"Vivo en un país libre, que solamente puede ser libre" versa la canción del trovador que un día fue un joven rebelde y con su guitarra a cuestas defendió su derecho a ser rebelde. El mismo trovador que hoy interpela a otro joven artista y declara que no entiende cómo este joven "ya no cree" en el sistema.
Es fácil, este trovador con un candado canoso y barriga bien alimentada ya no es aquél joven rebelde, se ha acomodado y aquél país que soñaba en sus canciones se ha vuelto su zona de confort.
El trovador se llama Silvio Rodríguez, por supuesto... y el joven artista podría ser cualquir joven cubano con deseos de libertad. Mientras el tovador leía su periodico el pasado 11 de Julio mientras bebía un café seguramente importado, el joven artista se plantaba frente a la sede de un ministerio de Radio y Televisión para exigir 15 minutos de derecho a réplica. Réplica que el trovador pidió en los años 70, réplica que no le concedieron en aquél tiempo, réplica que el 11 de Julio no le concederían al joven artista.
Sin embargo ambos hablan hoy, pero el trovador no entiende, no comprende que el artista rebelde que es espejo de su Yo anterior "Ya no crea" en el sistema.
La Cuba del 11 de julio se viene sufriendo desde antes
El 11 de julio de 2021 quizá fue un día normal para otras partes del mundo —matizado por la crisis sanitaria internacional—, llamémosle "normal". Pero para Cuba fue un despertar en todos los sentidos.
Habíamos estado sufriendo el colapso en Matanzas hacía días atras, las muertes de nuestros hermanos víctimas del coronavirus y de la ignominia de un ¿gobierno? que se preocupa más por mantener su arrogancia apariencia que por aceptar que necesita ayuda.
Entonces el mismo pueblo que asistía gacho a los desfiles, a las marchas "revolucionarias", despertó. Primero fue San Antonio de los Baños, le siguió Palma Soriano y en pocas horas todas las ciudades cabeceras del país habían tomado las calles para exigir libertad. Pero pasó lo que muchos nos temíamos; la respuesta de la dictadura no se hizo esperar y el Presidente designado Miguel Diaz-Canel llamó a un enfrentamiento ciudadano con una burda orden que denotó más brabuconería que espíritu revolucionario: "la orden de combate está dada".
Pronto los policías que se habían mantenido apartados y temerosos de la avalancha de pueblo comenzaron a activar un operativo represivo sin precedentes en Cuba. Aparecieron tropas de choque atabiadas con la más avanzada tecnología anti-montines y comenzó la represión.
Cientos de jovenes entre ellos menores de edad tuvieron apaleamientos y detenciones violentas. Muchos de ellos siguen en prisión 2 meses después de los hechos del 11 de julio.
Ahora la calma aparente ha regresado y la protesta continúa en las redes sociales bajo el hashtag #SOSCuba. Volviendo a la pregunta que me hizo comenzar este artículo y al dilema entre viejas y nuevas generaciones: ¿Vivo en un país libre?
No, pero lo será.