Laguna del inframundo...
Las pobres almas vacías, caminan hacia lo incierto, sus acciones le han traído aquí al inframundo, al mundo oscuro y sombrío donde no brillará más luz y donde se extenderá una impresionante laguna. Solo al cruzarla sabrán si están en el paraíso o en el mismo infierno. El propio Dios Hermes les entrega en la orilla, donde deben abordar el bote, que navega sobre esas aguas oscuras, tenebrosas y enigmáticas. Esta laguna que deben cruzar, tiene un nombre aterrador para los hombres de la tierra y todos aquellos que mejoraron aún con vida.
Carontes el barquero lúgubre, les señala la barca que deben abordar, asegurense pues, de enviar a los suyos enterrados con unas monedas en los ojos o en la boca, para que puedan pagar. En el viaje cada alma ya no podra sopesar sus culpas, su memoria es enteramente borrada. Ya no hay manera de recordar ni los buenos momentos, ni siquiera las malas acciones. Cruzar esta laguna de aguas revueltas es el último y definitivo viaje de sus almas, del cual no hay retorno alguno…
Cuenta la historia que esta laguna del inframundo, tiene el poder de volver invulnerable a quien tenga el valor de nadar en sus aguas; y fue aquí donde la Madre de Aquiles, el de los pies ligeros; leó sumergido. Sin tener la precaución de mojar sus talones, por esta razón el héroe muere en la guerra de troya, herido en su sitio más vulnerable, el Talón de Aquiles.
En el quinto círculo del inframundo, está ubicada, con sus aguas pantanosas, oscuras y pestilentes, aquí va la barza de las almas en pena; preguntan en coro quejumbroso y con temor, el nombre de las aguas que están a punto de dejar: “Estigia”. responde Caronte con voz grave y casi imperceptible, mientras termina de remar, en el momento cuando la barca toca la otra orilla, de esa espantosa laguna.