siempre hago el intento y lucho cada día por respirar.
Siempre despierto de un mal humor. Retrasando así latidos por el gran sofoco que siento cuando Morfeo me abrasa.
Hay muchos días en los que me siento necesitada de purgar y dejar desangrarse a personas que son parte de mi sangre y destino para así poder vivir. No los deseo congelados en mis arterias y venas
Me poseen feos y horribles demonios. Mi cabeza la tienen como su casa donde gritan y me arañas porque desean mortificarme
A veces pienso que si mis brazos sueltos, empuñó mi cuchillo, boto mis armas lejos y no respiro el fuerte sufre. Todo será como antes y volverá todo a la normalidad.
Pero no puedo voy en guerra y con trompetas, fuertes latidos de mi corazón que retumban mis oídos. Un volcán en erupción son mis pulmones, mis uñas son pistolas y mis dedos espadas de doble filo
Soy tormenta, guerra. Volcán, rebeldía, violencia, trueno, relámpago.
Nado a contra corrientes y fuertes vientos de 1000 kilómetros por hora
No se para nada lo bueno solo se me desborda la rabia y por ende no me conformó con nada
Saben como se administre los huracanes. Pobre madre mía lamentó haberla metido en uno. Al despertarme intranquila y en pleno ojo de esta tormenta. Mi padre gritaba quieta.
Sabré ser una chica real. Es mi pregunta cada día y conversación con mi conciencia. Pero al final le respondo soy ese océano y para nada tranquilo.
Si respiro me grita mi mamá No, No, No
Soy torbellino, tormento no sé ser esa chica fina, bella y llamativa.
Deseo hacer el amor en el espacio. En el mismo cielo. Repartir mi cuerpo a cada planeta de la tierra. Pero cuando analizó mis pulmones no me lo permitirían. Entonces como me detengo. Que hago.
Despierto a todos de sus profundos sueños. Después de rodearme a punta de pies para así tratar de domesticar este fuego y fiera feroz. Me gritan que soy el gran sunami destrucción.
Hace días grité tan fuerte que los focos en mi casa estallaron. En el silencio de la noche tembló todo porque lograron al final irse todos esos demonios horribles de mi cabeza.
Ahora si soy una niña en cuerpo y alma.
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saludos que buen relato muy personal parafraseando en cuento que ya habías leído antes