Hoy me desperté como cualquier mañana en la aldea, mire a mi alrededor y nadie se había despertado aún. Fui a la laguna cercana con mi caminar peculiar para beber un poco de agua, estirar el cuerpo y recibir unos destellos de luz solar cálida en este cuerpecito para despojarme del frío de la noche.
Fue entonces cuando me dispuse a regresar, en mi camino saludé a algunas gallinas que ya salían a picotear buscando algunas semillas, gusanillos o lagartijas para desayunar. Les eché un vistazo a mis amigas las vacas que también estaban despertando y se preparaban para su paseo matutino, cuando escucho el característico aullido (silbido) de Jelani, este aullido podía escucharse a kilómetros de distancia y sabía exactamente su significado, me llamaba; pues estaba listo para irse de cacería y quería saludarme antes de partir.
Acudí rápidamente a su llamado con mi correr tan característico, moviendo mi colita muy emocionado recibí un saludo enérgico entre caricias y juegos:
- ¡Buenos días Wobi!, ¿Cómo te encuentras hoy?
A lo que respondí:
- ¡Muy bien, contento y listo para ayudar!
Él se preparaba para irse, llevaba una rama puntiaguda (lanza), otra algo curvada con una cuerda atada de extremo a extremo y una bolsa con unas ramas puntiagudas más pequeñas y adornadas con plumas al final (arco y flechas), por lo que fui muy decidido detrás de él cuando me vi detenido por un extremo de la gran rama y acto seguido de su hocico salían unas palabras mientras señalaba aquel lugar vacío
“Recuerda tu estado amiguito, corres mucho peligro allá fuera en tu condición actual y no me arriesgaré a perderte otra vez.”
Él se fue y no tuve el valor de seguirlo, me había dado cuenta de que olvidaba el estado en el que me encontraba y a pesar de haber sucedido hace mucho, aún no me acostumbraba, de vez en cuando sentía a mi compañera ahí, a mi otra pata, porque sí, ahora tengo solo tres…
*9 años antes*
Se suponía que la manada nos estaba enseñando a cazar, nuestro rol era solo seguir para aprender habilidades, éramos cachorros así que muy poco podíamos hacer; cuando un fuerte ruido ocasionó que la manada se dispersara y en la confusión terminé en unos matorrales. Evité hacer ruido a la espera de que mi familia me encontrara, pero nadie llegó, pase días ahí siguiendo lo que mamá decía “En caso de perderte, no te expongas, ocúltate y llegaremos hasta ti” pero nadie apareció.
Cuando pensaba que mi destino era morir en ese lugar solo, escuché un ruido, algo se acercaba, eran humanos y la curiosidad me invadió, no pude controlarla y me expuse, me vieron y estaban listos para cazarme, pero fueron interrumpidos por un pequeño humano, él les gritó:
- ¡Alto!, no lo maten todavía, aún está pequeño, no es una amenaza.
- Es un perro salvaje Jelani, si lo dejamos ir, va a crecer y se meterá con el ganado. Será mejor deshacernos de él ahora.
- ¿Es que no lo ves? Es nuestra oportunidad de llevarlo a la aldea, domesticarlo y que nos ayude en las cacerías.
Los de la tribu no lo habían pensado así, pero el chico tenía razón y le hicieron caso. Para ser joven, Jelani era muy inteligente y me había salvado de un fatídico destino; si no me acaban ellos, el hambre lo haría.
Me recogió entre sus patas y mientras decía “No te preocupes Wobi. Si, ese será tu nombre, vas a estar bien”.
*2 años antes de la actualidad*
Han pasado varios años desde que fui rescatado por Jelani y la tribu me ha tratado muy bien todo este tiempo. Además no soy el único, tengo muchos amigos como gallinas, vacas (que a veces me quiero comer) y otros perros como yo.
Hoy era un día importante, se trataba de mi primera cacería en compañía de Jelani y la tribu, habíamos hecho varios ejercicios anteriormente y ya estaba listo para el verdadero reto. Mi labor era rastrear a la presa y acorralarla con ayuda de todos.
Habían decidido ir al Kalahari. Nunca cazaban ahí debido a las altas temperaturas del desierto, y porque merodeaban leones exiliados de sus manadas; pero hacía mucho que no cazábamos nada porque nuestras presas estaban en época de migración, logramos dar con su ruta (gracias a mí) y esta pasaba por el desierto, debíamos aprovechar porque no los volveríamos a ver por un buen tiempo.
Me dispuse a rastrear nuestro objetivo, yendo entre las sombras que nos daban los pocos árboles que habían para evitar ser vistos. La manada siempre iba dispersa, yo iba al frente de Jelani y el resto se distribuía en una formación semicircular para encerrar a la presa.
Llevábamos horas rastreando y nada que dábamos con ella. Por decisión unánime y con su respectivo aullido Jelani avisó para descansar, el sol estaba sustrayendo todas nuestras energías y eso no podía ser bueno.
Me distraje por un momento viendo al horizonte mientras Jelani descansaba y bebía agua. Había un hedor extraño alrededor de dónde nos habíamos detenido a descansar, así que me puse a olisquear y le di la espalda por unos instantes a mi compañero… Cuando di con el extraño hedor era excremento de león, la zona en la que nos habíamos detenido era territorio de un león macho de los que tanto se hablaba, no lo pensé dos veces, fui corriendo para hacérselo saber y para mi sorpresa este (el león) ya nos había encontrado.
Jelani no podía moverse a por su rama puntiaguda o por su rama curvada, ya que el león atacaría ante cualquier movimiento. Como fiel compañero me agazape y le empecé a gruñir para qué quitara la atención de mi amigo, fue una batalla de miradas, pero no sirvió de mucho, en esta ocasión las presas éramos nosotros y el león estaba interesado en la más grande.
Quitó su atención de mí y se dispuso a atacar a Jelani, al percatarme de esto me sitúe entre mi amigo y la bestia y terminé en las fauces de este último, me zarandeo para todos lados y me arrojó contra uno de los árboles de alrededor. Eso fue suficiente para que Jelani pudiera tomar su rama puntiaguda y avisar con su aullido a toda la manada, en cuestión de segundos se presentaron en el lugar y entre todos ahuyentaron a aquella bestia.
Al ver que habíamos salido victoriosos me deje caer, me estaba desmayando por la perdida de sangre, pues la bestia se fue, pero no sin antes llevarse una de mis patas luego de aquel zarandeo. Jelani vino corriendo a dónde me encontraba y a lo lejos pude escuchar un “Wobi, vas a estar bien, ¿me oíste?” Y todo se volvió negro.
Desperté la mañana siguiente, estábamos en la aldea de nuevo y mi primer pensamiento fue Jelani, me levanté lo más rápido que pude y en cuestión de segundos perdí el balance y me volví a caer, ahora tenía un conjunto de hojas y ungüentos dónde debería estar mi otra pata, por alguna razón la sentía, pero no la veía en su lugar.
En eso llegó mi amigo después de haber escuchado mi caída…
- Hasta que despiertas campeón. Fue un acto muy heroico el que hiciste ayer; volvimos con las manos vacías, pero al menos estamos enteros… Uy, perdón por el mal chiste.
Decía mientras señalaba el espacio vacío donde debería estar mi pata.
- Tendrás que acostumbrarte a tu nuevo andar, será difícil, pero no imposible, lastimosamente no podrás ir más de cacería con nosotros, pero podrás quedarte en la aldea y cuidar ella.
*En la actualidad*
Han pasado dos años desde que perdí mi pata y no hay día en que no sienta que todavía está ahí.
Aunque me haya costado mi amiga, no me arrepiento de haber ayudado a Jelani aquel día. Daría mi vida por él, así como él estaba dispuesto a hacerlo por mi cuando estaba pequeño.
El tiempo se me ha ido recordando y ya han regresado, está vez con comida para la noche.
*Se escucha el silbido característico de Jelani que anuncia su llegada, al que Wobi responde con su correr tan peculiar*
Fin.
Relato creado a partir de la dinámica propuesta para este fin de semana por nuestros queridos moderadores en el canal EnEspañol de noise.cash. Las palabras otorgadas por la ruleta fueron "Perr@ de 3 patas/Aprecio/Desierto Africano". Pueden revisar la publicación original aquí DinámicaRuletas y participar si gustan.
Les manda un saludo xNuex desde su pequeño espacio, explorando nuevas tierras.
Contenido 100% original, puedes comprobarlo con esta herramienta.
Créditos y Referencias
Imagen de portada hecha a partir de Creative Commons y pinceles en Photoshop. El perro es de Bob Comix y el hombre de Please Don't sell My Artwork AS IS.
Todos los banners, separadores e imágenes sin descripción son de elaboración propia.
Con sólo esas tres cositas, te trabajaste una magnífica composición. Me gustó cómo trataste temas como la fraternidad y la fidelidad, ligadas al sentimiento del aprecio. ¡Una imaginación rebosante! Felicidades