Gabriela mi hija amada
Gabriela, la felicidad que has traído a mi vida es indescriptible. Desde el momento en que te vi por primera vez, supe que eras la luz y la esperanza que iluminarían mis días. Eres mi mayor alegría y mi mayor motivación.
Cada día, al despertar y ver tu sonrisa radiante, siento cómo todas las preocupaciones y problemas se desvanecen. Tu presencia llena mi coraz
don de amor y ternura, recordándome constantemente el privilegio que es ser tu madre/padre.
Eres una niña especial, llena de energía y entusiasmo por la vida. Tu curiosidad y tu deseo de aprender me inspiran a ser mejor persona cada día. Me emociona verte descubrir el mundo que te rodea, observando cómo te maravillas con cada nuevo aprendizaje. Tu capacidad de asombrarte con las cosas más simples es una lección invaluable para mí.
Tus logros, grandes o pequeños, son motivo de gran orgullo para mí. Cada paso que das hacia adelante en tu desarrollo, cada meta que alcanzas, es motivo de celebración en mi corazón. Tu determinación y perseverancia son ejemplos a seguir, y estoy segura de que llegarás lejos en la vida.
Tu alegría contagiosa ilumina cada rincón de nuestro hogar. Tu risa es la música más hermosa que puedo escuchar. Ver cómo te diviertes, cómo te emocionas y cómo disfrutas de las cosas simples de la vida, me recuerda lo importante que es encontrar la felicidad en cada momento.
Eres un regalo invaluable en mi vida, Gabriela. A través de tus ojos inocentes, veo el mundo con una perspectiva renovada y llena de esperanza. Tu presencia me enseña a apreciar las cosas pequeñas y a valorar cada momento que compartimos juntas.
Gracias por ser mi hija y por llenar mi vida de tanta felicidad. Eres mi mayor bendición, mi razón de ser y mi mayor motivación. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar y siempre estaré aquí, apoyándote y amándote incondicionalmente, en cada paso de tu camino.
Con amor,
Camilo Maya tu padre