A veces he escuchado que los temas de política y religión son muy controvertidos. Particularmente considero que no tiene que ser así. Me parece que lo primero que hace falta es una clarificación de términos, aquí me refiero al plano religioso.
En primer lugar, al hablar de religión nos referimos a esa relación que cada persona tiene con un Ser Superior, por eso, ésta es tan antigua como lo es el ser humano. Por otra parte, están las religiones, que son las diversas maneras en las cuáles el ser humano ha encontrado para vivir su religiosidad, por eso, todas se respetan en cuanto son decisiones, experiencias y caminos muy personales.
Ahora bien, tenemos un tercer término o categoría, los religiosos, que somos los seres humanos poniendo en práctica la religión que hemos elegido y es aquí donde pienso vienen los problemas, ya que hay personas que no son coherentes con las religiones que profesan.
Esto me parece muy importante porque generalmente cuando las personas no quieren nada con el acercamiento a una religión, o incluso a las religiones en general, es porque han tenido mala experiencia con los religiosos, como decía Ghandi, un gran hindú refiriéndose al cristianismo, "Admiro a Cristo, pero no me hago cristiano porque el testimonio de los cristianos que conozco no me convence".
Otro ejemplo es que cuando una religión te inculca como valor principal el amor a Dios, pero al final no amas ni sirves a tu prójimo. He allí cuando vienen las controversias. Es decir, en la mayor parte de los casos el problema no es con la religión sino con los religiosos que no practican lo que profesan.
Finalmente, este mundo es muy grande y hermoso para vivir en pugnas religiosas, ni en de ninguna clase, pues, al final lo más importante es la fraternidad que podamos crear por encima de cualquier diferencia, pues, tengo amigos muy religiosos y otros que, por "x" o "y", no lo son ni quieren saber nada de la religión, a ellos también los aprecio y de ellos también aprendo.