Este mes, el hielo marino del Ártico alcanzó su segunda extensión más baja registrada , y los modelos muestran que se derretirá por completo en el verano de 2035. Pero donde muchos ven un desastre, algunas potencias mundiales perciben una oportunidad para asegurar los intereses geopolíticos y comerciales, y militares.
El Reino Unido, Estados Unidos y Canadá han estado entre los países que han intensificado sus ejercicios militares en el Ártico, y durante los últimos cinco años, el fotógrafo y cineasta Louie Palu ha estado tomando fotografías de soldados que se enfrentan a un entorno tan hostil y mortal como cualquier enemigo. fuerza. Ha fotografiado una caída en paracaídas en un terreno montañoso en Alaska, un entrenamiento "a través del hielo" en un lago en los Territorios del Noroeste, un submarino que sube desde debajo del hielo en el Mar de Beaufort y operaciones de construcción de iglús y radar en Nunavut. Vio cómo los soldados sufrían congelación y, durante los ejercicios en Finlandia, incluso morir en un accidente de vehículo, dijo.
"Hay un elemento de fracaso o desastre a punto de ocurrir en cada fotografía, o absurdo", dijo Palu. “Me rompí las costillas dos veces. Me rasqué la córnea con hielo. La única vez que he visto soldados con más miedo que salir a -60 [grados Celsius] es Afganistán cuando pasas por los artefactos explosivos improvisados ".
El Ártico siempre ha sido una especie de pizarra en blanco, un lugar tan árido y vasto que invitaba a los humanos a investirlo con sus mayores sueños y temores. Como escribió el famoso cronista del lejano norte Barry López, “los deseos y aspiraciones de la gente formaban parte de la tierra tanto como el viento, los animales solitarios y los brillantes campos de piedra y tundra”.
Para los exploradores del siglo XVI, era una posible ruta comercial hacia Oriente. Para los balleneros del siglo XVII, era un El Dorado de grasa de Groenlandia y colmillos de morsa. Para los planificadores de defensa de la guerra fría, era la ruta de vuelo más corta para un ataque con misiles balísticos.
Tras el colapso soviético, el Ártico se olvidó en su mayor parte hasta 2007, cuando un sumergible plantó una bandera rusa de titanio en el polo norte para resaltar el reclamo de derechos económicos de Moscú sobre una amplia franja del lecho marino allí, provocando reacciones airadas de Washington y Ottawa. Desde entonces, Dinamarca y Canadá han presentado sus propias reclamaciones sobre fondos marinos superpuestos.
“La imaginación y lo desconocido son los dos temas a los que todo se atasca”, dijo Palu. "Es el futuro desconocido de este planeta debido al cambio climático y la apertura de una parte del mundo que a nadie le importaba antes".
Pero el calentamiento del Ártico ha impulsado la extracción de recursos más que las preocupaciones ambientales. Se espera que el envío en la Ruta del Mar del Norte a lo largo de la costa ártica de Rusia, que Vladimir Putin espera se convierta en una alternativa al Canal de Suez, alcance los 32 millones de toneladas este año, el 80% de las cuales son petróleo y gas de enormes campos en la península de Yamal. El gigante petrolero estatal Rosneft está perforando el pozo de petróleo más al norte del mundo en alta mar y desarrollando lo que dice será el proyecto petrolero más grande del mundo en tierra.
En el lado estadounidense, la administración Trump se ha comprometido a vender arrendamientos de perforación en la reserva nacional de vida silvestre del Ártico para fin de año. Y revirtió un fallo de la era de Obama que habría rechazado la mina Pebble propuesta, preparando así el escenario para un proyecto de oro y cobre que, según los ambientalistas, dañará la pesquería de salmón rojo más grande del mundo.
A medida que crecieron los intereses económicos en el norte, también lo hicieron las patrullas militares para probar o defender los límites territoriales. Tras la declaración de 2019 del secretario de Estado de los EE. UU., Mike Pompeo, de que era "el momento de Estados Unidos de alzarse como nación ártica", EE. UU. Desplegó destructores frente a la costa norte de Rusia en mayo, y por primera vez desde la década de 1980. En julio, la fuerza aérea lanzó su estrategia ártica inaugural. El mes pasado, el senador Dan Sullivan dijo que Estados Unidos desplegará 100 aviones de combate F-22 y F-35 de quinta generación en Alaska, donde los aviones estadounidenses han interceptado aviones de combate rusos al menos una docena de veces este año.
Según los informes, los submarinos estadounidenses y rusos se esconden bajo el hielo en cantidades no vistas desde la guerra fría, y la semana pasada un buque operado por la dirección general de investigación en aguas profundas de Rusia, que está desarrollando un dron submarino de propulsión nuclear y se cree que apunta Cables de fibra óptica árticos, regresados de su viaje inaugural por los mares árticos.
Nadie cree seriamente que Rusia desplegaría sus motos de nieve de combate recientemente desarrolladas en Resolute Bay, o que Estados Unidos dejaría paracaidistas al otro lado del Estrecho de Bering. Pero más activos en el Ártico significa un mayor riesgo de colisiones accidentales o tiroteos.
"La probabilidad de un conflicto candente que involucre a tropas terrestres es muy baja", dijo Lillian Hussong, investigadora asociada del Arctic Institute con sede en Washington. “Lo que me preocupa es la competencia, con eso viene la probabilidad de un error de cálculo. Muchos riesgos en el Ártico tienen que ver con un error de cálculo y con no comprender las intenciones de los adversarios ".
La participación del "estado cercano al Ártico" China en la región complica aún más el panorama. Acaba de enviar su segundo rompehielos, Snow Dragon 2, en un viaje inaugural para recolectar núcleos de sedimentos en el Océano Ártico, y Cosco, con sede en Beijing, es la única de las cinco principales compañías de transporte de contenedores que envía buques a través de la Ruta del Mar del Norte cada año. parte de la iniciativa “Ice Silk Road” con Rusia. Algunos en el oeste sospechan que estas actividades científicas y comerciales podrían conducir al espionaje o la actividad militar.
"He realizado 117 entrevistas con oficiales militares y diplomáticos estadounidenses destacados en áreas árticas, y los chinos siempre son educados", dijo Hussong. “Y cuando pregunto sobre las amenazas que nos amenazan en el Ártico, a veces no se menciona a Rusia en absoluto, pero después del cambio climático viene China”.
Las florecientes rivalidades comerciales y militares en el extremo norte son de hecho una distracción del problema real, que son los efectos devastadores del cambio climático. Estos incluyen un brote mortal de ántrax en el norte de Rusia en 2016, eventos de lluvia sobre nieve que provocaron la inanición de miles de renos y un deshielo del permafrost que fue responsable del mayor derrame de petróleo en el Ártico este verano. Al escribir sobre la acumulación del Ártico en el último número de Foreign Affairs, un académico estadounidense y británico argumentó que Estados Unidos se dirige "hacia una confrontación innecesaria en una región donde el enemigo real no son los fantasmas de la guerra fría sino un desastre ambiental inminente".
Bajo esta luz, los ejercicios militares de largo alcance que Palu fotografió tienen un sabor de arrogancia más que de maestría.
"¿Qué están esperando? Están esperando, no saben ”, dijo Palu. “Así que es una amenaza imaginaria, pero la ironía es que el cambio climático es la amenaza real. El cambio climático destruirá todo allá arriba, no otro ejército ”.
