Había un Tigre que fue a visitar a su amiga Zorra a su casa, el iba un poco mareado y afligido por el camino, por no encontrar alimento. Ella le dice:
-Que te pasa amigo?.
El tigre le responde:
-No he comido, tengo días sin comer, me da todo vueltas.
La Zorra, le manifiesta siéntate acá, descansa, te ves pálido, toma un pedacito de carne que me quedo del almuerzo, y le sugiere que vaya al bosque. Ahí encontraras una variedad de animales para alimentarte, ten en cuenta que mis hijos andan jugando en el monte, no te lo vayas a comer, porque son lo más hermoso que hay.
El Tigre le expresa:
-No te preocupes amiga, ellos estarán a salvo, hay algún otro detalle que deba saber?. Le respondió que no, bueno lo que me has dicho, lo cumpliré.
Se fue al bosque y allí comenzó a ver animales hermosos que le parecían graciosos.
Siguió caminando y encontró unos animales de color ceniza, su apariencia era horrible. No tuvo compasión de ellos, aunque para matarlos.
Colocaron resistencia, los pobres animales, pero de todas formas, se los comió, dándose un banquete que quedo lleno.
Ya habiendo saciado su hambre, regreso a donde estaba la Zorra. Esta lo vio llegar tan alegre y le pregunto:
-Tigre a quien te comiste?
El felino le responde:
-Zorra, estando en el bosque, vi unos animales feos de color ceniza y me los comí. Deje ahí a unos animales de color blanco, muy traviesos, no los toque, me parecieron lo más hermoso que hay.
En ese instante, pensé en ti amiga, al oír tal noticia la Zorra comenzó a llorar. El haberle manifestado el Tigre que los animales que se comió eran sus hijos, y los que dejo vivos, habían sido otros animales, causo un dolor en esa pobre mujer.
El Tigre se sintió mal y triste y le dijo a la Zorra:
-Amiga usted me comento que sus hijos eran lo más hermoso que había en el bosque, por eso el perdone la vida. Me comí a los animales feos, porque es lo más horrible que he visto en mi existencia…
La moraleja de esta fábula es que hay que decir las cosas como son, así se evitan inconvenientes y malos entendidos con los demás. Si hubiese dado más datos, acerca del aspecto físico de los animales, el desenlace sería otro.
Una madre siempre vera bellos a sus hijos, así sean feos, porque ella los mira con amor. Lo que importa es la belleza interior y los valores que se hayan aprendido en la vida, ya que ellos moldearan las acciones.