No sé si les ha pasado, pero en ocasiones he tenido la experiencia de a pesar de que me cueste hacer algo al principio, al final me resulta sencillo. En esos momentos, recuerdo una verdad filosófica: somos un ser de costumbres.
PLANTEAMIENTO
El ser humano tiene una capacidad innata de acomodarse y adaptarse a prácticamente todo, por ello, se dice que es un ser de costumbre.
Esto es un gran ventaja para nuestras vidas, pues, no sólo nos facilita muchas cosas sino que abre nuestras posibilidades casi que hasta el infinito, pues, una vez emprendida una acción y habituados a ella, sólo es cuestión de tiempo y constancia para cosechar sus frutos.
ELEMENTOS
- Nuestra particular adaptación al ambiente. Ésta es una especial característica del ser humano, por la cual, podemos hacer conexión con otras personas, sin importar el lugar donde estemos.
- Lo que hay detrás de las culturas. A veces, nos gustan o disgustan algunas manifestaciones culturales, también llamadas a veces como costumbres del lugar; consideremos cómo en esos casos se trata muchas veces de unos actos que se han transmitido así de generación a generación, hasta hacerse cultura.
- Trabajar por arraigar hábitos. Juan Gabriel decía "Es más fuerte la costumbre, que el amor", por ello, tiene una gran fuerza en nosotros aquellas acciones a las cuales nos habituamos, así se nos hará más fácil realizarlas.
APLICACIÓN
- Aprovechemos la capacidad que tenemos de adaptarnos a los diversos ambientes y situaciones para aprender de ellos, y así, integrar todo dentro de nuestro crecimiento personal.
- Respetemos las tradiciones culturales, ya que detrás de ellas hay una historia de "costumbres", que la han llevado a construirse como tales.
- Sin quitar mérito y corazón a lo que realizamos (El joven que estudia, por ejemplo), es bueno crear hábitos en nuestras vidas, ya que ellos forman nuestro carácter, lo cual, nos allana el camino para lograr nuestros objetivos personales en la vida