Yo tengo un amigo del cual hace tiempo escuché una expresión que desde aquél entonces me quedó grabada, y es la que encabeza el título de esta publicación, él decía que los ángeles son aquellas personas que están en nuestras vidas o simplemente se cruzan en nuestro camino para ayudarnos de alguna manera, de allí la frase: "Ángeles de carne y hueso".
Al respecto, tengo varias historias que contar, y de seguro podré seguir contando más, pero de manera especial hoy les comparto las dos últimas, que tuvieron lugar los dos sábados anteriores, donde presto mi servicio como sacerdote, ya que realizamos diversas actividades de ayuda social.
El primer caso lo llevaron a cabo varias personas, pero lo protagoniza de manera especial un joven que está pasando unos días con sus padres aquí en Venezuela, él tiene un corazón muy grande y desprendido, inculcado así por sus padres, el cual le movió a sensibilizarse ante las necesidades de los demás, pues, como él mismo me dijo, más o menos con las siguientes palabras: "Hay personas que no tienen la posibilidad ni para lo mínimo necesario para vivir, Dios nos ha bendecido para darnos la oportunidad de bendecirles a ellos también".
Con esta actitud, junto con su padres y otros grupos de amigos, armaron unas bolsas de comida, que fueron entregadas a algunas de las personas más vulnerables de la comunidad, lo cual resultó ser de gran bendición no sólo para los que llevaron la obra y los que participamos en ella, sino sobre todo para las familias beneficiadas, ya que por la situación actual de Venezuela unida la pandemia mundial, la situación de vida se vuelve cada día más difícil para muchos venezolanos.
El segundo caso lo protagoniza otro joven, que antes ya había colaborado en actividades de la parroquia, pero esta vez se aventuró a hacerlo él sólo, y se dispuso a apartar parte de sus ingresos del trabajo que desempeña (él trabaja en una caballeriza), para colaborarnos con el servicio de comedor que prestamos semanalmente.
Nos trajo todo lo necesario para realizar un maravilloso hervido a leña, el cual ayudaron a preparar otros ángeles de carne y hueso, que siempre están dispuestos a dar su mano a los que más necesitan.
De todo estos, podemos sacar estupendas lecciones de vida:
- Como en medio de las dificultades ( la pandemia actual es un ejemplo) existen personas (ángeles de carne y hueso) que están dispuestas a auxiliar. Por ello, siempre debemos mantener viva la esperanza. Veamos, como por ejemplo, fueron dos jóvenes los principales protagonistas de las historias que les compartí.
- Seamos ángeles de carne y hueso, pues, todos tenemos la posibilidad de ayudar a otros de alguna u otra manera en medio de sus dificultades, esta experiencia es muy sana y nutritiva, ya que es altamente motivador sentirse útil a los demás.
Muchas veces por lo cotidiano no solemos ver esos angeles, pero realmente existen y bendicen nuestro diario vivir. A pesar de tanta maldad la bondada aun existe.
Muy bello articulo.