Esperar puede ser desesperante, agotador y hasta molesto. Es una prueba de fuerza de voluntad. Sostenerse en el sitio hasta el logro, no siempre es fácil, muchas veces perdemos la batalla y cancelamos. Pero cuan bueno es lograr el cumplimento, cuando finalmente llega el objeto de nuestra espera, cuando se materializa la llegada de aquello que tanto se espera.
Cuando el agricultor alcanza el día de la cosecha del preciado fruto, todo el proceso de paciencia queda atrás, y solo esta el gozo de la llegada de ese tan anhelado producto final.
Aunque aveces queremos tirar la toalla de tanto esperar, bien vale la pena cuando sabemos que la respuesta en camino está: esperemos, el gozo llegará.
“Espera al SEÑOR; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al SEÑOR.” Salmos 27:14