Séneca
Es sólo una prueba para ver si funciona; es una composición libre...
El filósofo, y célebre orador público, Séneca el Joven, después de ocho años de exilio en la isla de Córcega, fue convocado de regreso a Roma en el año 49 d. C. (alrededor de los 50 años) para asumir lo que a primera vista podría parecer un trabajo envidiable y demostraba a pesar el exilio tenía unas relaciones enviadiables con una de las patricias romanas que tenían el mango bajo su peder. Se sabe que la nueva esposa del emperador Claudio, Agripina, había elegido a Séneca para que fuera tutora de su hijo Nerón (de 12 años que ya tenía indicios de ser un tipo de los malos malos), quien se había convertido, con el brillante matrimonio de su madre, en hijastro del emperador. Este fue un gran cambio de fortuna para Séneca, quien había sido exiliado en el año 41 dC por un cargo (probablemente falso) de adulterio con otro pariente de Claudio.
Cuando Nerón, a su vez, se convirtió en emperador, Séneca pasaría a desempeñar un papel clave en el gobierno imperial. La posición de Séneca fue, en muchos aspectos, sin precedentes. La historia de Tácito de este período (los Anales , escritos en los años 110 dC) nos da una idea de la dinámica de la relación entre Séneca y Nerón; Los extensos escritos del propio Séneca también arrojan luz sobre cómo trató de guiar, de hecho, de administrar, a Nerón como un joven gobernante. Pero todo eso cambió no se sabe si por las drogas, la buena vida, o que no existía un elemento disuasivo que para a Nerón ya que se llevó por delante algunas familias patrias y algunos enemigos aristocraticos que le hacían oposición economica y militar, a esos le puso espadones por el pecho sin tantas explicaciones.
Como tutor del adolescente Nerón, Séneca no tuvo las manos libres. Particularmente en siglos posteriores, Séneca ha sido admirado como exponente de la filosofía estoica; Agripina dejó en claro (según la biografía de Nerón de Suetonio, escrita en los años 120 dC) que la filosofía no debía estar en el plan de estudios de su hijo. Aparentemente, Nerón estaba interesado en la poesía (Suetonio y Tácito no están de acuerdo sobre si era bueno para escribir versos). Pero un joven destinado a un papel destacado en la vida pública necesitaba ante todo ser un buen orador público; Séneca, conocido por su elocuencia, lo instruirá en retórica. Las ambiciones de Agripina para su hijo se cumplirían en unos pocos años: cuando Claudio murió (envenenado por Agripina, se creía ampliamente), Nerón, un poco mayor que el hijo de Claudio, Británico, había sido adoptado por el emperador.
A pesar de toda la matrícula de Séneca, Nero todavía necesitaba algo de ayuda para hablar en público. Se esperaba que pronunciara el elogio en el funeral de Claudio y se dirigiera a la Guardia Pretoriana, cuya presencia militar en Roma protegía al emperador y cuyo apoyo era crucial. Séneca encontró las palabras adecuadas para que las pronunciara su alumno y también compuso el discurso inaugural de Nerón ante el Senado. Los senadores agradecieron cuando Nerón enfatizó respetuosamente lo ansioso que estaba por seguir el ejemplo de Augusto, el fundador del principado. También se creía que los discursos posteriores eran composiciones de Séneca. Nerón hacía bien su papel de un excelente politico cínico en su maxima expresión, las palabras venían de Seneca pero las acciones eran todo lo contrario: Séneca estaba ahora en una posicion privilegiada el influyente del futuro César. Fue tutor, o mejor dicho, consejero, del adolescente más poderoso de la historia del mundo romano, pero no podía, ni sabía controlar su carga genética malévola del futuro emperador.