La vida es muy hermosa y está llena de oportunidades de crecimiento en las diversas áreas que la comprenden: material, espiritual, emocional, etc. No obstante, sucede que a veces no la aprovechamos, lo cual puede ser motivo de depresión o tristeza en nuestras vidas.
Pues bien, hace unos días me pusieron un ejemplo que me hizo reflexionar. Éste consistía en que si hoy salimos a vender, por ejemplo, pan, y no se nos vende, no nos desanimemos, más bien demos gracias que terminamos el día con salud y que tendremos una nueva oportunidad el día siguiente.
Por eso, quisiera resaltar aquí que, en efecto, cada día es una nueva oportunidad y que si un día no nos fue bien en algo en específico, no quiere decir que el próximo va a ser igual. Lo mismo se aplica a cualquier tipo de temporalidad: semanas, meses, incluso, años.
Ver la vida de esta manera nos llena de optimismo y crea en nosotros una actitud muy positiva para asumirla, ya que nos da una orientación o un propósito a seguir. Por ejemplo, cada día es para mí una nueva oportunidad para ser feliz, para servir, para crecer como persona. ¿Que quiere decir esto? Lo importante que son estas cosas para mí.
También cada día es una oportunidad para seguir con nuestros proyectos, por ejemplo, frecuentemente en mi época de estudiante si empezaba un trabajo en determinado día, quería terminarlo ese mismo día. Eso fue así hasta que un amigo me dijo que era mejor descansar y el próximo día seguir con el mismo. Lo mismo aplica a cualquier tipo de trabajo o meta que tengamos planificada.
Esto puede parecer básico o sencillo pero, a veces no lo tenemos lo suficientemente en cuenta, porque tendemos a ser testarudos con lo que nos planteamos y nos angustiamos cuando no lo logramos en el tiempo que lo hemos establecido.
Esto no quiere decir que seamos conformistas, al contrario, el ideal sería cumplir con la planificación establecida pero si no la alcanzamos, no nos estresemos, pues, mañana también habrá otra oportunidad y, si no, pasado mañana. Lo importante es siempre mantener una actitud positiva ante la vida y así no desaprovechar todo lo que ella nos ofrece.