Lo irrelevante

Lo irrelevante, por deseable que nos resulte, no existe en la belleza, sino en la fealdad: allí donde una (o ninguna) idea de belleza aparezca, ésta seguirá siendo relevante para el orden social e individual que la engendre, es decir, paralizante, hipnótica, evocadora, fútilmente mortífera. Querer acabar con la belleza, sólo para que unos pocos menos agraciados no se desmoronen ante su propia degradante imagen frente al espejo o la mirada de los otros (siempre es la mirada de los otros) no sólo es un afán iluso, sino además un afán arrogantemente estúpido, un berrinche y una chiquillada resentida: la belleza siempre distinguirá (en tanto consenso), y al fondo, como perseguidos por sueños y remordimientos, anhelos de inexistencia, dolor y autodestrucción, migajas de marginados llorarán la ausencia de pulso interior, porque todo lo bello deja víctimas, pero ninguna víctima puede defenderse ante lo bello sin apropiarse cínicamente de ello: ¿qué es la belleza, sino eso mágico que permanece estable entre el patético vaivén de luchas y de esfuerzos, es decir, el terror? Lo bello es lo pavoroso –cuando Pascal, tras el telescopio, observó con pavor el vasto espacio en el cielo nocturno y el inmenso vacío que lo rodeaba, lo que experimentó fue el sentimiento de la belleza, es decir, a Dios, pero a Dios es más fácil encerrarle en una matraz y no soltarle: después de todo, con Dios puedes dialogar, y con las estrellas no–. Podemos dividir la belleza, pero ésto no la debilita. Y sin embargo, ¿a qué derecho tienen los feos? Tienen derecho no a ser bellos, ni siquiera a que el mundo conspire para que se sientan bellos, el único derecho que tienen los feos es el siguiente: a pasar desapercibidos sin que nadie reprenda su existencia. ¿Qué otra cosa podría desear un feo, el cual lleva toda la vida perseguido, más si es mujer (un hombre feo, como mucho, se quedará sin polvo, sin amor, sin cariño, solo y alcoholizado, pero no será, por lo general, sistemáticamente despreciado, reprendido, agredido), por su lamentable condición, sino que le dejen en paz?