Hijo favorito en la familia: Consecuencias

¿Alguna vez has sentido que tus padres te tratan de forma diferente a tus hermanos? ¿O qué ellos prefieren a uno de tus hijos sobre los demás? Si es así, no estás solo. El favoritismo parental es un fenómeno común que puede tener efectos negativos tanto en los hijos favorecidos como en los no favorecidos.

El favoritismo parental se define como la preferencia o el trato diferencial que un padre o una madre muestra hacia uno de sus hijos en detrimento de los otros. Esta preferencia puede manifestarse de diversas formas, como dar más atención, elogios, regalos, privilegios o afecto al hijo favorito, o criticar, ignorar, castigar o rechazar al hijo no favorecido.

El favoritismo parental puede tener diversas causas, como la personalidad, el género, la edad, el parecido físico o el rendimiento académico de los hijos, o las circunstancias familiares, como el divorcio, la enfermedad o la discapacidad. Sin embargo, ninguna de estas razones justifica el trato desigual entre los hijos, ya que puede tener consecuencias negativas para su desarrollo psicológico y social.

Los hijos no favorecidos pueden sufrir de baja autoestima, depresión, ansiedad, estrés, resentimiento, celos, aislamiento, rebeldía o agresividad. También pueden tener dificultades para establecer relaciones saludables con sus padres, hermanos y otras personas, o para confiar en sí mismos y en sus capacidades. Además, pueden sentirse culpables por no cumplir con las expectativas de sus padres o por desear su aprobación.

Los hijos favorecidos tampoco se libran de los efectos negativos del favoritismo parental. Pueden desarrollar una personalidad narcisista, egocéntrica, arrogante o dependiente. También pueden sentirse presionados por mantener el estatus de favorito o por satisfacer las demandas de sus padres. Asimismo, pueden tener problemas para relacionarse con sus hermanos o con sus iguales, o para enfrentarse a los desafíos y frustraciones de la vida.

El favoritismo parental es un problema que afecta a toda la familia y que puede perpetuarse de generación en generación. Por eso, es importante que los padres sean conscientes de sus actitudes y comportamientos hacia sus hijos y que intenten tratarlos de forma equitativa y justa. También es importante que los hijos expresen sus sentimientos y necesidades a sus padres y que busquen apoyo profesional si lo necesitan. Solo así se podrá evitar o reparar el daño causado por el favoritismo parental y fomentar un clima familiar, sano y armonioso.